ActualidadCineCultura y entretenimiento

Puñales por la espalda: risas y misterio a partes iguales en una de las mejores películas del año

Compartir
Por José Ignacio Vidal
El estreno de Amazon Prime es un homenaje al suspense de Conan Doyle y Agatha Christie pero empapado en ironía y sarcasmo. Además de Daniel Craig y Michael Shannon destaca la presencia en el reparto de Ana de Armas

Lo primero que me llamo la atención al sentarme a visionar esta película fue su reparto. Porque los cinefilos somos así. En cuanto nos enteramos de un nuevo estreno o vamos a verlo, antes tenemos que informarnos de todo: actores, director, temática, incluso del autor de la banda sonora o el director de fotografía. Por eso les decía que visto el carácter de la película, una mezcla de misterio y humor, me chocaba un poco la presencia de Daniel Craig, el 007 rubio, que de comedia andaba justito pero que aquí está realmente acertado; o el siempre circunspecto Michael Shannon, que sin embargo en esta cinta y gracias a esa pinta de loco cuerdo encaja a la perfección en su papel.

A destacar la presencia española en la actriz Ana de Armas, quien se está haciendo un hueco entre los grandes de forma merecida, y eso que la teníamos un poco por “cara bonita aderezada por su origen cubano y poco más”. Pues no, aquí se gana el sueldo al igual que en “ La red avispa”, donde interpreta al mujer florero-tapadera de uno de los espías. Pero vamos ya a desgranar “Puñales por la espalda”. Aunque parezca increíble, y a la altura de siglo en que estamos, sigue existiendo una corriente de pensamiento -no puedo estar más alejado de ella- dentro de la comunidad cinefila que defiende a ultranza que el cine con voluntad lúdica no puede poseer por sí mismo calidad.

Pues nada más lejos de la realidad. Y aquí está el solvente Rian Johnson para refutar esa absurda opinión. Después de obras como “Brick” o “Los hermanos Bloom”, y sobre todo la atrevidisima “Los últimos Jedi”, vuelve a la carga con “Puñales por la espalda”, un perverso y brillante largometraje que, rindiendo un sentido homenaje a genios literarios como Conan Doyle o Agatha Christie, se corona como uno de los grandes filmes de la temporada.

Y eso que lo que es la película en sí no inventa nada nuevo. Y es que lo último de un Johnson que no solo dirige, sino que también rubrica el intrincado guion, no deja de ser una remasterizacion del murder mistery a la antigua usanza, reconvertida en una auténtica bomba de relojería al combinar el clasicismo más puro y casi sentimental con el vanguardismo técnico y narrativo que se espera de alguien como Johnson.

Esta dualidad, mucho más marcada y arriesgada que en la también rompedora pero mucho más conservadora “Asesinato en el Orient Express” de Kenneth Branagh, está fuertemente presente en varios aspectos, siendo el más sorprendente una apuesta tonal que, sin abandonar un cariz para todos los públicos, rebosa un humor negro como el carbón adecuado así fuerte lectura política.

Una de las herramientas de las que se sirve es el retrato de la familia protagonista, lleno de arquetipos de lo más típicos. Pero como uno de los méritos de que esta película funcione es la arriesgada pero certera elección de los actores, hay que decir que los personajes de reparto (no nos gusta la palabra secundarios) está escritos con gran mimo y gusto. Entre todos ellos destaca el detective superdotado Benoit Blanc, heredero de Sherlock Holmes y Hércules Poirot, encarnado por un inmenso Daniel Craig dentro del elenco de estrellas.

También destaca como revelación, y como mencionamos más arriba, Ana de Armas. Todos ellos están entregados al pérfido juego de Rian Johnson, que filma con estilo y alta precisión este curioso filme, que gusta, más allá de su forma y su plantel, gracias a una narrativa descomunal que juega con la estructura y el punto de vista sin ningún tipo de complejos, invitando a uno a saborear con gusto sus 130 minutos de duración. Muy divertida y extraordinariamente contada, La Mirada les recomienda esta comedia tirando a negro que les dejará con una blanca sonrisa en su rostro.