Educación

Erasmus, donde ir de acuerdo con tus posibilidades económicas

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Los estudiantes que se mudan al extranjero para estudiar en una universidad durante unos meses o un año con una beca Erasmus encuentran ahora dificultades económicas dado el encarecimiento del coste de la vida que se ha producido tras la pandemia y, más aún, tras la guerra en Ucrania.
LMN

Diferentes empresas que se dedican a rastrear, después de un amplio estudio, nos informan de cuánto ha subido la inflación de un país y los precios por loa alquileres, a los que hay que añadir los gastos por suministros básicos, como el agua, la luz o la calefacción, en los que las diferencias pueden ser muy grandes.

La Administración divide los destinos en tres grandes grupos de países, en función de si el nivel de vida es alto (para los que concederán 310 euros de ayuda mensual), medio (260 euros) o balo (210 euros).

A esa ayuda, escasa en todos los casos para poder subsistir, se puede sumar una financiación adicional de 250 euros si se cumplen ciertas condiciones así como las ayudas que articulan las comunidades autónomas, algunas universidades y algunas entidades privadas.

El destino más caro es Luxemburgo con un precio mínimo por habitación de 1.660 euros y un coste de vida medio de 2.373 euros mensuales. Entre los países más prohibitivos figura también Irlanda (1,422 euros por habitación) o Noruega (1.037 euros).

Entre los países más económicos para los estudiantes, aunque este año son menos interesantes de lo que lo han sido tradicionalmente, ya que presentan elevadas tasas de inflación, se encuentran Turquía (211 euros), el más económico, sin olvidar a Macedonia (237 euros), Serbia (325 euros) y Bulgaria (353 euros) y el coste de la vida en estos cuatro países oscilan entre los 500 euros y los 750.

Los estudiantes españoles  siempre han tenido preferencia por países como Francia (1.465 euros de coste vida mensual), Alemania (1.441) e Italia (1.287). Se consideran países con un nivel de vida medio, aunque en ellos no sólo hay un problema de encarecimiento general y de subida de los alquileres sino también en algunos casos de falta de vivienda disponible para los estudiantes. Está claro que, dada la disparidad entre las ayudas y el coste de vida en estos destinos, los estudiantes necesitan haber acumulado un ahorro previo o recibir ayuda de sus padres para poder costearse la estancia en el extranjero