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Ana Morales: ¡Vamos a comernos el mundo, Buenorras!

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Ana Morales (Granada, 1973), psicóloga especialista en alimentación emocional y aceptación corporal, ha escrito “¡Qué buena estoy!”. Un genuino artefacto explosivo con mucho humor que brinda consejos para mirar la vida -y tu cuerpo- con otros ojos. “Si buscas una señal para empezar a amarte locamente, considera este libro como esa señal gigante de neón”, afirma. Colaboradora habitual en diferentes medios, Ana Morales nos emplaza a descubrir que la persona más importante a la que debes impresionar en este mundo eres tú. Sí, tú misma, tú mismo. Desde ya, haciendo frente a la tiranía de la imagen… Y, en busca de esta revolución, ha creado el “Club de Buenorras”, un refugio para el autocuidado de nuestra salud física y mental, celebrando nuestras peculiaridades sin ataduras inflexibles. Porque, como proclama con guasa, “¡ni las zanahorias van al cielo ni los dónuts al infierno!“.
¡Bienvenida a La Mirada!

@jorgegpalomo

P-Esto es La Mirada… ¿Cómo te gusta mirar la vida, Ana?

R- A día de hoy, me planto delante de la vida con la actitud de «aquí te veo, aquí me ves». Después de años intentando pasar desapercibida, como si fuera mi superpoder ser la mujer invisible, he dado un giro de 180 grados. Ahora, con mi flamante capa del «aquí estoy yo», la palabra «transparente» ha sido desterrada de mi vocabulario personal. Y te digo una cosa: ver y ser vista de esta manera es el verdadero superpoder; ¡y vaya si pienso usarlo!

Aunque eres prolífica en diferentes medios, para quien no te conozca aún, ¿cómo te presentarías a ti misma?

Hola, soy Ana Morales, esa amiga que te hará tirar todas las dietas a la basura y empezar a coquetear con el espejo. Prolífica en medios y prolífica en comerme la vida a bocados. Psicóloga, escritora y experta en encontrarle el lado divertido a este viaje loco llamado autoaceptación y salud emocional. Como una apasionada defensora de abrazar nuestras verdades, incluso aquellas que a veces pueden ser incómodas, paso mis días desentrañando los secretos de la autoaceptación. Me veo tejiendo banderas de libertad y amor propio, reemplazando viejas creencias por nuevas convicciones que nos permitan caminar con la cabeza alta. Imagina, por un momento, cómo sería tu vida si cada mañana al despertar el reflejo en el espejo te sonriera de vuelta, no con una sonrisa forzada, sino con una de oreja a oreja. Esa es la transformación que busco inspirar. Mi misión es sencilla, pero profunda: ayudarte a descubrir que la persona más importante que debes impresionar y amar en este mundo eres tú mismo.

¿Por qué leer “¡Qué buena estoy!” (editado en La Esfera de los Libros)?

Porque es el único libro que, mientras lo lees, te hace sentir como si estuvieras charlando con tu mejor amiga, esa que te dice las verdades a la cara, pero te hace reír a carcajadas mientras lo hace. Es una mezcla explosiva de consejos de vida, risas garantizadas y momentos de “¡ajá!” (sic) que te harán ver la vida y tu cuerpo con otros ojos. Si buscas una señal para empezar a amarte locamente, considera este libro como esa señal gigante de neón.

Insistes en que “sentirte bien con tu cuerpo, tenga la forma que tenga, es posible si sabes cómo”… ¿Pero cómo?

Empezando por romper con el guion que nos han vendido de que solo hay un tipo de cuerpo «aceptable». Se trata de reeducar nuestra mente para celebrar lo que tenemos en lugar de castigarnos por lo que no. Practica el autocuidado como si fuera tu nueva religión, baila en ropa interior por la casa y, cada vez que te mires al espejo, recuerda que la única aprobación que necesitas es la tuya. Y sí, comer chocolate sin remordimientos también está en el manual porque recuerda que… ¡ni las zanahorias van al cielo ni los dónuts al infierno!

