La poesía (vuelve) a estar de moda
Hay un nuevo boom en la literatura en torno a la poesía. Muchos son los títulos que se están editando, surgiendo nuevos sellos editoriales y asomándose al balcón poético cantantes, actores, instagramers, y todo aquél que piensa que tiene algo que aportar a los lectores.
Es un fenómeno que lleva ya varios años y que no para de crecer, no sólo en el circuito de lengua hispana, sino también en el anglosajón. Aumentan los lectores, o al menos las ventas de poemarios, y también los espacios para exhibir los mismos. Programas de televisión, redes sociales, podcast, revistas y premios literarios… son los crecientes escaparates para intentar colocar los ingentes títulos que se publican cada trimestre.
Es algo desconcertante. ¿Por qué cuando la poesía parecía un género relegado a escasas minorías, resurge de entre sus cenizas para colonizar los estantes de las librerías? ¿A qué se debe este nuevo interés sostenido en el tiempo que podemos observar en la mayor parte de países en occidente?
Aventurarse a hacer hipótesis es siempre un juego divertido. Así que vamos a jugar. Nosotros tenemos nuestra propia teoría: La poesía ofrece brevedad e intensidad. En una época donde la atención escasea y los formatos son cada vez más breves, un poemario juega con clara ventaja.
Además, hay una sobreabundancia de contenidos de todo tipo. El ser un formato breve, pero además acompañarlo de una alta intensidad o conexión emocional, lo diferencia del resto y lo vuelve a elevar a sus orígenes, la música. Un poema compite perfectamente con una canción.
Es una lástima que no haya un Spotify de la poesía, donde uno pueda hacerse distintas playlist de sus poemas preferidos por épocas, estados de ánimo, países… y compartirlas con sus amistades. O bucear entre las playlist de otros para descubrir nuevos tesoros, o incluso estar al tanto de las novedades poéticas. Además, sería muy interesante ver los rankings de los poemas más reproducidos o los poetas más escuchados.
En todo caso, es para estar de celebración. Si la nueva poesía es mejor o peor, es un tema secundario. Lo importante es que el número de lectores interesados por los versos sigan creciendo, y de esta forma, siempre será buena noticia que haya mucha poesía, buena, mala y regular. Esta es la forma de que todo el mundo encuentre algo con lo que conectar de forma sencilla, y poco a poco ir reconociendo y afinando su gusto literario.
Todas las obras suman de una u otra manera y de la calidad, se encarga el tiempo de ir poniendo cada una en su sitio. Incluso de rescatar a las olvidadas para las nuevas generaciones, como le está pasando ahora a la obra de Leopoldo María Panero.
Así que, como propósito de vuelta al cole, podemos añadir el de empezar nuestra pequeña biblioteca personal con los poemarios que más nos vayan gustando. O intentar vislumbrar quiénes son las voces que más nos interesan en la poética actual. O quién sabe, incluso apuntarnos a un taller de escritura poética, empezar a escribir nuestros primeros versos, o terminar aquél poemario que empezamos hace tiempo y que parece que nunca tenemos el suficiente para terminarlo. En todo caso, parece claro que hemos dejado atrás los malos tiempos para la lírica.