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Un cometa cruzará los cielos de nuestro país a partir del 27 de septiembre y no se sabe si volverá a verse

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Se trata del cometa Tsuchinshan-ATLAS, un fenómeno que ha captado la atención de la comunidad científica por su posible espectacularidad.

Este cometa, descubierto en enero de 2023, podría iluminar los cielos de España a finales del mes de septiembre.

Este cometa fue identificado por primera vez en China y, desde entonces, ha sido objeto de seguimiento por astrónomos de todo el mundo. Aunque actualmente está demasiado cerca del Sol como para ser visible desde el hemisferio norte, la expectativa crece a medida que se aproxima a su punto más cercano a nuestra estrella, previsto para el 27 de septiembre. Será en los días posteriores cuando podremos disfrutar de su presencia, unos 45 minutos antes del amanecer, si el cometa sobrevive a su paso por el Sol.

¿Qué hace que este cometa sea tan especial? Primero, su origen. Tsuchinshan-ATLAS proviene de la lejana nube de Oort, una región del espacio situada en los confines del Sistema Solar. Esto significa que es probable que esta sea la primera y única vez que el cometa pase por nuestro vecindario cósmico, que regresan periódicamente. Y segundo, el brillo que podría alcanzar. Algunos astrónomos ya lo han apodado «el cometa del siglo» por la posibilidad de que su brillo sea excepcional, llegando a una magnitud de -3, lo que lo haría visible a simple vista y comparable a las estrellas más brillantes del firmamento.

Para aquellos interesados en no perderse este fenómeno, lo mejor será estar preparados. Entre finales de septiembre y la primera mitad de octubre, este cometa debería ser visible en el cielo nocturno de España, y una buena herramienta para localizarlo será la aplicación Sky Tonight, donde con solo buscar «C/2023 A3», podrás saber hacia dónde mirar según tu ubicación.

Sin embargo, no hay garantías. Este tipo de fenómenos astronómicos, especialmente aquellos que implican cometas, son bastante impredecibles. Hay expertos que advierten que Tsuchinshan-ATLAS podría fragmentarse al acercarse al Sol, lo que disminuiría considerablemente su visibilidad. Aun así, si todo sale como se espera, los cielos de España podrían regalarnos uno de los mejores espectáculos astronómicos en años, uno que, además, puede que no se vuelva a repetir jamás.