Deporte y vida sana

Carlos Alcaraz vuelve con un show en Indian Wells a un camino que había abandonado

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El mejor Carlos Alcaraz sigue presente. El español vence a Daniil Medvedev con un marcador de 7-6(5) y 6-1 en 1 hora y 41 minutos para proclamarse campeón de Indian Wells 2024, defendiendo trofeo. Tras un primer set ajustado, Alcaraz destrozo al ruso con un tenis impredecible que Medvedev no supo entender nunca.

Hubo algo esta semana que me empujó a seguir este torneo. Carlos venía de una mala racha y no conseguía ganar un torneo importante desde Wimblendon. Los derrotistas, que siempre hay, habían sacado las uñas en su contra con comentarios muy negativos. Él mismo llegó a California con muchas dudas, pero partido a partido ha ido progresando de tal forma que ya en la semifinal contra la revelación del año, el italiano Sinner, dio todo un recital físico y mental que ha completado en esta final en la que ha desbordado por completo a Medvedev.

Pero para los que no hayan tenido la suerte de disfrutar del show de Alcaraz les ponemos un poco como podamos en la situación que hemos vivido esta noche. Con un sol radiante en el cielo, Carlos y Daniil saltaban a la pista central de Indian Wells. El factor que sí que estaba presente desde el calentamiento es el viento habitual en un enclave como es el desierto californiano, condición con la que ya se habría mostrado incómodo el tenista ruso. Aun así, todo eso se quedaba a un lado en el inicio del choque, en el que Medvedev empezaba agresivo sin dejar tiempo a su rival a mentalizarse de donde estaba y para qué.

Carlos desaprovechaba alguna que otra opción, aunque los nervios del joven tenista empezaban a disiparse para encontrar sus buenos golpes con un poco más de tranquilidad. Aunque llegaba ligeramente tarde, lograba reconectar con su tenis a tiempo para entrar en la gran final ante Daniil. La magia aparecía en la raqueta de los dos jugadores, aunque ninguno terminaba de dar el paso hacia delante. 

De humano a máquina

Tuvo que ser en los últimos momentos del parcial cuando Alcaraz dejaba atrás las dudas iniciales para firmar sus mejores golpes del encuentro hasta el momento, asumiendo los riesgos necesarios y marcando la diferencia con un Medvedev del que no terminaba de alejarse. Obediente a las indicaciones de Ferrero, hacía leña del árbol caído disminuyendo aún más la confianza de un rival que no terminaba de imponerse en la pista.

A pesar de no tirar nunca la toalla, el ruso iba cuesta abajo y sin frenos, con su celeridad habitual entre puntos cuando va perdiendo. Sin perder la concentración, Alcaraz sacaba el rodillo para finalizar el partido por todo lo alto, con Medvedev enfrentándose a la grada como reflejo de su desesperación absoluta. 

De esta manera, Carlos cumple con su palabra y logra su objetivo en este torneo, defender título. El español rompe así una racha sin trofeos desde Wimbledon con la que demuestra que tiene el nivel de juego y la confianza necesarios para enfrentarse a cualquiera y conseguir la victoria. Además de asegurarse ese puesto número dos con el que iniciaba el torneo, Alcaraz deja claro que sigue muy presente. Sinner y Medvedev lo pueden corroborar.

Lo que comentó

“Ganar este torneo significa mucho para mí porque la semana previa al comienzo tenía muchas dudas sobre mi tobillo. Recuerdo mi primer entrenamiento aquí, fueron 30 minutos sin moverme. El primer entrenamiento con jugadores a exigencia alta fue muy duro para mí, porque veía que no podía jugar a mi mejor nivel. No me sentía bien con mi tobillo, muchísimas dudas en mi cabeza, pero en la primera ronda empecé a sentirme mejor. Y cada partido iba a mejor. Así que estoy muy feliz por ganar este título de nuevo. Contento por haberme sobrepuesto a los problemas. Ganar un Masters 1.000 siempre es un orgullo”.