¿Se puede desheredar a un hijo? Sí
Son muchas las personas que piensan que no se puede desheredar a un hijo, salvo causas muy tasadas y prácticamente imposibles de cumplir, pero lo cierto es, que sí podemos desheredar a nuestra descendencia.
A pesar de la poca flexibilidad de nuestra legislación en el ámbito hereditario, en los últimos años se ha producido una cierta apertura interpretativa de las condiciones tasadas a través de la jurisprudencia.
Lamentablemente la pandemia no sólo ha traído problemas sanitarios para nuestros mayores, sino que muchos de ellos se han sentido completamente abandonados por sus hijos sin haber recibido cariño, afecto o interés. Por ello una de las solicitudes más demandadas en los últimos meses a los abogados de familia ha sido la modificación del testamento.
La legislación de sucesiones no es estatal algunos códigos civiles como el catalán, establecen algunas normas especiales por ejemplo en el ámbito de las herencias o del régimen matrimonial. Para aquellas regiones que no tienen derechos forales, nuestro código civil recoge de manera taxativa las justas causas para desheredar.
En el caso de hijos y descendientes establece como causas de desheredación, entre otras: la de negación de alimentos sin motivo legítimo, atentar contra la vida o el maltrato de obra o injuria grave de palabra, donde se incluye el maltrato psicológico.
Es, en esta última causa donde fundamentamos los juristas la posibilidad de desheredar en un ámbito más amplio. Así nuestro Tribunal Supremo en reciente sentencia ha sostenido que la ausencia de relación familiar manifiesta y continuada es causa legítima para desheredar, y es que, por desgracia, es más habitual de lo que parece este abandono a los padres por parte de los hijos, muchos ni les llaman, no les visitan e incluso ni pretenden que los nietos se relacionen con los abuelos. Con la pérdida que esto supone para una y otra parte.
Por lo tanto, aunque en España todavía no podamos dejar nuestros bienes a cualquiera o evitar en nuestra herencia a nuestros herederos forzosos, lo cierto es que cada vez es más común la desheredación, situación que sin lugar a dudas no resulta nada fácil para el que la ejecuta por que lo natural es la afección y buena relación de la familia, siendo este último valor el que el legislador pretende proteger.
Marcela Reigía Vales/Abogada