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Julio, el mes que ha sorprendido por las temperaturas y los incendios

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La temperatura media de la Península el mes pasado fue de 25,6 grados, 2,7 grados por encima de la media en este periodo, una cifra muy elevada que además se superó con creces en algunas zonas.
Agencias y LMN

En Galicia, Castilla y León, Madrid, Extremadura y Castilla La Mancha, la temperatura media registró una anomalía de 4 grados, e incluso de 5 grados en puntos muy concretos, como en Zamora. 

Estas temperaturas fueron consecuencia de la ola de calor que también fue extrema. «Siempre hemos tenido olas de calor muy intensas, pero nunca de este calibre. Ha sido la más calurosa, la más extensa y la segunda más larga», explican los expertos

La ola de calor comenzó que afectó a la Península y Baleares duró 18 días –entre el 9 y el 26 de julio–, solo superada por la de verano de 2015 que se alargó 26 días. La temperatura durante estas semanas sufrió una anomalía de 4,8 grados –el mayor desvío registrado– y afectó a 40 provincias –empata con el récord de agosto de 2012, pero desde Aemet apuntan que este dato se está revisando y «seguramente sean más».

El calor del mes pasado fue una anomalía aislada y la guinda a un trimestre tórrido. «El verano ha empezado este año en mayo«, afirma el técnico climático, que recuerda que el periodo mayo-julio de 2022 ha sido igualmente el más caluroso desde que hay registros. 

Sequía extrema y pantanos al límite

La agencia meteorológica también advierte de que las precipitaciones fueron preocupantes el mes pasado. Llovió la mitad de lo que suele llover un julio normal: fue el tercer mes de julio más seco del siglo y el primero de los últimos 15 años; una situación que se achaca a un panorama de bajas presiones, que impide formar nubes, al que se sumó la ausencia de rachas de viento del Atlántico, que suelen enfriar la Península y traer algunas lluvias. 

Como ha ocurrido con las temperaturas, las precipitaciones también fueron pésimas durante todo el trimestre pasado, el más seco desde que hay registros, con un déficit de lluvias del 60%.

Estas bajas precipitaciones también se dieron el pasado invierno, el menos lluvioso desde que hay registros, una cadena de acontecimientos que mantiene los niveles de los embalses en números rojos. 

Las reservas hídricas cerraron el mes pasado en el 40,2%, hasta los 22.000 hectómetros cúbicos, la cifra más baja de un mes de agosto en lo que va de siglo. 

Los mismos incendios, pero mucho más devastadores

Un verano muy caluroso y seco es sinónimo de grandes incendios, como se ha visto este año. En los primeros siete meses de 2022 han ardido en España 192.000 hectáreas de bosques, el equivalente a la superficie de la provincia de Guipúzcoa, la mayor extensión quemada en el periodo enero-julio desde 1994, según los registros del Ministerio de Transición Ecológica. 

Los datos del Gobierno reflejan que el número total de incendios (de más de una hectárea) es similar al de la última década. Lo que se disparan son los grandes fuegos (de más de 500 hectáreas). Este año se han contabilizado 37 frente a los 21 de 2012, el año que tenía el récord hasta ahora.