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La IA de Apple se adelanta a todos y ya habla como un humano

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Apple se ha adelantado al resto y ha lanzado un catálogo de audiolibres donde el narrador no es una persona, sino una inteligencia artificial. Por ahora, sigue sin ser lo mismo que una voz humana, pero eso es cosa de tiempo. Los dobladores y actores de voz en peligro.
LMN

Los narradores son la penúltima profesión que se ve amenazada por la inteligencia artificial. Después del éxito de ChatGPT para generar textos o el de Dail-E para crear imágenes. Apple ha aprovechado para lanzar un nuevo servicio: los audiolibros locutados por inteligencia artificial.

Por ahora, la compañía ha lanzado ya un catálogo de ejemplares narrados por esta inteligencia artificial. El movimiento no solo supone un avance de estas tecnologías, sino también un nuevo de la guerra por los audiolibros, un nicho que lleva años de crecimiento y que ha sobrevivido a la crisis de los negocios que crecieron en pandemia y ahora están hundidos.

Si tienes algún dispositivo de Apple, puedes probarlo buscando «AI narration», ya que por ahora solo está disponible con títulos en inglés. En ellos, se indica claramente que se trata de «una voz digital basada en un narrador humano», incluyendo varios tonos que reciben un nombre propio (por ahora, no son intercambiables entre ellas).

Por contra, aún está lejos de hacerse pasar por un ser humano. En realidad, es lo mismo que ha ocurrido con otras inteligencias artificiales que se han puesto de moda en los últimos años. En el caso de Dall-E, basta con hacer una serie de peticiones para acabar viendo fallos, mientras que en el de ChatGPT solo hay que intercambiar algunas frases para que se detecten..

En el caso de los audiolibros de Apple, es cierto que han conseguido una naturalidad en el habla mucho mayor y no es tan crudo como una herramienta claramente automatizada como Google Translate. Por ejemplo, el tono y fluidez son muy cercanos al de la mayoría de los humanos.

Sin embargo, a poco que se preste más atención, las costuras saltan pronto por ahora, sobre todo, cuando toca poner más énfasis. La experiencia dista mucho de lo que ofrece un narrador profesional o, en algunos casos, la voz del propio autor de la obra, algo que ha sido una tendencia en los últimos años (y también criticado por denuncias de intrusismo laboral).

De hecho, uno de los aspectos más sorprendentes del movimiento de Apple es que, al igual que Google, lleva toda su historia utilizando voces humanas para sus asistentes de navegación, un aspecto en el que la experiencia de consumo es, como poco, igual de importante. En cambio, esta jugada va por otros derroteros.

La guerra de los audiolibros

Apple ha estado contactando con varias editoriales independientes para que se sumaran al proyecto. Es decir, la solución está más encaminada a aquellos que no tienen recursos suficientes para afrontar una narración profesional de cada título que publican –algo que puede alcanzar varios miles de euros– que a sustituir a quienes trabajan con bestsellers. De este modo, les ofreció que ellos correrían con los costes, mientras que los escritores se llevarían un porcentaje de cada venta. En otros casos, lo ofrecen para autores que autoeditan sus obras.

Lo cierto es que se ha anticipado esta vez a la iniciativa de Amazon y Google, que ya habían mostrado su interés en desarrollar un software similar. Además, el movimiento también le hace pasar de ser solo el vendedor a convertirse también el productor, un camino que la firma de Jeff Bezos inició hace años con Audible. Sin ir más lejos, en el mismo anuncio de este nuevo sistema, Apple aprovechaba para lanzar un ataque directo contra Kindle Direct Publishin, señalando las distintas ventajas que ofrecen sobre ellos. Por ejemplo, un 70% de los royalties y la ausencia de determinadas limitaciones.

En total, las ventas entre enero y junio del pasado año alcanzaron los 1.600 millones de dólares. Además, el ritmo de crecimiento es muy superior al de nuevas obras con versión en audio, que han crecido al 6%. Es lo que les lleva a afirmar que, para finales de esta década, esta industria añadirá un cero a su facturación.

Son unas cifras que han impulsado que, además de las big tech, haya habido actores relevantes que se hayan querido sumar al mundo de los audiolibros. Ha sido el caso de Spotify, que lanzó su nuevo servicio de audiolibros en Estados Unidos el pasado septiembre 

Spotify ya les ha denunciado ante la Comisión Europea, que está investigando a los de Cupertino para imponerles una multa que podría alcanzar el 10% de su facturación anual, que en 2021 fue de 365.000 millones de dólares.