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Cuando el cuerpo gana a la palabra

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Para una amante y coleccionista de palabras, escribir este titular no es fácil. Pero a veces pasa; a veces el cuerpo gana al verbo. Pasa cuando la pasión es tan auténtica que nos contagia y sobran las palabras. En estos días hemos visto en directo o en diferido cómo la pasión unida a un tremendo esfuerzo y al trabajo constante, son capaces de poner de acuerdo a un país como el nuestro, tan polarizado en opiniones como exaltado en expresiones. Esta vez la pasión, nos ha dejado sin palabras.

Va de Chanel. Llegó, bailó poderosa, cantó y quedó tercera en el ranking, primera en las emociones de muchos.

Llegaba a Eurovisión habiendo sido cuestionada por prácticamente todo lo que se puede cuestionar. Y respondió con una coreografía espectacular, llena de fuerza, poderosa, moderna y llena de guiños a España: esas manos flamencas, el abanico, el traje de inspiración andaluza… Pero sobre todo, con Chanel subió al escenario el resultado de un enorme trabajo y de una dedicación que se vieron en cada gota de sudor. Cantar y bailar a ese ritmo parecía misión imposible; pero lo logró.

La letra de la canción “SloMo” es cuestión aparte. Personalmente me parecía una gilipollez con mucho ritmo y muy divertida. Después he sabido que también ha causado polémica: el Observatorio de la Igualdad llegó a considerar hacer un cambio de la letra, acusada de machista, por utilizar términos como “monetary” o “daddy” que, según algunos, induce a pensar en la prostitución. Prevaleció la libertad de creación pero de nuevo sobrevolaron sobre nosotros las ganas de censurar.

Críticas también por su traje. A los que lo han interpretado como una defensa de la tauromaquia, Palomo Spain – su diseñador – les ha contestado que lo que se pretendía es que España se reconociera a primera vista, explicando como nuestra cultura y sus símbolos triunfan siempre internacionalmente.  Muchas veces no entendemos la historia o la cultura, siempre la crítica es muy fácil”, les ha dicho. Sobran más palabras.

En una sociedad con una opinión exaltada para cada tema, cualquier controversia quedó empañada por ese tercer puesto pero, sobre todo, porque Chanel y su fantástico equipo de bailarines se comieron el escenario y conquistaron el corazón de Europa.

Lo que Chanel ha logrado en el escenario es demostrar esa teoría de que la comunicación no verbal es más importante que la verbal cuando se trata de llegar con un discurso. Ha demostrado que cuando te crees lo que haces y sabes contarlo, la fuerza de tu cuerpo supera cualquiera de tus palabras. Ella ha sido “La reina, la dura, una Bugatti”.

A todos los que se asustan al tener que hablar en público, sepan que solo hay que conocer a su audiencia y conquistarla con guiños a lo que esperan; echarle talento y pasión; pero sobre todo, echarle mucho trabajo. No hay mejor improvisación que la ensayada; no hay mejor discurso que el preparado a conciencia.  Trabajar las intervenciones con pasión; porque cuando esa pasión es auténtica, sobran las palabras.

Tambab

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