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John Wayne, el símbolo más rudo y masculino del Oeste

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Murió un 11 de junio a los 72 años a  causa de un cáncer y fue el actor que más películas protagonizó (142) desde que empezó en 1920 en el cine mudo y al que se le reconoció como The Duke (El Duque).

Una encuesta Harris publicada en 2007 le otorgó el tercer lugar entre las estrellas favoritas de los Estados Unidos,​ la única estrella ya fallecida de la encuesta y a la vez, la única estrella que había estado apareciendo en ella todos los años.

Su carrera fílmica comenzó en el cine mudo en la década de 1920, pero su éxito y fama se consolidaron entre las de 1940 y 1970. Su imagen ha quedado asociada, para muchos, con el wéstern y el cine bélico, a pesar de que en realidad trabajó en muchos otros géneros (biografías, comedias románticas, dramas policíacos, aventuras, etc.).

Nació en 1907 en Winterset, Iowa, y fue llamado Marion Robert Morrison, aunque sus padres cambiaron el nombre a Marion Mitchell Morrison cuando decidieron llamar a su siguiente hijo Robert. Su familia era presbiteriana. Su padre, Clyde Leonard Morrison, era descendiente de escoceses e irlandeses e hijo de un veterano de la Guerra Civil estadounidense, mientras que su madre, Mary Alberta Brown, era descendiente de irlandeses.

Sus primeros años estuvieron marcados por la pobreza. Era un estudiante bueno y popular. Alto para su edad, fue un jugador estrella de fútbol americano en la escuela secundaria de Glendale y fue reclutado por la Universidad del Sur de California (USC).

En esta universidad fue miembro de los Trojan Knights y se unió a la fraternidad Sigma Chi. El joven Morrison también jugó en el equipo de fútbol americano de la universidad bajo las órdenes del legendario entrenador Howard Jones. Una lesión sufrida aparentemente mientras nadaba cortó su carrera deportiva, y también perdió su beca deportiva, por lo que no pudo finalizar sus estudios en la USC.

Llega el cine

Mientras estaba estudiando, Morrison comenzó a trabajar cerca de los estudios de filmación locales. La estrella del wéstern Tom Mix le ofreció un trabajo temporal durante un verano a cambio de entradas para los partidos de fútbol, y Duke pronto comenzó a tener pequeños roles e hizo amistad con el director de cine John Ford. Durante este período Morrison apareció junto con sus compañeros de equipo de la USC como jugador de fútbol en la película Maker of Men de Columbia Pictures (filmada en 1930 y estrenada en 1931), protagonizada por Richard Cromwell y Jack Holt. En la película, Wayne aparece en los créditos como Marion Morrison.

Su primer papel como protagonista fue después de dos años de trabajo en William Fox Studios, en la película La gran jornada (The Big Trail), de 1930. El director de la película, Raoul Walsh (quien descubrió a Wayne), le dio el nombre artístico de John Wayne por el general de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos Anthony Wayne. Actores de riesgo le enseñaron a cabalgar y otras habilidades utilizadas en las películas del Oeste.

La gran jornada fue el primer wéstern épico con sonido en el cual Wayne mostró sus habilidades en escena, aunque fue un fracaso comercial. Nueve años después, su actuación en La diligencia (Stagecoach) lo convirtió en una estrella. Entre tanto, realizó wésterns, los más destacados con Monogram Pictures, y series para Mascot Studios, donde hizo el rol del trasunto de D’Artagnan (teniente Tom Wayne) en la serie Los tres mosqueteros, del año 1933, que adaptaba la novela de Dumas a los tiempos modernos, convirtiendo a los mosqueteros en miembros de la legión extranjera francesa y a D’Artagnan en un piloto de los Estados Unidos. Ese mismo año, Wayne tuvo un pequeño papel en la exitosa y escandalosa película de Alfred E. Green Baby Face.

A partir de 1928 y durante los 35 años siguientes, Wayne aparecería en más de 20 películas de John Ford, entre ellas La diligencia (1939), La legión invencible (1949), The Quiet Man (1952)The Searchers (1956), The Wings of Eagles (1957) y The Man Who Shot Liberty Valance (1962).

