Movilidad

Tesla se acerca al abismo y ha perdido su credibilidad

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Tesla se enfrenta a una amenaza existencial, impotente ante el tsunami de modelos de otros fabricantes y sus propios errores: mal diseño, pésima calidad, terrible servicio y tecnología del montón.
G. Pico Pérez

Después de una década siendo prácticamente su único participante, Tesla se enfrenta ahora a una nueva era, la de la guerra de los vehículos eléctricos, que empezó en serio en 2022, pero que se intensificará en 2023 y los años siguientes. En la actualidad, Tesla sigue dominando el mercado de vehículos eléctricos en Estados Unidos, pero su ventaja ha disminuido de forma constante.

La avalancha de nuevos modelos de vehículos eléctricos sin duda amplificará las deficiencias fundamentales de Tesla, muchas de las cuales se derivan de un mal diseño industrial y sus terribles decisiones en la experiencia del cliente. Los BMWFord y Kia de este mundo llegan dispuestos a arrasar la atribulada empresa de Musk.

El diseño de Tesla nunca fue especialmente impresionante, pero eso era una ventaja en 2012, cuando se lanzó el Model. Un diseño atrevido podría haber alejado a los posibles primeros compradores de Tesla, que ya se estaban arriesgando con una tecnología nueva y no probada que sustituía por completo al motor de combustión interna.

Ahora, el diseño de Tesla parece anticuado. El Model S tiene ya 10 años y sus otros coches —los Model 3, X e Y— están hechos a imagen y semejanza del Model S. En realidad, son el mismo coche con proporciones ligeramente diferentes.

Ese tipo de estancamiento es inaudito en la industria, que refresca el aspecto de los modelos de automóviles cada año, además de realizar grandes renovaciones planificadas cada cierto tiempo. La mayoría de los fabricantes rediseñan cada siete u ocho años.

La falta de innovación en el diseño de Tesla sería un gran problema para cualquier empresa, pero se convierte en una amenaza existencial con la inminente explosión de modelos de vehículos eléctricos que están a punto de llegar al mercado de todos los fabricantes de automóviles del mundo.

Los fabricantes europeos, como BMW, Mercedes, Volvo, Volkswagen, Audi, Renault y Porsche, han lanzado multitud de nuevos modelos eléctricos de distintos tamaños. Lo mismo ocurre con los fabricantes japoneses, surcoreanos y chinos

La caída será espectacular en todo el planeta. Es lógico. Si ya eres propietario de un vehículo de una marca tradicional, es probable que haya un modelo eléctrico listo para ti ahora o que lo esté más adelante, en 2023 y años siguientes.

Empresas como BMW, Ford, Toyota, Kia o Subaru gozaban de una tasa de fidelidad en torno al 60% en 2022. Si has sido feliz con un BMW Serie 3 durante las últimas dos décadas, es muy probable que tu primer VE sea bávaro.

El resultado es que se ha producido una explosión de nuevos diseños —algunos con estéticas completamente nuevas, otros con diseños conocidos— que, en conjunto, hacen que la insipidez de Tesla solo sea comparable a la de un trozo de corcho y no podrá tocar el segmento bajo porque carece de los recursos humanos y la infraestructura necesarios para producir un coche asequible.

Para Tesla es imposible competir con los proveedores en precio y calidad, ya que están especializados en lo que hacen y sirven a varias marcas. La experiencia y las economías de escala no están del lado de Tesla.

¿Podría Tesla morir?

Tanto la marca como el negocio de Tesla tienen serios problemas que se están manifestando ya. Sólo el 13,4% de los adultos estadounidenses tiene una opinión favorable de Tesla, frente al 28,4% de enero de 2022.

Para empeorar las cosas, el modelo de tiendas de la empresa, que reduce costes sobre las redes de concesionarios, hace que Tesla tenga muchas dificultades para atender a los clientes que sufren problemas. No pueden llevarte el coche, darte un coche de cortesía y un buen café mientras te arreglan tu vehículo. La gente valora los concesionarios por eso, porque valora su tiempo, sobre todo en el segmento de mercado de gama alta al que se dirige Tesla.

Todo lo anterior equivale a una experiencia terrible para el cliente, desde el diseño del coche hasta su calidad, pasando por la forma en que los conductores tienen que comprarlos.

