Coaching para la nueva normalidad
El Covid-19 nos ha cambiado la vida, obligándonos a convivir con impactante información desde inicios de este año a través de los medios de comunicación e internet, y con una dolorosa realidad inmediatamente después, en forma de gravísimas pérdidas de vida, sociedad y economía en todos nuestros círculos.
Vivíamos mimados, sintiéndonos intocables en un trono dorado de bienestar, exceso y velocidad, que se ha hecho añicos ante nuestros ojos; porque seamos de la edad, profesión o color político que seamos, ahora ya todos compartimos un denominador común de dudas, inestabilidad y miedo. Por eso, nos hemos empezado a dar cuenta de que para obtener algo de seguridad externa, debemos tener mucha internamente, y que nos es imprescindible volver a lo básico, a lo importante, a lo lento, a aquello invisible que nos fundamenta desde dentro de cada uno de nosotros. De ahí que, aún conmocionados por este frenazo de ritmo de vida y muerte, sintamos clave poner más énfasis en este despertar, que una parte de la sociedad ya estaba haciendo.
Profesionalmente, he visto cómo la disciplina del Coaching ha ido creciendo y colándose por todas las áreas: coaching personal, ejecutivo, deportivo, de equipos, etc…, con una gran cantidad de herramientas que nos han ayudado a cimentarlas; y con el estallido de la pandemia, he visto cómo las sesiones que estoy trabajando con mis clientes –coachees- están siendo más auténticas y retadoras que nunca. Porque el Coaching puede ayudar y mucho, a enfrentar esta incertidumbre extrema en la que debemos aprender a decidir, crear, dirigir, conseguir, concretar, colaborar, confiar, intuir, razonar, en definitiva, vivir.
Es conocido que un proceso de Coaching no se trata de acudir a un profesional que indica a su cliente qué debe hacer; sino que es poder dialogar con alguien que, a través del arte de la mayeútica (la pregunta) y estrategias de éxito consolidadas y validadas, acompaña su cliente, haciéndole más fácil el camino que debe recorrer hasta lograr el objetivo que desea, y que cuando incluso no sabe cuál es este objetivo, le ayuda a definirlo, para diseñar un plan de acción con el que llegar a él.
El Coaching facilita entenderse a uno mismo y potenciar aquello que le hace eficiente en el trabajo y emocionalmente pleno en la vida personal; creando un nuevo observador de la realidad que encuentra soluciones en vez de problemas, y que es proactivo, consciente y constante. Ésto sólo se logra con la capacidad que a mí más me fascina en esta profesión que tantos aprendizajes me ha dado: la de mantener el estado incluso en medio de la confusión y la incertidumbre, para poder ver “emerger” los cambios y fluir con ellos, poniendo siempre todo lo mejor.
Así que, empecemos la sesión de Coaching de hoy preguntándonos de verdad: “ante esta “nueva realidad” que tanto nos duele a todos, y que se encuentra en plena construcción, ¿qué estoy yo específicamente haciendo, aportando?”; porque no existe mejor manera de predecir este futuro, el nuestro, que creándolo.
Laura Arranz Lago
www.lauraarranz.com
Abogada Mediadora y Coach