Uno de los papeles más apreciados de Wayne fue en The High and the Mighty (1954), dirigida por William A. Wellman y basada en la novela de Ernest K. Gann. Su papel de un heroico aviador ganó una amplia aclamación. Island in the Sky (1953) está relacionada con esta película y ambas fueron hechas con un año de diferencia por los mismos productores y el mismo director, escritor, editor y distribuidor.

Al margen del celuloide

Wayne estuvo casado tres veces. Sus esposas fueron: Josephine Alicia Sáenz de ascendencia española (de quien se divorció en 1945), Esperanza Baur (de quien se divorció en 1954) y la peruana Pilar Pallete (con quien seguía casado cuando murió en 1979). Con Josephine tuvo cuatro hijos: Michael Wayne (23/nov/1934-02/abr/2003), Toni Wayne (25/feb/1936-06/dic/2000), Patrick Wayne (15/jul/1939-), Melinda Wayne (03/dic/1940-), y tuvo tres con Pilar: Aissa Wayne (31/mar/1956-), autora de una memoria de su vida como hija de John Wayne; Ethan Wayne (22/feb/1962-) y Marisa Wayne (22/feb/1966-).

Fue amigo personal de quien fuera su mejor pareja en el cine, la actriz Maureen O’Hara. La química que se estableció entre ellos en films como Río Grande y The Quiet Man los hizo una pareja muy valorada por el público. Después de su muerte O’Hara logró que el Congreso estadounidense emitiera una medalla conmemorativa en honor a John Wayne.

Tal vez debido a su gran popularidad, o a su posición como el republicano más famoso de Hollywood, el Partido Republicano le propuso presentarse como candidato a presidente en 1968. Wayne rechazó la propuesta porque no creía que el público pudiera tomar en serio a un actor en la Casa Blanca. Sin embargo, Wayne apoyó la candidatura de su amigo Ronald Reagan como gobernador de California en 1966 y en 1970, quien años más tarde sería Presidente de los Estados Unidos. También fue un miembro destacado de la Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos.

Y llegó lo peor

John Wayne sufrió cáncer, enfermedad que se atribuyó a la radiación a la que se había expuesto en 1956 durante el rodaje de la película histórica El conquistador de Mongolia. Dicho filme se rodó en el desierto de Utah, cerca de un campo de pruebas nucleares, y el equipo de rodaje desconocía las posibles secuelas de su exposición al polvo radioactivo. La coprotagonista en el filme, Susan Hayward, también murió de cáncer al igual que el actor mexicano Pedro Armendáriz, Agnes Moorehead, así como otros más de los 40 miembros del equipo de filmación.

En septiembre de 1964 se le diagnosticó un cáncer de pulmón y fue sometido a una intervención quirúrgica para extraerle el pulmón izquierdo y dos costillas. De este tratamiento sobrevivió. En 1966, Pilar y él seguían casados, pero solo oficialmente, ya que ella se había cansado de seguirle a todos los lugares donde se rodaban las películas que protagonizaba. Él se trasladó desde Encino hasta Newport Beach. Allí frecuentaba la iglesia católica en la isla de Balboa. Allí «meditaba, contemplaba y hablaba con Dios», dijo Gretchen, el sacerdote que le trató​.

El lunes 11 de junio de 1979 su estado de salud empeoró lentamente. El padre Curtis fue a verle. Aunque seguía en coma, su hijo le preguntó «Papá, el capellán quiere verte», pensando en que no respondería. Ya estaba saliendo de la habitación cuando le oyó decir «De acuerdo». Estuvieron solos quince minutos. A las 17:23 horas de ese día Wayne falleció a causa de cáncer de estómago, en el Centro Médico de la Universidad de California en Los Ángeles. Según su hijo Patrick y su nieto Matthew Muñoz, sacerdote en la diócesis de Orange en California, se convirtió al catolicismo poco antes de su muerte. ​ Fue enterrado en el cementerio Pacific View Memorial Park, de Corona del Mar, California. Para evitar una posible profanación, su esposa, Pilar Pallete, enterró su cadáver en una tumba anónima, mientras que se colocó una placa conmemorativa en un espacio sin tumba debajo. Pidió que su epitafio fuera «Feo, Fuerte y Formal«, en español.7

El arzobispo de Panamá, Marcos Gregorio McGrath, celebró su funeral en Nuestra Señora de los Ángeles, en Corona del Mar, el viernes 15 de junio. Al acto sólo asistieron los familiares de Wayne. Su mujer falleció el 24 de junio de 2003, en el septuagésimo aniversario de su boda con Duke​.

