Cultura y entretenimiento

‘Fue la Mano de Dios’: el mejor Sorrentino en el Nápoles de Maradona

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Lejos de difuminarse tras ‘La Gran Belleza’, el nombre de Paolo Sorrentino se ha ido consolidando película a película, pero entre series de Papas y Berlusconi, puede que el mundo se haya olvidado que su estilo es algo más que fiestas, coca y decadencia.
BettyGS

‘Fue la Mano de Dios’ se puede percibir como una vuelta a la forma de director que ganó un Óscar hace una década; y que empieza a sumar calidad en sus apuestas.

Es su película más personal hasta el momento. Una pieza semiautobiográfica ambientada en la empobrecida Nápoles durante la década de 1980 que ofrece una mirada íntima a los ritos de paso basada en la adolescencia del director, si no su mejor película, al menos la más honesta.

Durante sus 130 minutos hay una estructura en fases. El primer plano sigue a un coche que viene a recoger a Patrizia (Luisa Ranieri), una mujer voluptuosa a la que un extraño hombre le promete tener hijos tras visitar “al monjecito”, un personaje de superstición cristiana de Nápoles .

Patrizia es la tía de Fabietto (Filippo Scotti), un joven encarnación de Sorrentino que servirá como observador de la historia para el espectador. Su tía llama a su hermana María (Teresa Saponangelo) y su esposo Savelio (Tony Servillo) cuando el abuso doméstico que sufre se hace insoportable, un hecho sin mucha relación aparente con la trama que sirve al guion para introducirnos en la familia. Durante unos 45 minutos conocemos tanto la Nápoles de los ochenta desde la perspectiva de Fabietto como su amor por su familia, el cine, el fútbol y su tía.

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Poco a poco vamos viendo cómo la sombra de la edad adulta se va introduciendo por diferentes grietas de su inocencia. Su padre le da consejos como tratar de perder rápidamente la virginidad, aunque sea con la primera chica que pille, y poco a poco observa que el feliz matrimonio de sus padres –su madre es propensa a gastar bromas crueles, como asustar a su marido con un oso falso– no es tan encantador como parece

Hasta cierto punto parece que Fabietto es el personaje secundario en su propia película, pero en la mitad del camino los hechos toman un giro inesperado que empujan al muchacho a madurar rápidamente, y es en ese momento en el que la cámara se va centrando en él para concluir con un emocionante comentario sobre el arte y el proceso creativo que eleva el viaje a cotas de verdadero gran cine. ‘La mano de Dios’, sin embargo, no es una película especialmente triste, a pesar del tono nostálgico y los hechos narrados.

Sorrentino mantiene un tono ligero que refleja la inmadurez emocional de Fabietto, algo que también se refleja en su fe evangélica en Maradona, a quien se cita en los créditos iniciales firmando como «el mejor futbolista de todos los tiempos». Una convicción que comparte su familia y muchos de los personajes, y que define la identidad napolitana sobre la que se construye ‘La Mano de Dios’. 

El toque mágico de ‘Fue la mano de Dios’ se concentra en detalles de superstición, desde la interpretación del tío de Fabietto del milagro del gol de Maradona y su implicación en la vida real, o a través de la creencia compartida en lo sobrenatural con la excéntrica Patrizia, que jugará un papel fundamental en el paso a la madurez del muchacho, conectando armónicamente el aparentemente desconectado inicio de la película con sus fotogramas finales.

Sinopsis

El oscarizado guionista y director Paolo Sorrentino presenta la historia de un chico, Fabietto Schisa (Filippo Scotti), en el turbulento Nápoles de los años ochenta. En «Fue la mano de Dios», hay lugar para alegres sorpresas, como la llegada del legendario futbolista Diego Maradona, y para una tragedia igual de imprevista. El destino interpreta su papel, la alegría y la desdicha se entrelazan y el futuro de Fabietto echa a rodar. Sorrentino vuelve a la ciudad que lo vio nacer para contar su historia más personal: un relato sobre el destino y la familia, los deportes y el cine, el amor y la pérdida.