Pero tal vez el golpe de gracia en este desastre en desarrollo sea la promesa incumplida de Tesla de una conducción totalmente autónoma —un coche que te llevaría con seguridad a cualquier lugar y en cualquier condición de la carretera sin que toques el volante— a pesar de que Musk promete todos los años lo mismo “el año que viene estará resuelto”. Tesla no solo va por detrás, sino que las falsas afirmaciones de Musk sobre la autonomía son ahora objeto de demandas de los consumidores.

El resultado de todo esto es que la empresa que una vez fue considerada un disruptor, un faro de innovación y un rebelde contra la vieja y anticuada industria del automóvil ha perdido su ventaja en todo lo que la hacía especial. Con la ventaja de la innovación de Tesla eliminada, no hay nada que impida a los grandes fabricantes hacerse con el mercado de los vehículos eléctricos. Sobre todo porque Tesla no puede igualar su enorme poder industrial, producto de décadas de perfeccionamiento de sus capacidades de diseño, fabricación y experiencia en la atención al cliente.

En el mejor de los casos, parece que Tesla solo puede aspirar a sobrevivir y convertirse en un fabricante de automóviles más. La otra opción es que una de las grandes marcas chinas la termine comprando o, sencillamente, colgar el cartel de cerrado en un par de décadas, como antes lo hicieron otras empresas de automóviles que no resistieron los retos de la industria más difícil del mundo.

362.000 vehículos llamados a revisar

Tesla ha comunicado a las autoridades estadounidenses que llamará a revisión a un total de 362.000 vehículos en Estados Unidos para actualizar su software Full Self-Driving (FSD) Beta después de que los reguladores estadounidenses hayan afirmado este jueves que el sistema de asistencia al conductor no se adhiere adecuadamente a las leyes de seguridad vial y podría causar accidentes, según ka agencia de noticias Reuters.

La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras ha explicado que el software de Tesla permite a un vehículo «exceder los límites de velocidad» o actuaren las intersecciones de una manera «ilegal o impredecible», lo cual aumenta el riesgo de un accidente. El sistema FSD Beta también puede ignorar señales de stop o un semáforo en amarillo.

Los vehículos afectados son los Model S, Model X, Model 3 del 2017 al 2023 y el Model Y del 2020 a 2023 equipados con el software FSD Beta, de acuerdo con Reuters.

 FSD Beta es un software en pruebas que incorpora ayudas a la conducción no incluidas en el sistema de suscripción FSD con el que Tesla equipa a sus vehículos.

El video que demostraba el funcionamiento del piloto automático de Tesla era falso

En 2016 Tesla lanzó un vídeo promocional para mostrar las capacidades de su flamante piloto automático. Elon Musk aseguró en aquel momento en Twitter que el «Tesla se conduce solo», pero el testimonio del director de Software de su piloto automático le deja en evidencia: el vídeo estaba preparado.

El vídeo en cuestión comienza con la frase: «La persona que está en el asiento del conductor solo está allí por razones legales. No hace nada. El coche se conduce solo«. Y en él se ve cómo un Model X de Tesla hace el trayecto desde una casa en Menlo Park hasta la sede de Tesla en Palo Alto, ambas en California, sin que, efectivamente, el conductor mueva un dedo.

El coche circula sin problemas, para en los semáforos en rojo y aparca solo. Sin embargo, Ashok Elluswamy, el director de Software del piloto automático de Tesla, ha admitido que la compañía utilizó un mapeado 3D predeterminado de la ruta a seguir para que no hubiera sorpresas. También ha dicho que los conductores sí intervinieron y tuvieron que tomar el control en las pruebas. Además, durante las demostraciones de estacionamiento automático, un coche de pruebas se estrelló contra una valla del aparcamiento de la compañía.

Elluswamy realizó estas declaraciones durante el juicio contra Tesla por un accidente mortal que ocurrió en 2018 que acabó con la vida de un antiguo ingeniero de Apple.

Elluswamy aseguró que Musk pidió a su equipo diseñar y grabar una «demostración de las capacidades del sistema». «La intención del vídeo no era retratar con precisión lo que estaba disponible para los clientes en 2016. Se trataba de mostrar lo que era posible construir en el sistema«, explicó Elluswamy, según la transcripción del testimonio a la que ha tenido acceso Reuters.

Sin embargo, cuando se lanzó el vídeo, Musk tuiteó: «Tesla conduce solo (sin intervención humana en absoluto) a través de calles urbanas hasta la autopista, a continuación, encuentra un lugar de estacionamiento». A pesar de las piruetas mercadotécnicas de Musk, los Teslas no estaban cerca de conseguir un sistema de piloto automático fiable por aquel entonces, y siguen sin estarlo siete años más tarde.