Opinión

Mentirijillas

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La falta de palabra es uno de los grandes problemas que tenemos en la sociedad que vivimos. La situación es tal que dentro de poco tendremos un calibrador de mentiras y mentirosos.
Juan Ussía

Y existirá porque lo difícil va a ser encontrar a alguien que en sus primeras cien palabras no nos mienta. De siempre ha existido en las relaciones personales la mentirijilla, patria propia del zalamero y vendedor de humo y muy habitual en cualquier ligoteo o primer acercamiento. Es evidente que todos/ y todas las hemos usado en algún momento de nuestras vidas para exagerar o enaltecer algo que ni mucho menos es como lo contamos. Generalmente esto se hacía, y se hace, para quedar bien y existen auténticos profesionales de la materia.

Pero siempre han existido buenos mentirosos. Les cuento un caso. Aún recuerdo un buen amigo periodista y compañero de trabajo entonces, que me contó un verano que no iba a ir por la redacción porque se iba a Estados Unidos a perfeccionar su inglés. Este viaje le permitía incorporarse más tarde en un mes de septiembre de aquellos años. Jamás olvidaré mi carcajada cuando le vi andando cerca de su casa en pleno agosto mientras yo me encaminaba a jugar un partido de fútbol. Su excusa fue de lo más simple: si no te mentía a ti no tenía valor mi mentira. A día de hoy sigue siendo uno de mis mejores amigos y siempre que puedo le saco el tema porque me llegó contar el nombre de la familia americana y el pueblo donde iba.

En la profesión periodística siempre se ha dicho aquello de la “letra impresa pesa” para dar una consistencia mayor a lo que se publica desde nuestras huestes, ya que el papel, eso se decía, no todo lo aguanta. Tampoco podemos presumir que nada de esto ya persista. Lo preocupante es que los lectores damos por hecho que cualquier persona puede decir una cosa y la contraria. Es tan grave el asunto que muchos de nosotros lo damos como algo habitual. Todo depende del contexto, nos dicen. Comprenderán que esta situación si la extrapolamos al ámbito político y de cualquier autoridad es tremendamente complicada. Y más aún con la actitud que tiene al respecto Pedro Sánchez, nuestro presidente en funciones. En este momento nos indignamos con que quiera dar la amnistía a los golpistas catalanes. Anteriormente con su falta de escrúpulos al asegurar que jamás gobernaría ni con Podemos ni con Bildu. El problema viene de fondo y, aunque estos temas sean muy graves, el líder del PSOE es el faro y el “puto de amo” de una casta de políticos que utilizan la palabra sin valor y contenido y solo para satisfacer sus intereses. Como conclusión, les preguntó ¿conocen algún político que no nos haya mentido en los últimos meses?