ActualidadDeporte y vida sana

El absurdo reposo

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El ser humano está compuesto por millones de células las cuáles necesitan energía para vivir. La energía les llega a través del torrente sanguíneo. Por lo tanto, para asegurar la vida celular deberemos asegurar un riego sanguíneo adecuado. La mejor manera de aumentar el riego sanguíneo es el movimiento.

Es frecuente atender a pacientes con una escayola recién retirada por una fractura. Han estado 4 ó 5 semanas inmovilizados y el miembro afectado se queda atrofiado, pálido, dolorido, etc. En definitiva, gran parte de sus células han muerto. Al menos el hueso, que es lo que se pretendía, suele consolidar por completo. Pero, ¿lo ha hecho con el menor daño posible al resto de tejidos? Yo creo que no. Lo ideal sería asegurar la consolidación con una menor afectación de los tejidos blandos circundantes.

Hace unos años un amigo sufrió una fractura de tibia limpia durante un partido de fútbol. En el hospital al que lo llevamos le colocaron una escayola ¡hasta la ingle! ¡6 semanas! En ese momento yo era un fisio joven con poca experiencia. Cogí las radiografías y me las llevé a un médico deportivo de mucho prestigio. En cuanto vio las placas me dijo que le quitara la escayola y fuera apoyando la pierna con ayuda de dos muletas. ¡Menuda diferencia! Con una escayola hasta la ingle pierdes rodilla, tobillo y casi la cadera por completo. Falta de riego en la fractura y a muchos tejidos circundantes. La recuperación va a ser lentísima y al retirar la escayola va a costar casi más tiempo recuperar las funciones que la consolidación de la fractura en sí. Además del alto riesgo de trombosis.

Y así hay que pensar en cualquier tejido. Quizá el hueso sea la estructura que más reposo requiera, pero en la medida de lo posible se le debe aportar la mayor cantidad de movimiento asumible.

La máxima controversia la solemos tener en el clásico esguince de tobillo. Se ha abusado en exceso de la escayola en esta estructura. Este consiste en la rotura parcial o total de un ligamento o varios del tobillo. El más habitual es el que afecta al fascículo anterior del ligamento lateral externo del mismo: el ligamento peroneo astragalino anterior (LPAA). Su función es la de evitar que el tobillo haga una inversión excesiva. Por lo tanto, pasadas 48 horas que corresponden a una fase inflamatoria, deberemos mantener activa la musculatura del mismo. Y mantener el rango articular máximo tolerable asegurando que el tobillo no vuelva a sufrir una nueva torcedura forzada. Puede bastar un simple vendaje o tobillera si se nota cierta inestabilidad. Pero HAY que usar el tobillo. Caminar, apoyar, ejercitar… Con una o dos muletas, con una ortesis, etc. Lo que se necesite para garantizar el máximo movimiento con el menor riesgo.

Y así con todas las patologías. ¿Tendinitis? A mover mucho. ¿Lumbalgia? Entrena la cintura lumbopelvica. ¿Periostitis? Activación muscular. ¿Condromalacia? Al gimnasio a entrenar. Si el profesional sanitario que te atiende es demasiado conservador busca a uno que te sepa orientar en esta preciosa profesión que cura con el movimiento. ¡No te pares! ¡MUEVETÉ!

Jesús Serrano

Clínica Fisioterapia La Moraleja

www.fisioterapialamoraleja.com

@jesus.serrano.fisio