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Malos tiempos para la lírica…

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Éste fue el título que el dramaturgo alemán Bertolt Brecht dio a uno de sus poemas, una frase hecha durante el ascenso al poder de los nazis en Alemania.
Rosario Tamayo

Estamos viviendo momentos muy complicados y angustiosos, cuando la paz pende de un hilo y tantas personas están sufriendo la tragedia de la guerra.

En este contexto, el día 21 de marzo, celebramos el Día Mundial de la Poesía, un día después de la llegada de la primavera.

Hay testimonios de lenguaje escrito, en forma de poesía, en jeroglíficos egipcios 25 siglos antes de Cristo, cantos de labor y religiosos. En la civilización sumeria encontramos un poema épico, escrito en tablas de arcilla, unos 2.000 años antes de Cristo.

Y después tendrá magníficos ejemplos en Grecia y Roma, y continuará a través de los siglos y de las distintas civilizaciones, estando la poesía siempre presente en las diferentes culturas.

Pero hoy podemos preguntarnos ¿para qué sirve la poesía?, esa palabra esencial en el tiempo, como la definía Antonio Machado.

Nuestras sociedades, tan avanzadas tecnológicamente, donde todo se resuelve a golpe de click, son las sociedades de la prisa, de la imagen, del titular, en muchos casos de la superficialidad.

Pues quizá hoy sea la poesía más necesaria que nunca, porque, aunque no debiéramos exigirle ninguna utilidad, nos facilita alimentar esa parte de nuestra alma que nos permite entender y resistir la realidad.

Decía Federico García Lorca, uno de nuestros más grandes poetas, que “la poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio”.

Puede que la poesía sea eso, un misterio, que nos ayuda a entender otros misterios y un camino que nos impide perder la lucidez.

Porque señalaba Mario Benedetti que “cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”, todos los acontecimientos que hemos vivido y que estamos viviendo, lo confirman, creo que la poesía será siempre respuesta a muchas preguntas y la mejor forma de no claudicar a una realidad que nos desafía y nos supera; nos sirve, nada más y nada menos, que para vivir y sobrevivir.

Poesía como antídoto de la barbarie y del dolor, como espacio donde pararnos a pensar, a disfrutar de la belleza, a ser y sentir como humanos, a expresar emociones y a poder entender las de otros, ahondando en la esencia de las cosas.

Sobre el oficio de poeta, nos dice José Agustín Goytisolo:

“Así es el viejo oficio

del poeta, que comienza

en la idea, en el soplo

sobre el polvo infinito

de la memoria, sobre

la experiencia vivida,

la historia, los deseos,

las pasiones del hombre”.

Termino felicitando a la Mediateca Pablo Iglesias, de Alcobendas, que en este mes de marzo cumple 20 años, un espacio donde muchos niños y adultos han conocido y disfrutado de la poesía, y muchas gracias a todos los equipos que, durante estos 20 años, han trabajado, con esfuerzo y mucha ilusión, para que así fuera.

Te animo a que leas poesía, hay muchos autores y muchas formas de entenderla, seguro que alguno está esperándote, ¡acude a alguna de nuestras Mediatecas en Alcobendas y descúbrelo!

Rosario Tamayo/ concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Alcobendas