Opinión

La voz de sus amos

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Hace ya unos años un buen amigo, entonces concejal de un importante ayuntamiento, me decía que España iba hacia una latinización de su política y que con el tiempo ese cambio se vería en que los españoles votarían a personas como si se tratara de equipos de fútbol.
Juan Ussía

Eso supondría, según me contaba de una manera seria, que los ciudadanos de este hermoso país dejarían de tener en cuenta proyectos y lo que era más grave para este ex edil, a los partidos políticos.

Su razonamiento continuaba asegurándome que íbamos a llegar a un momento donde el forofismo hacía determinados personajes iba a sobrepasar cualquier lógica y entonces, en ese punto, según me contaba, para muchos quitarse la venda de los ojos ya sería casi imposible. En vez de partidos políticos generaríamos híbridos entre una especie de religiones y equipos de fútbol nutridos por legiones de fans incapaces de escuchar más allá de lo que dicen la voz de “sus amos”. ¿Les suena de algo?

Evidentemente, y según continuaba este político ya retirado, mucho tendrían que ver en llegar a esta situación las nefastas, a su juicio, nuevas generaciones de los partidos políticos, que serían el embrión de las legiones de fans que luego vendrían. Y lo que es más grave, servirán para que la política, en general, deje de valorar la meritocracia y el esfuerzo en sus filas. En diez años, decía este político, veremos el peor nivel en la política española que hayamos visto nunca y donde el enchufismo de amigos y pelotas será una exageración.

Ante todo esto yo le asegure que la sociedad española reaccionaría antes semejante panorama. Me respondió que no, que daría igual y que para entonces la sociedad estará anestesiada y solo beberán de las verdades que dicten sus distinguidos personajes. No sé si les suena de algo toda esta historia. Yo jamás pensé que fuera a ser verdad, y no creo que lo sea del todo. Pero después de asistir a la inmolación del actual partido popular por una enésima pelea de egos, no paro de dar vueltas en la cama pensando en aquella conversación. Y doy vueltas porque no se imaginan el diagnóstico final que hacía este político de hacia dónde iba nuestra nación. Pero eso, si les parece bien, lo dejamos para otro momento.

Pd: No puedo con el diputado Casero. Se equivocó 4 veces. Eso dicen. Pero sigue siendo diputado del PP y no ha dimitido ¿No es raro?

Pd: Tic Toc Tic Toc… 14 meses para ir a votar.