Britney Spears, la princesa del pop de los 90, nos cuenta su tormentosa vida en ‘La mujer que soy’
En los 90 Britney Spears se convirtió rápidamente en un icono global. Con su música, cautivó a miles de seguidores de todo el mundo, pero también lo hizo con su vida personal. está lista para romper su silencio y compartir su historia con sus propias palabras.
LMN
El mundo podrá conocer su perspectiva en ‘ La mujer que soy’, su libro de memorias que sale a la venta el 24 de octubre en Estados Unidos. Dos días más tarde llegará a España de la mano de la editorial Plaza y Janés.
Los fanáticos de la cultura pop están ansiosos por descubrir los secretos, las luchas y los triunfos que han definido la vida de Spears. Una vida que ha interesado muchísimo a los medios de comunicación, pero de la que no había tantos testimonios directos de la que a su protagonista. Ahora, con ‘La mujer que soy’, Britney se convierte en la reina de su propia narrativa.
Antes de su llegada a librerías, se han ido filtrando los temas que tratará el libro, lo que ha generado grandes expectativas entre el público. La revista People ha jugado un papel clave. Hace unas semanas, publicó un extracto del tomo y una entrevista, que protagonizó su primer reportaje en más de cinco años. Días más tarde, un reportaje de The New York Times reveló otras de las sorpresas que destapa el libro.
“Durante los últimos 15 años o incluso al comienzo de mi carrera, me senté mientras la gente hablaba de mí y contaba mi historia. Después de salir de mi tutela, fui libre de contar mi historia sin consecuencias por parte de los responsables de mi vida. Por fin ha llegado el momento de alzar la voz y hablar. Mis fans merecen escucharlo directamente de mí. No más conspiraciones, no más mentiras, solo yo siendo dueña de mi pasado, presente y futuro”, sentenció la artista a People. Damos la bienvenida a las nuevas confesiones.
El aborto con Justin Timberlake
Uno de los extractos que más ha llamado la atención del libro es el episodio en el que la cantante explica que durante su relación sentimental con Justin Timberlake decidió someterse a un aborto. Los dos empezaron a salir en 1999, cuando ella tenía 17 años y él 18, y se convirtieron en la pareja del momento de Estados Unidos. La prensa del corazón se cebó con su relación, que fue seguida durante los casi tres años que duró.
Se vendió la idea de “pareja adolescente perfecta”, pero nunca llegó a la prensa el asunto del aborto. “Fue una sorpresa, pero para mí no fue una tragedia. Amaba mucho a Justin. Siempre esperé que algún día tuviéramos una familia junta. Pero él definitivamente no estaba contento con el embarazo. Dijo que no estábamos preparados para tener un bebé en nuestras vidas, que éramos demasiado jóvenes”, recuerda Britney en el libro.
Este suceso podría estar estrechamente relacionado con el videoclip y la letra de su tema Everytime. Aunque es una teoría que ella no ha confirmado, los fans están analizando al detalle la canción. Lo más curioso es que en el vídeo, la artista canta el estribillo mientras una mujer da a luz en el fondo. “Cada vez que te veo en mis sueños veo tu cara, me persigues. Supongo que te necesito, bebé”. Esta letra que todos interpretaban que iba para su novio, ahora podría hacer referencia a otra cosa.
Según explica la artista, fue precisamente Timberlake quien decidió acabar la relación, cortando con ella a través de mensajes de texto.
Los inicios de Britney no fueron en la industria de la música sino en el mundo de la actuación. Tenía 12 años cuando entró a formar parte del elenco de El club de Mickey Mouse, un programa infantil de la televisión estadounidense en el que trabajó con artistas como Christina Aguilera, Justin Timberlake y Ryan Gosling.
En el libro, la artista reconoce que el mundo de la actuación no era lo que realmente le gustaba. Recuerda su experiencia en el programa de Disney: “No fue fácil para mí. El problema no tenía nada que ver con nadie involucrado en la producción, más bien con lo que la actuación le hacía a mi mente. Comencé a actuar con métodos, pero no sabía cómo salir de mi personaje. Me convertí en otra persona”.
