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Sol Molina: “Es un orgullo ser un referente del Club Baloncesto Alcobendas”

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Con solo 21 años, Sol Molina es ya todo un referente en el Club Baloncesto Alcobendas. Convocada por las categorías inferiores de la selección española, es una de las jugadoras con un futuro más prometedor del panorama nacional. Actualmente esta a punto de acabar la carrera de enfermería y es uno de los espejos donde se miran las jugadoras de la cantera.

P-Llevas muchos años en el club baloncesto Alcobendas. Entraste muy joven y ya eres uno de los referentes del club. ¿Qué significa para ti el Club Baloncesto Alcobendas?

Después de nueve años, es parte de mi vida. He crecido yendo a este pabellón y he vivido muchas experiencias y emociones diferentes con esta camiseta. Lo resumiría a decir que este club para mí son muchas personas, y si me tengo que quedar con un sentimiento hacía el sería el de Gratitud.

P-Todos los deportistas de élite tienen un momento de decisión importante. Me consta que eras también buena atleta. ¿Por qué te decidiste por el baloncesto?

Siempre supe que el deporte de equipo me hacía más feliz, aunque ambos me encantaban. La sensación de dar lo mejor de ti por un grupo de personas que luchan por el mismo objetivo es más divertida y satisfactoria, por decirlo de alguna manera.

P-Tu buen hacer provocó tu convocatoria para la selección U20. Siempre se ha dicho que esta primera llamada es especial ¿La esperabas? ¿Cómo fue?

Nunca lo esperé y todavía hay días que me cuesta creer que consiguiera vivir todo lo que viví el verano pasado.  No me lo imaginaba tan duro, el nivel de exigencia físico y sobre todo mental era agotador. Llamaba a mi madre muchos días con ganas de llorar, a veces de puro cansancio. Esto es algo que siempre cuento porque a veces la gente no entiende que el deporte de alto nivel es duro y muy exigente.

Yo sabía que estar ahí era ya un sueño cumplido porque entrar en ese círculo de élite ya era muy complicado. Sin embargo, cuando estás dentro no ves eso y no te conformas con estar ahí, quieres estar entre las doce y entre las doce quieres jugar todo lo posible. 

Di lo mejor de mi durante ese mes, intentando gestionar mi cabeza lo mejor que podía y esforzándome en los factores que yo podía controlar, y luego la suerte me acompañó.  Vivir un europeo ha sido la mejor experiencia deportiva de mi vida.

Lo recordaré siempre como un sueño muy especial y emotivo. Aprendí y crecí mucho como jugadora. Hice muy buenas amigas. Y, sobre todo, disfruté de la alegría y de la mirada de admiración y satisfacción de los míos y esa sensación me la guardo en mi corazón para siempre. 

Sol en una entrada a canasta. Foto de Paula Garrido

P-Eres parte de una generación, la del 99, casi irrepetible en la historia del Club Baloncesto Alcobendas. Llegasteis a varias final four y conseguisteis subir el listón de las expectativas del club ¿Que recuerdas de esta bonita etapa? Con solo 16 años jugaste tu primera final four de ascenso a la primera categoría ¿Qué sensaciones tuviste?

Le debo mucho a la generación 99, a las personas del club que hicieron crecer la parte femenina apostando por nosotras y a todos los cuerpos técnicos que nos llevaron. Fueron los primeros que creyeron en mí y yo disfruté mucho de los años de cantera jugando con mis amigas. Nunca podré olvidar todo lo que vivimos.

Vivir dos fases de ascenso tan joven me motivó mucho a seguir creciendo y esforzándome como jugadora. A Sara, la otra jugadora de esa generación, y a mí nos encanta recordar esas fases, las vivimos con mucha ilusión y sin ser realmente conscientes de lo privilegiadas que éramos de estar ahí. 

Muchas de tus compañeras de generación se fueron a seguir su progresión y carrera a Estados Unidos. Pero tú no ¿Por qué?

Nunca me llamó estudiar en USA, y menos mi carrera, que era tan diferente. En Madrid tenía a mi club, que me ofrecía flexibilidad con mi carrera y una buena competición. No lo vi claro, y aunque es una experiencia enriquecedora, creo que ese tipo de decisiones hay que tomarlas muy convencida y con mucha vocación hacia el deporte.

Estas a punto de acabar la carrera de enfermería ¿Como compaginas la vida profesional con la académica? ¿Está siendo fácil?

Es cansado, sobre todo los meses que estoy en hospital, que son la mayoría, pero lo hago porque a día de hoy me compensa. Ver que mis compañeras tienen también ese ritmo de vida ayuda porque nadie vive de esto.

