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Por la noche al Penta

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El Penta, abreviatura de El Pentagrama, fue el bar de “La chica de ayer” y el mítico bar de la Movida madrileña, en pleno barrio de Malasaña.
Rosario Tamayo

La década de los 80 supuso en Madrid una explosión de creatividad que inundó la vida de esa época, tanto en la música, como en el cine, la moda, la pintura, la fotografía…

Todo un movimiento contracultural surgido durante los primeros años de la Transición, que sugería una España abierta a la modernidad, tras los cambios políticos.

Su punto de arranque se considera el 9 de febrero de 1980, día del concierto homenaje a Canito, músico y cantante, fallecido en accidente de tráfico, concierto promovido por un grupo de estudiantes de la Escuela de Caminos, que luego formarían el grupo Los Secretos y que con su compañero fallecido habían formado el grupo Tos a finales de los 70.

Un movimiento que tuvo su momento cumbre el 23 de mayo de 1981, cuando alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid organizaron “El concierto de Primavera”, más de 15.000 personas disfrutaron durante más de 8 horas de las actuaciones de Alaska y los Pegamoides, Rubi y los casinos, Mamá, Farenheit 451, Los Secretos o Nacha Pop, entre otros.

Muchas canciones inolvidables del pop rock español fueron creadas por grupos surgidos al calor de la Movida: Radio Futura, Los elegantes, Aviador Dro, Los Nikis, Parálisis Permanente, Glutamato ye-ye, Gabinete Caligari, La Mode…

También la onda expansiva de la Movida madrileña llegó al cine con Pedro Almodóvar, Fernando Trueba y Fernando Colomo; a la pintura, con Ceesepe, El Hortelano, Guillermo Pérez Villalta y Sigfrido Martín Begué; a la televisión, con programas como La edad de oro, La bola de cristal, Si yo fuera presidente y Caja de ritmos; al grafiti, con Juan Carlos Argüello, El Muelle;  y por supuesto, a la fotografía, con Alberto García Alix, Gorka de Dúo, Ouka Leele, Pablo Pérez Mínguez, Miguel Trillo, Mariví Ibarrola o Vicente Lluna.

Fueron también muy característicos los “fanzines”, sucedáneos de revistas que podríamos definir como el Instagram de la época, verdaderos canales con el que compartir ambiciones artísticas, que catalogaron la estética y los eventos, hechos con máquinas de escribir y reproducidos con fotocopias, con textos y fotos pegados a mano. Destacaron Licantropía, Monster, La pluma eléctrica, 96 lágrimas, Rockocó y Lollipop, entre otros.

Más tarde aparecieron las revistas La Luna y Madrid Me Mata.

Si quieres recordar esa época o conocerla, hasta el 20 de agosto estará abierta al público, en la Fundación Canal en Madrid, la exposición “Madrid: crónica creativa de los 80”, en la que, entre mucho material de esos años, se podrán ver siete fotografías de la colección de Alcobendas, y si nunca has ido al Penta, seas o no La chica de ayer, visítalo, buena parte de la historia de la música pop española se encuentra entre sus paredes.

“Luego, por la noche, al Penta a escuchar canciones que consiguen que te pueda amar…”

Rosario Tamayo Lorenzo