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Tragedia en los Andes, un avión uruguayo se estrella contra las montañas

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Era el 13 de octubre de 1972. Se cumplen por lo tanto 50 años del accidente también cono cido como ‘El Milagro de los Andes’, título del libro que escribió Parrado, uno de los supervivientes, Nando Parrado,  sobre su experiencia. Viajaban los miembros del equipo de rugby Old Christians de Montevideo que iban a disputar un partido en Chile.

Manuel Vega

¿Hay alguien que no haya visto la película ‘Viven’ que narra con bastante realidad qué fue lo que pasó hasta el 22 de diciembre, el día que llegó el primer helicóptero de rescate?

En el primer choque contra las montañas desaparecieron varios pasajeros, los que viajaban en la cola. Varios, que aterrizaron en el interior de lo que quedaba del fuselaje ya que tenían diferentes heridas y fracturas fueron muriendo poco a poco al no poder curar lo que tenían.

Las provisiones con las que contaban los supervivientes eran ocho barras de chocolate, una lata de mejillones, tres tarros pequeños de mermelada, una lata de almendras, unos dátiles, caramelos, ciruelas secas y varias botellas de vino. Durante los días posteriores al accidente, lo dividieron en cantidades muy pequeñas para que su escaso suministro durara el mayor tiempo posible.

Y aquí viene lo más morboso de toda esta historia que es lo ha empujado a todo lo que se escribió sobre este accidente y la película ‘Viven’, realizada por Frank Marshall y su esposa Kathleen Kennedy que se basaron el libro del mismo título escrito en 1074 por Pier Paul Read.

El director español Jaume Balagueró  también quiere poner su granito de arena con una peñícula. Una historia que todavía no está completa, ya que los supervivientes, todavía hoy, dicen que hay mentiras y, por ello, misterios por revelar.

Pero como decimos, si nunca se olvidará esta tragedia es por el hecho de la existencia de la antropofagia, algo a lo que tuvieron que recurrir los supervivientes para no morir. Pero es mejor leer a Roberto Canessa, un héroe absolutamente y que gracias a él y a Nando Parrado se pudo dar fin a la tragedia.

Canessa describió la decisión de comerse a los pilotos y a sus amigos y familiares muertos:

“Nuestro objetivo común era sobrevivir, pero lo que nos faltaba era comida. Hacía tiempo que nos habíamos quedado sin las exiguas cosechas que habíamos encontrado en el avión y no había vegetación ni vida animal. Después de solo unos días, sentimos la sensación de que nuestros propios cuerpos se consumían solo para seguir vivos. En poco tiempo, nos volveríamos demasiado débiles para recuperarnos del hambre.

Sabíamos la respuesta, pero era demasiado terrible para contemplarla.

Los cuerpos de nuestros amigos y compañeros de equipo, conservados en el exterior en la nieve y el hielo, contenían proteínas vitales y vivificantes que podrían ayudarnos a sobrevivir. ¿Pero podríamos hacerlo?

Durante mucho tiempo, agonizamos. Salí a la nieve y oré a Dios para que me guiara. Sin su consentimiento, sentí que estaría violando la memoria de mis amigos; que estaría robando sus almas”.