El deporte me ha enseñado a organizarme y ya me he acostumbrado a vivir sin apenas tiempo libre. Por supuesto hay días peores, y semanas, y momentos en los que en algún lado no rindes como te gustaría, pero lo aceptas porque si llegáramos a todo siempre no seríamos humanas.

También he de decir que mi madre siempre ha sido un gran apoyo para hacerlo todo más fácil. Siempre está pendiente de meterme un tupper en la mochila o de recordarme cada cierto tiempo que no me olvide de pasármelo bien.

Sol entrenando en el Pabellón Antela Parada

P-Ya estas asentada en el senior de la Liga 2 y eres todo un referente del club con solo 21 años ¿Cuál es el siguiente paso en tu carrera? Y, ¿Con que objetivos afrontáis la temporada?

La afrontamos con mucha incertidumbre, pero también con más ganas. Iremos partido a partido, aunque yo personalmente tengo un objetivo, y mi sueño, claro: ascender con mi club a Liga Femenina Endesa.

P-A nivel deportivo, quienes son tus referentes, en qué deportistas te fijas y admiras.

Cualquier persona que me siga un poco y me conozca sabe admiro desde que era una niña a Fernando Torres. No tengo otro referente que no sea él. Soy muy atlética y él representa ese sentimiento que muy poca gente entiende.  Sé que mi familia y mis compañeras de equipo pagarían porque dejara de hablar de él, pero realmente pienso que ha conseguido todo lo que yo entiendo como éxito: el respeto de sus rivales, cariño de los suyos y una huella en el deporte y en la vida de muchas personas.

Cuando salgo a jugar mi Presi muchas veces me grita desde la banda, Vamos, Torres.  ¡Me encanta!

P-¿Y de compañeras de equipo? ¿Con quién te quedas? ¿De quién has aprendido más?

Crecer en Alcobendas me ha dado la oportunidad de coincidir con jugadoras muy buenas. He jugado (y juego) con deportistas impresionantes y he aprendido de todas ellas. Si me tengo que quedar con una es con  Aritz, enfermera, capitana eterna de Alcobendas y una gran amiga.

P-Como jugadora de baloncesto profesional y un futuro tan prometedor ¿te sientes valorada?

Si, sino no estaría aquí.

P-Referente a partidos jugados ¿Cuál ha sido tu mejor partido? ¿Cuál es tu mejor momento? ¿Y el peor?

Solo me viene en mente un triple que marqué desde medio campo porque es de esas cosas que pasan una vez en la vida. Por otro lado, siempre hay derrotas que duelen más que otras: Las F4s, las fases, la eliminación en cuartos del europeo… pero sin duda las lesiones y mis queridos tobillos que tanta guerra me han dado se llevan los peores momentos.

P-Aunque seas tan joven, qué consejos le darías a las que vienen de abajo y empiezan o dan el paso para comenzar a tratar de llegar a la élite del baloncesto.

Les diría que se limitaran a trabajar y disfrutar de su deporte, sin hacer mucho caso a sus padres, si es que son de esos de los que saben más que todos los entrenadores, árbitros o fisios del mundo. También, que nunca se conformaran e intentaran no buscar muchas excusas, aunque a veces sea inevitable.  Otro consejo, que creo importante, es que estén dispuestas a sacrificar muchas cosas por otras, y que buscaran otros hobbies que les llenaran (un libro, un instrumento, una carrera que les gustara…) porque el estado de ánimo no puede depender solo de una cosa y hay que saber evadirse, tanto de los buenos momentos como de lo malos.

Y por supuesto les diría que el mundo del deporte es el mejor de todos los mundos.

P-¿Cómo es el día a día de una jugadora de baloncesto de élite?

Las jugadoras que realmente viven de esto, que no son la mayoría, entrenan varias veces al día. Yo me levanto a las seis de la mañana, me voy al hospital y de allí salgo a las cuatro aproximadamente, aunque algún año he tenido clases por las tardes y me iba directamente a entrenar desde la universidad.

Los miércoles, que descansamos, me pongo al día con los estudios para intentar no quedarme por la noche estudiando el resto de la semana. Esa tarde también me gusta pasar tiempo con mi familia, que es lo que más echo en falta en mi rutina, ya que hay días que llego a las doce de la noche de entrenar y ni siquiera les veo.

Por muy estresante que pueda parecer creo que soy muy afortunada. Si hace diez años me dicen que iba a poder estudiar lo que yo considero la mejor carrera del mundo mientras “trabajaba” jugando al baloncesto, lo hubiera firmado.

P-¿Cómo te gustaría que seas recordada?

Nunca lo he pensado. Seguro que me recuerdan por alguna tontería o payasada de las mías. Y por mi nueve seguro, que es como mi apellido ya.

Supongo que me gustaría ser recordada como alguien humilde y trabajadora, que intentó dar lo mejor siempre para su equipo  y sobre todo como una buena compañera.