‘Parthenope’, Sorrentino se vuelca con Celeste Dalla Porta, un imán en la película
Paolo Sorrentino regresa a Nápoles para construir una epopeya femenina tocada por la melancolía, el romanticismo y la ironía.
BettyGS
La cinta, que se estrenó el 25 de diciembre, es un retrato de Nápoles y se afirma que es la más personal del director, curiosamente narrada desde la perspectiva femenina de su protagonista de belleza mítica, Parthenope (Celeste Dalla Porta), quien ha sido admirada por su hermosura desde su nacimiento. Su paso por la vida, una carrera contra el tiempo, enfrentará a Parthenope a los problemas y virtudes inherentes a Nápoles, a sus ciudadanos y visitantes, y a sus realidades y mitos.
Sorrentino no ha perdido su característica elegancia barroca encuadrando a Nápoles como un lugar soleado donde el tiempo avanza más despacio, la muerte es inexistente y la libertad es universal, elementos que, en combinación, conforman un idilio agitado para los jóvenes en pleno descubrimiento sexual. Asimismo, subraya estas cualidades fantásticas a través de cámaras lentas dignas de anuncio (de Saint Lauren en concreto) y canciones reconocibles que embelesan una historia que promete ser emocionante.
No obstante, la emoción se consume cuando se destapa que Sorrentino, de nuevo, recurre a la dicotomía de lo sagrado y lo profano como en ‘La juventud‘ y ‘The Young Pope‘, solo que esta vez sosteniéndose en ideas poco claras (si es que las hay), desviándose a cada rato, posiblemente en su reiterativo intento de conceder un espíritu fellinesco a sus historias.
Básicamente, su mundo resulta anacrónico e insustancial, aspectos que, por desgracia, se ven potenciados por muchos de sus personajes. Por ejemplo, Celeste Dalla Porta interpreta a la perfección a Parthenope, una mujer inexpresiva alejada de heroicidades y con ocurrencias intelectuales tan rebuscadas que dan escalofríos, o Gary Oldman, quien capta la melancolía del desgajado novelista John Cheever, creador de intensos soliloquios. No obstante, existen excepciones como la del Obispo al que da vida Peppe Lanzetta, quien enamora a la cámara en un ejercicio de profanación eclesiástica (es desconcertante la forma en la que Sorrentino consigue que la Iglesia sea más desbocada que el sexo), o como la del profesor Marotta, interpretado por Silvio Orlando, cuya severidad esconde una luz compleja y exquisitamente humana.
Sinopsis
La película cuenta la historia de Parthenope desde su nacimiento en 1950 hasta el presente, una travesía femenina que está impregnada de una pasión inquebrantable por la libertad, Nápoles, y los distintos rostros del amor.
A través de momentos como el verano perfecto en Capri y la despreocupación de la juventud, que termina en desilusión, Parthenope explora las complejidades de los amores verdaderos, inútiles e indecibles, mientras se enfrenta a las ironías trágicas y melancolías de los napolitanos.