Cultura y entretenimiento

‘La balada de Buster Scruggs’: seis historias de los Coen que hay ver en Netflix, un wéstern colosal

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Antología de seis capítulos, cada uno enfocado desde una perspectiva distinta con respecto a la frontera norteamericana y a los peculiares personajes que habitan en sus alrededores. Cada parte cuenta una historia distinta basada en las convenciones del Lejano Oeste de los Estados Unidos.

El género del western es un viejo conocido de los hermanos Joel y Ethan Coen. El dúo dirigió un western “puro” como Valor de ley, hibridó el género con el thriller noir en No es país para viejos, y en una de sus mejores películas, El gran Lebowsky, el narrador era un cowboy interpretado por Sam Elliott.

El nuevo proyecto de los autores de Fargo, titulado floridamente como The Ballad of Buster Scruggs, los devuelve al oeste americano, donde exploran las posibles variaciones del género en un film episódico formado por seis historias independientes que apuntan hacia diferentes tonos y registros.

La película comienza con un capítulo breve y abiertamente caricaturesco donde Tim Blake Nelson interpreta al personaje que da título a la película: un cowboy que pasea por escenarios luminosos y límpidos su personalidad cantarina y homicida, un asesino despiadado de sonrisa perenne e impoluto traje blanco.

Por su parte, la cumbre de la película llega con el episodio titulado The Gal Who Got Rattled, el más largo de todos –podría haber alumbrado un largometraje–, donde Zoe Kazan lucha contra un presente y un porvenir aparentemente aciagos mientras descubre lo que significa la complicidad y el compromiso durante una travesía en caravana.

El abanico de historias es tan dispar que el conjunto acaba siendo inevitablemente irregular. Los amantes de la cara más misantrófica de los Cohen disfrutarán con esta serie o con el episodio protagonizado por James Franco, donde los directores de Sangre fácil emplean la figura del cazador cazado, un clásico de su repertorio. Mientras que los interesados en la cara más afectiva del cine de los Coen, la de Inside Llewyn Davis, podrán regodearse en la ternura que emana del personaje de Tom Waits, un ingenioso buscador de oro, en el episodio titulado All Gold Canyon

La diversidad de temáticas y perspectivas sobre el género es muy amplia, pero aun así hay elementos recurrentes, siendo el más llamativo de todos la fatalidad y la muerte, que surge como la más elocuente portavoz de una visión nihilista de la existencia.

Desde el principio, las imágenes de The Ballad of Buster Scruggs dejan bien claro el sustrato literario de la película: las transiciones entre capítulos muestran las páginas de una colección de relatos bellamente ilustrados. Así, es posible imaginar el film como el imposible encuentro entre los imaginarios de Mark Twain, con su ingenio desenfadado, y Cormac McCarthy, con su implacable visión de la cara más siniestra de la naturaleza humana.

A nivel estético, la película resulta tan extravagante en sus texturas –en ocasiones impera una especie de hiperrealismo digital– que parece más adecuado vincularla al universo de la viñeta que al ámbito de lo cinematográfico. A la postre, la artificiosidad de ciertos recursos (los chorros de sangre digital, las “noches americanas”, una iluminación fuertemente expresiva) convierte la película en un objeto ensimismado, que permite a los Coen refugiarse en el interior de su mundo e ir en busca de su esencia filosófica.

Sinopsis

Seis historias del Oeste, a veces absurdas, a veces profundas, protagonizadas por forajidos y colonos en la frontera estadounidense. Una antología del wéstern a través de seis relatos cuyos protagonistas van desde un pistolero cantarín, a un atracador de bancos, un cómico itinerante o una joven que cruza el desierto en una caravana de carromatos en busca de marido.