¿Qué tendrá Toni Cantó?
Me lo he preguntado varias veces en estos últimos meses. Y algo debe de tener que yo no acabo de comprender. Ha pasado de ser un simple actor más cercano a la mediocridad que a la excelencia a ocupar las primeras páginas de todos los medios, incluidos los audiovisuales y, como no, siendo protagonistas de los más diversos comentarios en las redes.
Manuel Vega
Toni Cantó comenzó su carrera política en Torrelodones, lugar de su residencia y donde se afilió a Ciudadanos, aunque dos años más tarde paso a formar parte de una coalición de vecinos que se presentaron a las elecciones municipales aunque él no consiguió el acta de concejal.
Desde 2008 hasta 2015 militó en la UPYD de Rosa Díez. En ese tiempo se desplaza a su tierra natal y entra en el Congreso de los Diputados encabezando la lista de Valencia por su partido. Después de esta aventura, ya en 2015, intenta presidir su partido sustituyendo a Rosa Díez, pero pierde el envite y decide dejar de ser militante.
Ese mismo año, Albert Rivera, líder indiscutible de Ciudadanos, le ofrece entrar en la lista de su partido para las elecciones valencianas saltándose las primeras de las que tanto presumía el político catalán. Y se hace el hombre fuerte del parido en la Comunidad. Su forma de hacer política no convence a muchos de sus afiliados y se gana grandes antipatías. Pero él sigue adelante con mano de hierro.
Y llega la descomposición de Ciudadanos y Toni Cantó es de los primeros que se baja del carro y se pone a disposición del PP. Esta acción, con palabras gruesas de Cantó hacia Arrimadas, que ya había sustituido a Rivera, y hacia sus compañeros caen muy bien en el partido de Casado cuya ambición era absorber al partido centrista persiguiendo el gran eslogan del PP de ser el único partido de centroderecha español.
Le colocan en las listas de Madrid en las elecciones adelantadas en la Comunidad en un puesto privilegiado, pero es descabalgado por la Justicia por no cumplir los requisitos de residencia. Y pasa al lado oscuro.
Cuando ya nos habíamos olvidado del actor/político o político/actor, Isabel Díaz Ayuso, en un movimiento muy discutido de los que hace gala, crea una “chiringuito” especialmente para él: una Oficina del Español para Madrid con un sueldo anual de 75.000 euros al año.
Las consecuencias de este nombramiento han sido, son y serán motivo de discusiones a todos los niveles y muchos se preguntan qué cualidades tiene Toni Cantó para desarrollar en no se sabe que contexto nuestra lengua. Isabel Díaz Ayuso, como es habitual, sale a contestar, con esa prepotencia a la que nos vamos acostumbrando, que “es un hombre de teatro y, pot lo tanto, de la Cultura”, y se queda tan fresca.
Independientemente de este hecho concreto, que le va servir a Toni Cantó para sobrevivir, bastante bien por cierto, durante dos años al menos, vuelvo a la pregunta que me hago en el titular: ¿qué tiene Toni Cantó que todos los partidos a la derecha de los socialistas le quieren en sus filas? Tal vez algún día lo descubriremos. O no.