‘Infinito’, el merecidísimo homenaje a Paco de Lucía el 30 de julio en el Real

Compartir
Impulsado por todos los miembros de su familia, el Teatro Real le abrirá de nuevo las puertas a Paco de Lucía desde aquel 18 de febrero de 1976 cuando “irrumpió” en este imponente escenario con la oposición de quienes lo veían reservado para la música “culta” o la ópera.
Manuel Vega

Paco de Lucía nunca estará solo. Su familia, una doble familia, pero muy unida, formada por sus esposas Casilda y Gabriela y sus cinco hijos de los dos matrimonios, Casilda, Lucía y Francisco de la primera y Antonia y Diego de la segunda, han creado una fundación en su nombre y a la que también pertenecen otros miembros de la familia y amigos que se inicia con “Infinito” su andadura.

El próximo 30 de este mes será memorable. Más de 20 artistas han querido estar presentes, todos primeras figuras mundiales de diferentes disciplinas musicales. John McLaughlin, Sara Baras, Miguel Poveda, Niña Pastori, Mariza, Farruquito, Farru, Jorge Pardo, Al Di Meola, Carles Benavent, Antonio Serrano y Antonio Sánchez entre otros harán que vaya a ser único e irrepetible.

Todos ellos son los que le acompañaron en vida o para quienes la música del guitarrista fue una brújula, estarán allí esa noche para reencontrarse con el maestro. Y para tratar de explicar, una vez más, que hubo un músico capaz de encerrar la eternidad en las cuatro paredes de un teatro, esta vez en el escenario impecable del Teatro Real.

Paco de Lucía triunfó en el Madison Square Garden de Nueva York y el Royal Albert Hall de Londres, deslumbró tocando Entre dos aguas o el Concierto de Aranjuez.

Casilda, su hija,  publicó en 2017 la novela ‘Te espero en la última esquina del otoño’, inspirada en la historia de sus padres, un amor entre una mujer de clase alta y un hombre de clase humilde que se casaron en Ámsterdam en 1977, pese a la oposición de la familia de su madre, hija del general José Enrique Varela. “Fue muy sonado, pero es verdad que mis padres son gente con tanta identidad que no pertenecen a ningún grupo. Ella estaba fuera de su clase social y él, también”, dice Casilda.

Precisamente, después de su actuación «para todos los públicos» en el Teatro Real de Madrid que haría historia, un nuevo trabajo, Almoraima (1976), mostraba su voluntad rupturista y daba sobradas pruebas de una personalidad consolidada.

Pergeñaba ya entonces el proyecto de formar un grupo, y lo iba a lograr unos años después. En aquella época se sentía lo bastante afianzado como para formalizar su relación con Casilda Varela tras ocho años de noviazgo, y, pese a la oposición familiar, se casaron..

No queremos terminar este artículo sin hacer una breve referencia a la mítica pareja que formó con Camarón de la Isla (homenojeado también hoy en San Fernando recordando que nos dejó hace 30 años). Las cualidades extraordinarias de ambos y la manifiesta y firme voluntad de convertir el flamenco en una experiencia rabiosamente viva quedaron impresas en más de una decena de discos impresionantes y en la memoria del guitarrista, que recordaría aquellos años como la etapa más bonita de su vida.

Para él, la excelencia del tándem tenía una explicación muy sencilla: «Mi sueño siempre fue ser cantaor, mientras que el de Camarón fue ser guitarrista». Su música perfecta fue, por tanto, fruto de la sana envidia recíproca y la mutua admiración.

Este mes será el mes de Paco de Lucía y serán muchos los que nos recordarán sus buenos y malos momentos, que también los hubo, de este guitarrista excelso que impresionaba por la rapidez de sus manos, imposible de imitar.

Todos los que puedan, al Real el próximo 30 de julio. Es algo que va a pasar una vez en la vida. Ojalá que sea grabado por algún canal de televisión y podamos, todos, disfrutarlo.