Aun así, decidió desembarcar en el mundo del largometraje. Mítico es su paso por Crossroad (2002), una película que trata sobre tres amigas de la infancia que tratan de redescubrir su relación. Para hacernos una idea, fue nominada a 8 premios Razzie, llevándose el de peor actriz protagonista y el de peor canción original. El filme vuelve a la gran pantalla durante un par de días (23 y 25 de octubre) en Estados Unidos.
La cantante de Gimme More revela que podría haber formado parte de El Diario de Noa, unas de las películas románticas más míticas de los 2000. “El casting de la película estaba entre Rachel McAdams y yo. Pensé que podía ser divertido reconectar con Ryan Gosling después del tiempo que pasamos juntos en El club de Mickey Mouse, pero me alegro de que no me cogiesen’”.
Como no podía ser de otra manera, uno de los pasajes clave del libro habla de su momento más viral: cuando se rapó la cabeza en 2007. Para sorpresa de nadie, Spears confiesa que a lo largo de su carrera se había sentido juzgada por su aspecto físico: su forma de vestir, su forma de moverse en el escenario, cómo aparecía en los videoclips, si estaba más gorda o más delgada… ¿Cómo responder a este juicio constante? Cambiando drásticamente su aspecto.
“Me habían observado mucho mientras crecía. Me miraban de arriba abajo, la gente me decía lo que pensaba de mi cuerpo desde que era adolescente. Raparme la cabeza y comportarme mal fueron mis formas de contraatacar”, señala en el libro. “Con la cabeza rapada todo el mundo tenía miedo de mí, hasta mi madre”.
Pero esa libertad y contraataque pronto quedaron lejos de su alcance. Britney Spears comenzó a estar bajo la tutela de su padre, Jamie Spears, en febrero de 2008. Este sistema otorgó a su padre y a otros administradores el control de su patrimonio y asuntos personales.
Bajo tutela judicial de su padre
En el libro, la artista reconoce que su estado mental no era el mejor en aquellos años, pero que no merecía que le arrebataran la libertad de esa forma. “Sé que había estado actuando de manera salvaje, pero no había nada que justificara que me trataran como a una ladrona de bancos. Nada que justificara poner mi vida patas arriba”.
La relación de Britney con su padre fue complicada desde el principio. Así lo confirma en la autobiografía: “Si crees que ser criticada por mi cuerpo en la prensa era malo, dolía aún más que viniera de mi propio padre. Me repetía y repetía que estaba gorda y que tenía que hacer algo con ello”.
Estuvo el control de su padre durante 13 años, algo que tuvo evidentes consecuencias en su vida. “La tutela me arrebató mi condición de mujer, me convirtió en una niña. Me convertí más en una entidad que en una persona en escena”, confiesa en el libro. Recordemos que Britney tenía 39 años cuando el juez puso fin a este sistema de protección.
Tras 13 años sometida al control de su padre, en septiembre de 2021, un tribunal de Los Ángeles concedió la solicitud de Britney Spears para poner fin a la tutela. En aquel momento, el movimiento #FreeBritney jugó un papel clave. Se organizaron protestas y manifestaciones en apoyo a la artista, así como recogidas de firmas y campañas en redes sociales, lo que contribuyó a mantener la atención sobre su caso.
Varios documentales han recopilado la historia sobre la tutela, sirviendo como antecedente del libro de memorias que se publica esta semana. Es el caso de Britney vs Spears de 2921,), documental de Netflix donde la periodista Jenny Eliscu y la cineasta Erin Lee Carr investigan la lucha por la libertad de Britney Spears a través de entrevistas e informes. Otro ejemplo es Framing Britney Spears (2021), donde The New York Times investiga cómo la tutela se utilizó para controlar y vigilar a la artista.
Y llegó la libertad
Con 39 años, Spears logró escapar de su padre. Recuperar la libertad fue un triunfo para la artista, pero en su libro reconoce que no ha sido un proceso fácil. “Aprender esta nueva libertad, lo admito, es un reto en ocasiones”.
Ahora, con la publicación de sus memorias, vuelve a formar parte del interés de la prensa, algo que no parece estar gustándole mucho. En un reciente post en Instagram, Spears ha declarado que, pese al revuelo de los medios, el objetivo de sus confesiones no es hacer daño a nadie. “No me gustan los titulares que estoy leyendo… ¡Por eso exactamente dejé el negocio hace cuatro años! La mayor parte del libro es de hace 20 años. He seguido adelante, y a partir de aquí es un borrón y cuenta nueva”.