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El arquitecto que leía la Naturaleza 

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“No sé si le hemos dado el título de arquitecto a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá” Esta fue la frase pronunciada por el Director de la Escuela de Arquitectura y presidente del tribunal ante el que Gaudí presentó su proyecto fin de carrera.
Rosario Tamayo

Nacido en Reus en 1852, se cumplen ahora 170 años de su nacimiento, Gaudí siempre quiso ser arquitecto.

Se matriculó en la Escuela de Arquitectura, donde fue un estudiante bastante mediocre, sus notas eran simples aprobados, aunque obtuvo algún 7 y un solo 9, teniendo que repetir bastantes asignaturas.

Consideraba que ir a clase era una pérdida de tiempo y prefería investigar en la Biblioteca.

Un arquitecto al que no le gustaba escribir, aunque todos sus colaboradores dejaron numerosas transcripciones de sus enseñanzas e ideas.

Tampoco le gustaba dibujar ni hacer planos, a él lo que le gustaba era el taller. Diseñar a través de maquetas a escala, tenía también un taller de espejos, de fotografía, de escultura y de campanas.

Él creaba formas, los cálculos los hacia luego su equipo…

Por ejemplo, es característico de su obra el arco catenario.

Se planteó que los arcos no tenían que estar sujetos en columnas o paredes, como tradicionalmente se hacía. Y averiguó cómo debía ser un arco para sujetarse por sí mismo.

Colgó una cadena entre dos puntos, observando que la manera en que la naturaleza, la gravedad, reparte el peso y hace colgar la cadena en forma de arco, es la mejor forma posible, ese arco, puesto al revés, es un arco que empieza y acaba en el suelo sujetándose por sí mismo, y ello sin necesidad de cálculo alguno.

Trabajó así con sus características maquetas invertidas: para estructuras grandes podía observar cómo se distribuían los pesos utilizando cuerdas de las que colgaban pequeños saquitos rellenos de arena o perdigones, a la escala correspondiente, así la forma en que quedaban suspendidas se reflejaba en un espejo colocado debajo, de manera que contemplaba la forma que buscaba reflejada en él, ya que se veía al revés.

Después de un profundo proceso de observación supo llegar a soluciones, aparentemente sencillas, pero geniales; solía decir que “el álgebra complica las cosas”, era mejor leer las formas geométricas en directo, por así decir.

Su gran fuente de inspiración siempre fue la Naturaleza, era un libro en el que encontrar cualquier solución, porque en ella nada es caprichoso, todo tiene un sentido que hay que descubrir.

Gaudí estudiaba e imitaba las formas de la Naturaleza, no solo por su belleza estética o artística, sino, sobre todo, porque le ofrecía soluciones para la funcionalidad de la obra arquitectónica a través de las formas geométricas.

Ejemplo de ello son las columnas de la Sagrada Familia, que se dividen en ramas, al igual que los árboles, consiguiendo el efecto de un bosque que deja pasar la luz entre sus ramas.

Tejados con la estructura de las hojas, elementos decorativos sacados de las formas marinas, flores, tortugas….una imaginación desbordante inspirada en la belleza de la Naturaleza.

Pero Gaudí no solo se inspiró en la Naturaleza, también se preocupó de preservarla en la medida de lo posible y fue un precursor de lo que hoy conocemos como sostenibilidad, reciclaje y respeto por el medioambiente.

Así la técnica del trencadís, utilizando trozos irregulares de cerámica, vidrio o mármol le permitía reciclar y reutilizar materiales, ya que utilizaba piezas desechadas que conseguía de fábricas colaboradoras.

Un ejemplo de aprovechamiento del agua de la lluvia lo tenemos con la cubierta de la plaza mayor de la colonia Güell, cuyascolumnas servían también como elemento de canalización del agua de lluvia, con tuberías que conducían el agua hasta almacenarla en una gran cisterna subterránea. El agua se utilizaba para el riego y si el nivel de la piscina era excesivo, el agua salía por la boca del dragón de la escalera, tantas veces fotografiadlo.

Así Gaudí afirmó: “El arquitecto del futuro se basará en la imitación de la Naturaleza, porque es la forma más racional, duradera y económica de todos los métodos”

De profundas creencias religiosas, falleció en 1926, atropellado por un tranvía, sin que recibiera atención inmediata ya que, por su austera indumentaria, le confundieron con un mendigo.

¡Una exposición en el Centro de Arte de Alcobendas nos mostrará estos y más detalles de la obra de Gaudí, del que hay que concluir que, resolviendo la duda de aquel catedrático, definitivamente fue un enorme genio!

Rosario Tamayo/Concejal Cultura Ayuntamiento Alcobendas