Personalidad y frases famosas

John Wayne concentraba de una forma exageradamente icónica toda la esencia de América en sus pies, en sus manos, en su imponente rostro curtido. Era la prolongación natural de un continente, la representación encarnada de un territorio, la materialización del concepto de patria. 

Cuando se cristaliza de forma rotunda su idilio cinematográfico con John Ford y ambos se convierten en una marca indisoluble, el actor estadounidense atesoraba ya trece años de carrera y casi un total de ochenta películas realizadas.

En 1939 su participación en “La diligencia” afianzó la proyección de una carrera sembrada de triunfo y reconocimiento que le empujaría a medida que fuesen transcurriendo los años a convertirse en uno de los intérpretes más destacados de todos los tiempos.

Amaba el humo del tabaco casi tanto o más que el sabor de una copa de alcohol (bien conocido es aquello de que resultaba conveniente rodar con él por la mañana porque a partir de hora de comer comenzaba a acecharle la sombra del mal bebedor) y su versatilidad interpretativa, esa misma que propiciaba las expresiones más hondas y testosterónicas subido a lomos de un caballo pero también las más nobles y dignas, le permitió retorcer con libertad su talento hasta enfundarse en papeles tan dispares y distintos a todo lo anterior como el del célebre ex boxeador sentimental Sean Thornton en la memorable cinta de “El hombre tranquilo”. 

El esqueleto ideológico de muchos de sus papeles se fue intercalando de forma progresiva con la espina dorsal de su propia personalidad y la defensa explícita de unos valores conservadores tan representativos del “american way of life” que con orgullo abanderaba, pasaron a formar parte de su interpretación del mundo y de la política.

La heroicidad íntegra y solitaria del padre de familia ejemplar, del soldado entregado a la mitología de la guerra, del eterno vaquero apegado a la tierra. Intentaron matarle varias veces tanto dentro como fuera de la pantalla pero finalmente terminó siendo el cáncer y no una bala lo que acabó con su vida. Se cumplen 41 años de la muerte de alguien que solo estaba preparado para la vida, que no es poco.Para ser, andar y respirar como leyenda.

Es por eso que a modo de homenaje hemos decidido recopilar algunas de sus mejores frases, pronunciadas tanto en la épica audiovisual de sus películas como en la distensión de sus intervenciones públicas. Tengan cuidado eso sí, con la bizarría y la majestuosidad de algunas. Conviene vigilar las espaldas durante su lectura…

Frases célebres

“Yo no actúo, reacciono”

 “Defino la masculinidad de forma muy simple: el hombre debe ser duro, justo y valeroso, nunca buscando una pelea pero tampoco dando la espalda a una”

“La vida es dura, pero es más dura si te comportas como un estúpido”

 “El valor es tener miedo a la muerte y ensillar de todos modos”

 “¿Que cómo me gustaría que se me recordarse? Bueno, a mí me gusta una antigua frase que dicen los mexicanos: feo, fuerte y formal”

 “Nunca confío en un hombre que no bebe”

 “Nunca pidas perdón y nunca te disculpes. Es un signo de debilidad”

 “No quiero aparecer nunca en una película que pueda avergonzar al espectador. Un hombre puede llevar a su mujer, su madre y a su hija a una de mis películas sin sentirse nunca incómodo o avergonzado”

 “Si los tienes cogidos por los huevos, sus corazones y sus mentes les seguirán”

 “El comunismo, obviamente, sigue siendo una amenaza. Sí, ellos son seres humanos, con derecho a su punto de vista…”

 “Habla poco, habla despacio y no hables mucho”

 “Nada ocurre que no esté escrito, hay que dar tiempo al tiempo”

 “Si nada es sólo blanco o negro, ¿por qué el infierno sí debería serlo?”

 “Un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer”

 “Todas las batallas se luchan por hombres asustados que hubieran preferido estar en otro lugar”