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El portátil del futuro, sin pantalla,  que hará que el portátil actual desaparezca

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Sightful lanza Spacetop, un ordenador sin pantalla que llega como el primer equipo portátil de realidad aumentada, un concepto que no habíamos visto anteriormente en el mercado pero que, en esencia, sustituye la pantalla que encontraríamos integrada en cualquier portátil por una gafas de realidad aumentada.
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Esto nos permite contar con pantallas virtuales de más de 100 pulgadas, un tamaño que generalmente solo conseguiríamos con un proyector, y que definitivamente no sería algo que podamos utilizar en cualquier sitio, como sí es el caso de este producto, que nos permitirá contar con una pantalla tan grande como necesitemos tanto en la comodidad de nuestro sofá como en el restringido espacio de un vuelo comercial.

Es absurdo que sigamos dependiendo de ventanitas de 13 o 15 pulgadas al mundo virtual que se ha convertido en un pilar imprescindible de nuestro trabajo, ocio y vida social.

Qué es Spacetop

Pero, en vez de tomar la ruta del fallido metaverso —con Meta y sus gafas de realidad virtual—, Spacetop solo quiere quitarle la pantalla física al laptop para sustituirla por un par de gafas de realidad aumentada con suficiente definición como para crear un monitor virtual de 100 pulgadas frente de tus ojos.

En principio, una de las principales ventajas es lo intuitivo de su funcionamiento, pues según comenta la compañía, funciona “sin más” como un portátil, de modo que los usuarios disfrutarán de una experiencia familiar, pero mejorada, gracias a la ausencia de nuevos gestos que aprender, hardware externo, o software adicional.

Por último, pero no menos importante, este equipo tiene una gran privacidad por diseño, ya que solo nosotros, quienes llevamos las gafas, podremos saber lo que ocurre en nuestra “pantalla”, ya que dicha pantalla solo aparece en nuestro campo de visión y no el de los demás.

La máquina está disponible en un programa de pruebas extremadamente limitado de 1.000 unidades por 2.000 dólares cada una. Cada uno de estos portátiles está prácticamente fabricado a mano. Su aspecto es exactamente el mismo que la mitad inferior de cualquier laptop, con una especie de estuche para las gafas que ocupa la parte superior fabricadas por la compañía Nreal, equipada con un sistema que ofrece 1.080 líneas de definición por ojo, suficiente para ver texto claramente y, según los que lo han probado, trabajar o jugar confortablemente.

En la tapa de ese estuche hay un sistema de seguimiento que sabe en todo momento dónde estás mirando, algo necesario para que la pantalla se mantengan fija en el espacio delante del usuario, como si alguien hubiera instalado una pantalla OLED de 100 pulgadas fija en medio del salón de tu casa, tu escritorio de oficina o la mesa de un café.

El camino hacia el futuro

El dispositivo tiene limitaciones. Una de ellas es que por ahora no usa Windows (obviamente, tampoco macOS), sino que depende de aplicaciones web. Suficiente para ser productivo con Google Docs, Microsoft Teams, Slack, WhatsApp y demás miembros de la constelación de aplicaciones infernales que torturan nuestra vida laboral.

La otra es que su campo de visión es limitado y no ofrece visión periférica. En otras palabras, la ilusión de la pantalla de 100 pulgadas se rompe porque la imagen proyectada en tus pupilas no llena todo lo que tus ojos pueden ver.

Quizás Apple nos dé la respuesta en unas semanas con sus gafas de realidad aumentada. Quizá sea otro fabricante, como Lenovo o Asus. Pero está claro que los días del laptop están contados. Es solo cuestión de tiempo que alguien dé con la clave tecnológica que rompa las limitaciones de las pantallas físicas para siempre.