Cultura y entretenimiento

Rimas y leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer

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Dudo si los jóvenes de hoy, me estoy refiriendo concretamente a los casi ocho millones de españoles nacidos entre el 1994 y 2010, los conocidos como la generación Z, les sonará el nombre de Gustavo Adolfo Bécquer. Quiero pensar que sí.
Pedro Robledo

Hubo un tiempo, lejano ya, en el que la cara de Bécquer estaba en los sellos de a dos pesetas, y en los billetazos de a cien. Así que poca broma. Ahora ya no se le ve en los correos electrónicos ni en el bizun, pero sigue estando muy presente. Todo el mundo ha leído, escuchado o incluso se sabe de memoria algún verso suyo, aunque tal vez ignore su autoría.

Gustavo Adolfo Bécquer, junto a Rosalía de Castro (ella aparecía en los billetes de a quinientas) son las dos Columnas de Hércules sobre la que se sustenta la poesía romántica en español. Con permiso, claro está, de Espronceda.

Rimas y leyendas fue el primer libro de poesía que leí de joven. Mis padres compraron un ejemplar de la editorial Rialp que andaba por casa sin pena ni gloria. Obviamente yo no sabía ni quién era Bécquer, ni lo que significaba ya entonces Rialp, ni lo que era el Premio Adonáis. Era joven y no sabía nada. Ahora ya no soy joven, sigo sin saber nada, pero soy más consciente de mi ignorancia.

El libro, un ejemplar azul de mil novecientos sesenta y nueve, está en perfectas condiciones. De tapa blanda, humilde, ha aguantado excelentemente el paso del tiempo. Es más, su condición vetusta lo ha mejorado y sus páginas muestran un color y un olor que no poseía 54 años atrás. Por si fuera poco, conserva anotaciones escolares manuscritas explicando la temática de alguno de los poemas.

Entonces no sabía lo que era la poesía, pero descubrí que me gustaba. Y además, fue el propio Bécquer el que me explicó en qué consistía. Seis poemas constituyen su “Poética” en los que uno aprende que la poesía es todo. La naturaleza, el misterio, la belleza, el amor, los propios sentimientos. Es inspiración, pero siempre que se combine con el esfuerzo, la técnica y el oficio.

Famosos son los poemas ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas… o No digáis que agotado su tesoro… y por supuesto aquél Del salón del ángulo oscuro… escritos en el siglo XIX mantienen perfectamente la forma. Alguno incluso está de plena actualidad literaria y pareciera haber adelantado el tiempo de la actual poesía instagram:

“Voy contra mi interés al confesarlo: / no obstante, amada mía, / pienso, cual tú, que una oda sólo es buena / de un billete del Banco al dorso escrita. / No faltará algún necio que al oírlo / se haga cruces y diga: / “Mujer, al fin, del siglo diez y nueve, / material y prosaica…” ¡Boberías!/ ¡Voces que hacen correr cuatro poetas / que en invierno se embozan con la lira! / ¡Ladridos de los perros a la luna! / Tú sabes y yo sé que en esta vida, / con genio es muy contado el que la escribe / y con oro, cualquiera hace poesía”.

Viene el verano. Disfrutemos. Vivamos. Leamos a Bécquer y aprendamos que volverán las oscuras golondrinas, pero no aquellas que ansiadamente esperamos. Que “podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”.

Cal y arena. La vida.

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