Los animales vuelven a las calles durante los días de cuarentena
Se hace viral el vídeo de un ciervo corriendo por el Soto de La Moraleja
Una de las cosas más curiosas que ha provocado el confinamiento de la población en sus casas ha sido la «vuelta» de todo tipo de animales a las calles de los municipios y ciudades.
Fenómeno mundial
Este fenómeno no es solo español, ya que se ha producido en todo el mundo.
Se han visto Coyotes paseando por las calles de San Francisco, ciervos en vías de japón o jabalíes en zonas de Italia donde nunca antes se habían visto.
En busca de alimentos
El problema de muchos de estos animales se produce por la falta de alimentación, ya que se alimentaban de comida que les daban las personas de cada ciudad o de los restos de la alimentación sobrante.
Estos casos se han visto en Tailandia, donde los monos se pelean entre ellos por la alimentación que ya no le dan los turistas o en España, donde las gaviotas se han vuelto más agresivas porque nadie les da de comer.
El paradigma de esta necesidad la representan los jabalíes, que llevan siendo noticia desde hace tiempo por la falta de comida que existe en su hábitat y la necesidad que está situación les acarrea es la razón que ocasiona ver un jabalí en busca de alimentación dentro de zonas más urbanas y residenciales.
Más confianza y cambio de actitudes
Además las actitudes de los animales durante los días de confinamientos también han variado.
Por poner dos ejemplos, hemos vuelto a ver a gaviotas anidar en las arenas de las playas, cosa que nunca hacen por la presencia humana y a los cisnes de vuelta en los canales de Venecia.
Madrid y el ciervo en el Soto de La Moraleja
En Madrid, se han visto Pavos Reales corriendo por el centro de la capital, ciervos por calles y vías residenciales y jabalíes cerca de las urbanizaciones. Pero también ha destacado la visibilidad de todo tipo de pájaros y aves que son difíciles de ver.
Un vídeo de un ciervo corriendo por la calle Azalea del Soto de La Moraleja se hizo viral en pocos minutos. Desde hacia más décadas no se recordaba el avistamiento de un ciervo en la urbanización.