Opinión

Manuel Linares somos todos y todas

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Manuel Linares un ciudadano que paga sus impuestos, que decidió instalarse en Alcobendas comprando una vivienda. Una persona, agradable, trabajadora, empática, con ese carácter andaluz solidario, con una devoción popular por su tierra, Sevilla y la Macarena. Un vecino anónimo, de esos que te ves en la panadería o saludas en las escaleras del portal.
Eduardo Andradas

Pasó de ese anonimato a ser noticia informativa local, no por su simpatía o por su buen hacer comunitario, es referencia, sino porque suma ya dos años sin poder conciliar el sueño saludablemente por culpa de unos ruidos que genera un supermercado contiguo en su parte trasera.

Manuel vive en la Calle Padilla, recogió 300 firmas de apoyo a su causa entre el vecindario del barrio centro. La policía Municipal visitó su hogar multitud de veces comprobando esos sonidos que no le dejan conciliar el sueño a él y a su pareja.

Hace meses hablando con la concejalía de Bienestar social conseguimos desactivar otra fuente de ruido que era el Centro de Mayores ubicado en esa vía.

Porque el ruido, que no deja escuchar la música de violín, el aleteo de las hojas, la brisa encendiendo la yerba, el descanso del soñar y el poder escuchar el silencio entre el aire de la ventana. Hemos transformado las ciudades entre la bulla y el escándalo. El ejemplo de Manuel, de querer que un supermercado aísle los sonidos que emite, para poder llegar a su casa y hacer algo tan necesario como dormir o algo tan instructivo como leer sin ser perturbado, hace que Manuel Linares seamos todos y todas y requiera de nuestro apoyo.

Cuidar la acústica de las cosas es proteger nuestro medio ambiente.