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En qué hay que fijarse para elegir el colegio de tus hijos

En abril se abre el plazo para elegir colegio. Si ya es difícil acertar en circunstancias normales, ahora con la emergencia sanitaria que estamos viviendo la tarea es todavía más complicada por las circunstancias en las que se está desarrollando el proceso de admisión.

Antonio Milán

Los colegios han establecido medidas sanitarias para poder llevar a cabo las jornadas de puertas abiertas y las entrevistas de información con normalidad. Por eso hay que perder el miedo a acudir personalmente a los centros educativos que queramos conocer mejor. Primero es necesario informarse en sus web (o a través de otras familias) y conocer sus características fundamentales para hacer una primera preselección. Pero después es necesario acudir al colegio a pisarlo y tocarlo, y si es posible a tener una entrevista con alguno de sus responsables.

Llegados a este punto, ¿en qué hay que fijarse en esa entrevista para saber si es el colegio para nuestros hijos? Aquí van 5 claves que no se ven a primera vista y que ayudarán a acertar en la decisión.

  • Lo primero es preguntar por el ideario del colegio. No solo para saber bien cuál es y así estar seguros de que los hijos percibirán una absoluta coherencia entre lo que se dice en casa y lo que se enseña en el colegio. Sino porque dependiendo de cómo lo expliquen podremos concluir si de verdad en ese centro se vive aquello que enseñan o es solo algo formal que está escrito en un papel. Si nos indican, por ejemplo, que en el colegio procuran una educación personalizada y al mismo tiempo la persona que nos hace la entrevista se preocupa por las circunstancias personales de nuestro hijo, esa es una buena señal. Y viceversa.
  • En la entrevista, si los padres así lo buscan y el centro lo procura, se debe explicitar que la educación que se imparte es integral. Es decir, no se limita solo a transmitir conocimientos, sino que su labor va más allá y procura preparar a los jóvenes en valores y habilidades que desempeñarán a lo largo de toda su vida, tanto en el entorno laboral como en la vida personal y privada. Pero para que esto sea real tienen que detallarse en la entrevista acciones concretas y sistemáticas (no puntuales) dirigidas a desarrollar esas otras dimensiones de la persona. Si no, la educación integral en ese centro será solo una frase bonita en el ideario.
  • Otra clave es comprobar en la entrevista si el centro tiene claro que los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos y por tanto busca una unión real con las familias. Esto será posible si desde el colegio se facilitan a los padres espacios para compartir; si están programadas tutorías personales con ellos también cuando no haya problemas aparentes; y si están previstas escuelas de padres dirigidas a ayudarles a educar a sus hijos. Porque el colegio ideal es aquel que no concibe a las familias como enemigas, sino como aliadas.
  • En la explicación que recibamos debe quedar claro que ningún estudiante se queda atrás y cada uno de ellos desarrolla su máximo potencial y talento. Se puede preguntar, por ejemplo, por los resultados de las pruebas oficiales. Pero no solo sobre los alumnos presentados, sino sobre los alumnos matriculados. Porque desde los centros educativos es fácil presentar solo a los que van a superar la prueba. Lo difícil, y lo que marca la diferencia entre los buenos colegios y los excelentes, es marcar un nivel y acompañar a todos los alumnos, cada uno con sus particularidades, a que lleguen a ese objetivo, sin dejar a nadie por el camino.
  • Una adecuada gestión de conflictos favorece muchísimo el aprendizaje de los alumnos. Por eso el colegio de nuestros hijos debería tratar los errores como una oportunidad para mejorar y no como una mera cuestión disciplinaria. En la entrevista debe quedar claro, por tanto, que una cosa son los problemas y otra muy distinta las personas. Y que, en los errores y equivocaciones, se juzgarán solo las acciones, nunca a los alumnos.

Estas 5 claves, como muchas otras, pueden ayudar. Pero a la hora de tomar la decisión final hay que tener algo claro: no existe el colegio perfecto. Los colegios están formados por profesores. Y los profesores son personas que, igual que los padres, cometen errores.

Por eso en todos los centros educativos sin excepción llegará un día en que habrá que decir algo que se ha hecho mal o algo en lo que el profesor de tu hijo se ha equivocado. No hay problema. O no debería haberlo, al menos. Porque ese día habrá que estar dispuestos como padres a decir las cosas, no a otros padres (que quizá agranden y compliquen la problemática) y mucho menos a nuestros hijos (para no desautorizar a sus profesores) sino a la persona oportuna, en el momento oportuno y del modo oportuno. Porque los colegios mejoran con los padres. Y si se hace de este modo el clima en el que crecerán los hijos será un clima positivo y relajado en el que será más fácil educar. Eso es lo más importante para que los hijos acudan felices a su colegio, tan importante es esto como la elección del centro educativo.

Antonio Milán

Director Grados de Educación

Universidad CEU San Pablo