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Hiperactividad y Multitarea en todo y para todos

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Hoy en día parece que si no eres capaz de hacer muchas cosas en el menor tiempo posible no eres una persona a la que se la pueda considerar exitosa. Si además de hacer muchas cosas en poco tiempo consigues hacer varias cosas a la vez, y lo que es más importante, consigues hacerlas bien, entonces ya estás rozando la “pluscuamperfección” humana.
La Nueva Anormalidad/El Salmón Nocturno

En este sentido, la hiperactividad y la multitarea (multitasking utilizando la jerga marketiniana) se imponen como premisas fundamentales en la forma que tenemos de funcionar en la sociedad actual. Si bien desde la perspectiva laboral podría considerarse como una situación aparentemente razonable, algo que en mi opinión es bastante discutible, lo que verdaderamente me sorprende y me preocupa es que la hiperactividad y la multitarea también se están asentando e imponiendo en nuestra forma de vivir en sociedad y en la manera en la que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos.

Me explico. Que nos exijan cada vez más en el trabajo, que nuestras agendas laborales estén saturadas con reuniones y que nuestro listado profesional de tareas siempre vaya en aumento, a priori se presenta como un contexto razonable, dentro de un sistema capitalista como el actual en el que la consecución de resultados a corto plazo se impone como la tónica predominante. Lo que me llama poderosamente la atención y me inquieta especialmente es que estos hábitos que nacen de la necesidad productiva intrínseca al sistema laboral y productivo del capitalismo, los estemos incorporando naturalmente en nuestro tiempo libre, nuestras actividades de ocio y de descanso y en la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Y es que desde hace unos años los fines de semana parecen verdaderas gymkhanas para la mayoría de personas, repletos con planes y más planes que dan vértigo con solo pensar en ellos. Tal es así, que raro es el domingo por la noche que no nos sentimos totalmente agotados de la vorágine del fin de semana cuando supuestamente deberíamos haber podido descansar, física y mentalmente, para afrontar con energías renovadas la semana que tenemos por delante. Y lo más paradójico de todo esto es que a pesar de que en la mayoría de casos somos conscientes de que no estamos haciendo las cosas que más y mejor nos convendrían, seguimos cometiendo los mismos errores, una y otra vez. Y así, mientras vemos una película, estamos leyendo un correo electrónico en el móvil o contestando un Whatsapp, cuando nos metemos a dormir, consultamos “solo un ratito” Instagram y cuando nos levantamos de la cama ya con el nivel de ansiedad y de estrés a tope, nos ponemos a planificar todas las cosas que obligatoriamente tenemos que hacer, para sentir que estamos aprovechando el fin de semana. Y ahí es donde precisamente creo que reside una de las claves de la hegemonía de la hiperactividad y la multitarea en la actualidad. En que medimos las cosas en términos de rendimiento y que generalmente tendemos a priorizar el “aprovechar” por encima de todo.

El caso es que la gran mayoría de estudios que existen sobre el tema corroboran, contra la moda y la tendencia actual, que el cerebro y el cuerpo humano se vuelven ineficientes e ineficaces cuando no están lo suficientemente descansados y cuando hacen más de una tarea a la vez. Pero la realidad es que “no hacer nada” está tan mal visto y estamos tan desacostumbrados a ese estado de inacción, que ni si quiera sabemos cómo hacerlo cuando estamos solos. Por eso necesitamos que nos guíen o por lo menos que nos enseñen, y de ahí que en los últimos años estén proliferando cursos y retiros de relajación, meditación y respiración, en los que el principal objetivo es “no hacer nada”, y de esta forma conseguir, aunque sea por un breve espacio de tiempo, despejar la mente y el cuerpo del ritmo frenético al que los hemos mal acostumbrado.

En esta línea de pensamiento que aboga por la inactividad y por la vida contemplativa, y que por lo tanto va a contracorriente del sistema de creencias imperante dominado por la hiperactividad y la multitarea, me gustaría destacar al filósofo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han, considerado uno de los grandes pensadores y filósofos de nuestro tiempo. En su última obra “Vida contemplativa. Elogio de la inactividad” publicada en español en 2023, Byung-Chul Han nos invita a echar el freno en nuestras atareadas existencias y sobre todo nos interpela a dejar de pensar que la inactividad es sinónimo de déficit y que para vivir bien y plenamente hay que estar haciendo cosas constantemente. Al contrario, el filósofo surcoreano propone una nueva vida que incluya y pondere la inactividad y los momentos contemplativos en su justa medida, como el mejor camino para afrontar la crisis actual de nuestra sociedad, frenar nuestra propia explotación como seres humanos, así como la destrucción de la naturaleza.

Y como está claro que las reglas de juego del entorno laboral no vamos a poder cambiarlas por nosotros mismos y que por lo tanto la hiperactividad y la multitarea van a seguir siendo el pan nuestro de cada día en este contexto hasta que el sistema así lo considere, utilizo esta tribuna como modesto altavoz para proponerte que, en la medida de lo posible, en tu tiempo libre de ocio y de descanso, le vayas dando poco a poco un pequeño espacio a la inactividad y a la contemplación. Y que cuando lo hagas, lejos de sentirte culpable por ello, si compruebas por ti mismo los beneficios que esta inactividad te aporta, no dudes en compartirlo con la gente que te importa.

salmonnocturno@gmail.com