Cultura y entretenimiento

‘Todo un hombre’, una adaptación del best-seller de mil páginas de Tom Wolfe en una miniserie de 6 episodios en Netflix

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Jeff Daniels encarna a un magnate inmobiliario que se mueve por la vida creyéndose inmune a todo no por ninguna expresidencia, sino por, simplemente, ser blanco y rico.

Conocemos a este hombre hecho y derecho y dudoso en un momento tan feliz como complicado. Poco después de su lujoso 60º cumpleaños, en el que Shania Twain le canta en directo ‘You’re still the one’, tiene una reunión fatal en la que Harry Zale (el gran Bill Camp), director del departamento de gestión de activos inmobiliarios de un gran banco, le recuerda que debe 800 millones de dólares. Croker no ha estado gastando dinero solo en negocios lógicos; también estaba paseándose en jet privado o comprando plantaciones para cazar codornices. 

Nuestro antihéroe espera salir del atolladero con ayuda de Roger White (Aml Ameen), el respetado asesor legal negro de Industrias Croker, al que toca también (tratar de) ahorrar la prisión a Conrad Hensley (Jon Michael Hill), marido de Jill (Chanté Adams), recepcionista de Charlie. En un principio, creemos saber quiénes son los malos y quiénes los nobles en este cruce de tramas, pero diversos personajes empiezan a tomar decisiones poco éticas. En negocios y política, todo parece valer, incluso volver a despertar el trauma en una probable víctima de agresión sexual solo por arañar unos votos. 

‘Todo un hombre’ funciona como varias series al mismo tiempo. El retrato de Croker es, básicamente, un drama satírico, pero cuando los escenarios son el juzgado o, después, la prisión, se impone algo más parecido a la emoción sincera. Algo de esta última hay, no obstante, en la interpretación del siempre enorme Jeff Daniels, quien se preocupa por que su personaje resulte lo bastante humano como para que lleguemos a preocuparnos por su suerte. O, dicho de otro modo, para hacer resultar creíble su antiguo matrimonio como Martha, esa mujer rica pero amable interpretada por Diane Lane. Redondean el reparto Tom Pelphrey como el nuevo pretendiente de esta última, el agente de préstamos Ray Peepgrass, enemigo de Charlie, o Lucy Liu como mejor amiga de la citada Martha y protagonista de una subtrama capital. 

El responsable de la serie, David E. Kelly, se divierte con el lenguaje y carga los diálogos de obscenidades, algo que no podía hacer cuando trabajaba para cadenas generalistas. Por momentos, estamos ante una versión subida de tono de sus más famosas series legales, como ‘Ally McBeal’ o ‘El abogado’. Pero los fuegos artificiales no están solo en el texto. Como sabe lo que engancha, Kelley incluye algún momento de choque en casi cada episodio, ya sea un forcejeo con serpiente o un apareamiento forzado de caballos.

Sinopsis

Charlie Croker es dueño de un negocio inmobiliario, ha cumplido los sesenta y tiene una segunda esposa de sólo veintiocho años. Pero la vida de este triunfador se empieza a resquebrajar cuando descubre que no puede devolver el cuantioso crédito que pidió al banco para expandir su imperio de ladrillo. Croker inicia un descenso a los infiernos en el que se cruzará con un joven idealista que soporta con estoicismo los embistes de la vida y un abogado negro que ha ascendido socialmente. Esta adaptación de la novela de Tom Wolfe escruta las grietas de una de las grandes urbes del Sur: Atlanta. Y lo que emerge es un aquelarre de conflictos raciales, corrupción de los poderes político y económico, ostentación y sexo.