Osel, el niño lama español. HBO Max estrena una docuserie

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El imaginario colectivo español está plagado de historias ocurridas hace casi cuatro décadas que hoy en día resultan fascinantes, por inusuales o por imposibles. Una de ellas ocurrió en la segunda mitad de los años 80, cuando un niño nacido en la Alpujarra, Osel Hita Torres, fue reconocido como la reencarnación del Lama Yeshe,  uno de los mayores maestros budistas.
BettyGS

Con la aprobación de sus padres, fue trasladado a la India para su entronización y su formación, hasta que a los 18 años decidió huir del monasterio. Ahora, HBO Max estrena una docuserie en la que repasa el misterio de sus primeros años de vida.

El «niño lama español», como se le llamó en los medios de comunicación, tiene hoy 37 años y muchas ganas de contar su experiencia, que su propia madre escribió en un libro. El director de este documental, el argentino Lucas Figueroa, llegó a él a través de las palabras de su progenitora y pronto su protagonista se puso en contacto con él para contar una de las historias más fascinantes de la memoria colectiva del país, con detalles e imágenes inéditos.

Tal y como ha contado Osel y como se narra en este documental, con tan solo 18 meses se separó de sus padres para comenzar una vida en el Tibet, donde pasó casi 18 años de su vida. Antes de cumplir la mayoría de edad, abandonó el monasterio, aunque esta decisión la había tomado con tan solo siete.

Este documental repasa aquellos años a través de varios testimonios, como los de sus propios padres María Torres y Francisco Hita, o el de François Camus, un multimillonario francés que financió el centro budista en el que nació el protagonista de esta historia en el año 1985, así como los de algunos de sus hermanos y amigos.

El protagonista de esta docuserie heredó «el amor incondicional» de miles de personas de «otras partes del mundo y de otras épocas» sin hacer «nada para merecerlo«, según reconoce. Sobre este asunto, afirma qye cree en la reencarnación, especialmente tras leer un libro en el que un científico, tras entrevistar a cientos de niños en todo el mundo, comprobó que era «real». «De pequeño creía que era normal y entre medias he tenido mis dudas. Lo que sabemos es lo que vemos y, aún así, lo que vemos no es lo único que existe», afirma.