Me encanta la comedia y me gusta mucho tu uso del sentido del humor para comunicar… ¿La risa es también es una suerte de medicina existencial? ¿Es la mejor terapia para relativizar todo y sentirnos mejor?

Totalmente. La risa es mi medicina favorita; y la más barata, por cierto. Nos ayuda a tomar distancia, a ver las cosas desde otra perspectiva y, lo más importante, a no tomarnos todo tan en serio. La vida ya tiene suficientes dramas como para sumarle más. Así que sí: reír es terapéutico, es revolucionario y, sobre todo, es humano.

A todo esto, con las redes y demás, ¿hasta qué punto nos influye la tiranía de la imagen? ¿Cómo apuntarse a tu peculiar “Club de Buenorras”? ¿Quién puede unirse a este grupo tan disruptivo como necesario?

La tiranía de la imagen nos tiene agarrados del cuello, pero aquí estoy yo para ofrecerte unas tijeras. Mi «Club de Buenorras» está abierto para todas las que quieran unirse a la revolución de quererse a sí mismas, más allá de filtros y ‘likes’. ¿Requisitos? Solo uno: venir tal y como eres. Este club es para las valientes, las cansadas de fingir, las que quieren vivir auténticamente. Si estás leyendo esto, ya estás dentro.

Como profesional, ¿cómo valoras la importancia que está cobrando, afortunadamente, la salud mental en la sociedad?

Es fundamental entender que la salud mental y física deben ir de la mano, siempre. Preguntar «¿A quién quieres más, a papá o a mamá?» parece absurdo, ¿verdad? Pero cuando hablamos de salud, a menudo nos vemos forzados a elegir entre lo físico y lo mental, como si pudieran separarse. La realidad es que la salud es un compendio: la suma total de nuestro bienestar físico y mental. Sin salud mental, la salud física es solo una fachada; y viceversa. Cuidar de una y descuidar la otra es como intentar volar con una sola ala: simplemente, no funciona. El tema del sobrepeso y la obesidad es un claro ejemplo de esta desconexión. Nos obsesionamos con poner a las personas a dieta por su «salud». Pero ¿a qué salud nos referimos exactamente? Sí, tal vez pierdan unos kilos y consigan subir las escaleras sin jadear, pero ¿a qué costo? Para llegar a ese segundo piso, se acumulan, escalón a escalón, frustraciones, ansiedad y una autoestima por los suelos. Puedes y mereces tener ambas: una mente vibrante en un cuerpo que se siente como en casa.

Esto es La Mirada Norte de Madrid… ¿Algún lugar inspirador para estar más saludables mental y físicamente?

Si hablamos de un lugar que realmente encapsula la esencia de vivir bien en todos los sentidos, mi voto va sin duda para San Lorenzo del Escorial. ¿Por qué? Porque es como ese plato que tiene todo lo que te gusta, en las cantidades perfectas. Para darte esa dosis de bienestar físico, tiene unos parajes naturales que parecen sacados de una postal. Y, claro, no podemos olvidarnos de la comida; la gastronomía aquí es un festín para los sentidos, capaz de convertir cada comida en una pequeña celebración de la vida. Pero no todo es mover el esqueleto y deleitar el paladar; la salud mental también tiene su lugar en El Escorial. Este pueblo te abraza con su tranquilidad, te susurra historias a través de su cultura y te invita a desconectar para reconectar contigo mismo. Es esa pausa reconfortante en medio del caos para recordar que la vida, a pesar de todo, es maravillosa.

¿Reflexión final para los lectores de La Mirada?

Solo esto: la vida es demasiado corta para pasarla en guerra con tu cuerpo. Ámalo, cuídalo, celébralo. Y recuerda, en este viaje de la autoaceptación no estás sola. Estoy aquí para recordarte lo buena que estás, por dentro y por fuera. ¡Vamos a comernos el mundo, “Buenorras”!

Mil gracias, abrazo grande y… ¡hay que ver qué buenos estamos!

El periodista y comunicador Jorge García Palomo nos presenta a todo tipo de personas genuinas, creativas, curiosas, contingentes y necesarias… Como diría aquel genio, “gente loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo”…  Sí, son “Otras miradas”. Y están entre nosotros.