GOYA: El primer reportero gráfico
“Cualquiera que haya visto los periódicos del último medio siglo comprueba que Goya ilustró, hace más de 100 años, las noticias más significativas”. F. Licht, historiador de arte, 1979.
Goya no conoció la fotografía, pero sus grabados, en especial la serie “Los Desastres de la Guerra”, pueden considerarse origen del fotoperiodismo.
Ahora tenemos ocasión de ver, hasta el 23 de junio, por vez primera y restauradas, las planchas de cobre que Goya realizó para las series de grabados de los Desastres, los Caprichos y los Disparates, en la exposición “Goya. El despertar de la conciencia”, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
La restauración ha devuelto su definición original, eliminando las capas de acero, níquel y cromo, con que se recubrieron, a finales del XIX y principios del XX, para realizar estampaciones sin deteriorar las matrices.
Cuando en 1808 estalla la Guerra de la Independencia contra Napoleón, Goya tiene 62 años, su obra se aleja de encargos y temas convencionales, la pintura no es solo profesión, es ejercicio de libertad. Vivirá la guerra en una crisis personal, compartía la crítica contra el absolutismo de Fernando VII por parte de los intelectuales afrancesados, pero no llegó a adherirse al nuevo gobierno y fue prudente en actos públicos.
Testigo de la ocupación francesa en Madrid, visitó, junto a Palafox, la Zaragoza destruida tras los dos sitios napoleónicos, siguió con angustia el conflicto, y con la tristeza por el fallecimiento de su esposa en 1812.
En 1810 inicia los 82 grabados que componen Los Desastres de la Guerra, que acabará en 1815, no publicándose hasta 1863. Goya graba él mismo las planchas, como hicieron Rembrandt o Durero, no se limitó a entregar el dibujo al impresor.
En esas escenas Goya inventa el reportaje gráfico y participa en el nacimiento de un periodismo visual.
La muerte, la violencia, el hambre y el sufrimiento de la guerra quedan reflejados en ellas, denunciando los abusos de ambas partes, como un reportero imparcial que selecciona la imagen que concentre lo que quiere mostrar, en la búsqueda de la verdad, dando testimonio de ella, provocando la reflexión moral. Las imágenes van acompañadas con un breve pie de foto, enfoque muy periodístico.
Goya anticipa la barbarie de todas las guerras venideras, con imágenes que conmueven y asustan, en ellas se dibujan los conflictos de nuestro tiempo, los que vemos diariamente en Ucrania o Gaza y que recogen los actuales fotoperiodistas de guerra.
Con la vuelta de Fernando VII, se abre un proceso judicial contra Goya por posible colaboración con el gobierno napoleónico, como oficial de palacio había jurado fidelidad a José Bonaparte, de quien recibió la Real Orden de España, que no recogió, y participó en la selección de obras españolas destinadas al Museo de Napoleón, todas las elegidas sospechosamente de poca calidad….
Goya solo intentó sobrevivir profesionalmente y gracias a su amigo el Duque de San Carlos, salió indemne del juicio, pero perdió el favor como pintor de Corte.
La mirada de Goya sobre los conflictos bélicos, como la de los fotoperiodistas de hoy, es el testimonio que nos golpea la conciencia, porque, como titula el grabado 44, “Yo lo vi”.