Cultura y entretenimiento

Humphrey Bogart, mucho más que ‘Casablanca’ y que Philip Marlowe

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Cada 14 de enero me salta en mu agenda que ese día, en 1957, murió el mítico actor víctima de un cáncer de esófago y siempre busco una de sus múltiples películas como mi homenaje personal en su memoria. En esta ocasión ha sido ‘Tener y no tener’.
Manuel Vega

‘Tener y no tener’ es una auténtica obra maestra, para mí, naturalmente, dirigida por el gran Howard Hawks, sobre un relato de Ernest Hemingway y con el guión realizado por Jules Furthman y William Faulkner, otro genio indiscutible.

Con estos personajes nada podía salir mal y a ellos hay que añadirles a Humphrey Bogart, ya consolidado como una estrella, y a la gran sorpresa: Lauren Bacall, una joven actriz de 21 años. Y aquí empieza la época más bonita y feliz de ambos,

Ha pasado a la historia del cine el momento en el que Lauren Bacall le dijo a Bogart: «Si me necesitas, silba»… y le enamoró. De paso, también a millones de espectadores que, al igual que sus protagonistas, vivían en plena II Guerra Mundial.

Se enamoran mientras se rodaba la película y se nota en las escenas. Esas escenas entre Bogart y Bacall muestran la atracción y el sexo que ya les llevaría a vivir juntos, con matrimonio incluído, hasta la muerte del actor.

Bogart le sirvió de mentor a Lauren Bacall en el oficio y con ella protagonizó varias destacadas películas de su filmografía, como ‘El sueño eterno’, ‘La senda tenebrosa’ o ‘Cayo Largo’. También con ella tuvo los dos únicos hijos de “Bogie”: Stephen, en 1949, y Leslie, en 1952. Durante doce años, hasta la muerte del actor, la pareja permaneció muy unida y constituyó uno de los matrimonios más glamurosos y carismáticos del mundo del cine.

Breve biografía

Nació el día 25 de diciembre de 1899 en Nueva York, en el seno de una familia acomodada, ya que su padre era cirujano y su madre una reconocida ilustradora. Aunque tenía la intención de seguir los pasos de su padre y estudiar medicina, ello no fue posible debido a que, antes de poderse matricular en la Universidad, fue expulsado, debido a su comportamiento rebelde, del instituto donde se hallaba realizando los estudios preuniversitaros.

Durante la Primera Guerra Mundial combatió en la Marina, donde su barco sufrió un accidente al serle lanzado un torpedo. A consecuencia de ello Humphrey fue herido en el labio, dejándole unas secuelas en el habla que le acompañarían ya toda la vida.

Al volver de la contienda fue contratado por William A. Brady, padre de un amigo suyo de la infancia y propietario de la compañía de cine y teatro World Film Corporation, como administrador de dicha empresa. Pronto se dio cuenta que los negocios no eran lo suyo y el mismo Brady fue el que le animó a probar suerte como actor.

El defecto en el habla que le había quedado como consecuencia de su accidente, así como su físico que no se parecía en nada a los galanes de la época, hicieron que sus comienzos como actor no fueran fáciles. Estuvo un tiempo realizando pequeñas intervenciones tanto en cine como en teatro, hasta que llegó su oportunidad al ofrecerle Arthur Hopkins el papel protagonista en la película «El bosque petrificado» en la que interpretaba a un gangster.

A partir de este momento fue contratado por la Fox y su rostro empezó a hacerse popular en la pantalla, hasta que con el largometraje ‘El último refugio’ llegó su consagración como actor, que se vió reforzada más tarde con la obtención de un Oscar al mejor actor por la película La reina de África’.

Fue encasillado enseguida como “duro” bueno que despertaba empatía en el espectador, de personaje marcado por la fatalidad del destino, y de conquistador pese a su aspecto físico que poco coincidía con los cánones de Hollywood.

Después de tres matrimonios fracasados se casó por cuarta vez con Lauren Bacall, como hemos contado al principio, con quien formó una pareja carismática, casi podría decirse que una pareja representantes del cine negro de la época. Con ella estuvo hasta el momento de su muerte, la cual tuvo lugar el día 14 de enero de 1957 en California, debido a un cáncer de esófago.

Entre la extensa filmografía del actor, podemos citar, por destacar algunos, títulos que ya forman parte de la historia del cine, como “Más dura será la caída”, “No somos ángeles”, “La condesa descalza”, “Sabrina”, “Cayo Largo”, «Casablanca!»,“El tesoro de Sierra Madre”, “El sueño eterno”, “Tener y no tener”, “El halcón maltés”, “Ángeles con caras sucias” o “La mujer marcada, entre muchísimos otros.

Bogart llevó una insana vida de fumador y bebedor compulsivo como cofundador y miembro del grupo de actores juerguistas que Lauren Bacall bautizó como “Rat Pack” (Pandilla de ratas). Tal vez por ello falleció prematuramente en 1957 en Hollywood, devastado por la metástasis del cáncer.

En el momento de su muerte pesaba sólo 36 kg (80 libras). Tenía 57 años recién cumplidos. Ya que su amigo Spencer Tracy, a quien la viuda Bacall le pidió que dijera unas palabras, estaba demasiado afectado, John Huston fue el que pronunció el elogio fúnebre:

“Él mismo no se tomaba nunca demasiado en serio, al contrario que su trabajo. Contempló la facha algo llamativa del Bogart estrella con divertido cinismo; pero por el Bogart actor sentía un profundo respeto… En cada una de las fuentes de Versalles hay un lucio que mantiene activas a todas las carpas; de lo contrario, engordarían demasiado y morirían. A Bogie le encantaba realizar una tarea similar en las fuentes de Hollywood. Sin embargo, sus víctimas rara vez le mostraban malicia y, cuando lo hacían, no era por mucho tiempo. Sus dardos fueron diseñados sólo para adherirse a la capa externa de complacencia y no para penetrar a través de las regiones del espíritu donde se producen las verdaderas heridas. Había recibido el mejor regalo de todos, el talento. El mundo entero lo reconoció, la vida le dio todo lo que soñaba y más; no debemos sentir pena por él, sino por nosotros que lo perdimos. Es absolutamente insustituible. Nunca habrá otro como él”.