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El patinete eléctrico se enfrenta a la prohibición, como en Paris y, posiblemente, en Alemania

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La decisión del ayuntamiento parisino de expulsar estos vehículos de la ciudad ha provocado que los madrileños hagan firme su propuesta de imitarlo. Esta, sin embargo, es una alternativa de transporte para muchos.
LMN

En una consulta popular llevada a cabo en París, los ciudadanos han votado a favor de expulsar los patinetes eléctricos de alquiler de las calles.

La decisión ha reabierto el debate en torno a la permanencia de este medio de transporte en Madrid. ¿Qué opinarían los vecinos si este plebiscito se llevara a cabo? 

 Desde el consistorio de José Luis Martínez-Almeida aseguran que, a día de hoy, no se plantean “eliminar” estos vehículos, pero el próximo mes de mayo entrará en vigor un decreto que reducirá las empresas privadas que ofrecen este servicio a la mitad.

 Existen multitud de matices en esta cuestión. Por un lado, hay que tener en cuenta que, aunque el 89% de los votantes parisinos se posicionó en contra, la participación respecto al total de la población fue apenas del 7,45%.

Por otro, no hay que confundir el hecho de transportarse con un vehículo privado con hacer uso de las empresas de alquiler. El principal inconveniente no son los patinetes, sino el uso indebido que hacen algunos usuarios, especialmente de los que pueden rentarse por minutos para desplazamientos cortos por el centro de la ciudad. La prohibición parisina es ajena a los de uso privado. 

Las demandas de los ciudadanos se centran en el aparcamiento indebido que se hace. En mitad de la calle y de forma aleatoria, sin ningún control. “Si los dejaran tirados en mitad de la calzada [entorpeciendo así el paso de los vehículos], alguien haría algo”, señala Villalobos.

“El problema es que esto se decide en una oficina en lugar de preguntarnos a nosotros. Los patinetes invaden las aceras y las puertas de las casas. Es salvaje”, dicen los vecinos.

Existe una ordenanza de movilidad del Ayuntamiento de Madrid en relación con esto que prohíbe aparcar y circular por la acera. “No se cumple. El argumento a favor de los patinetes es que ayudan a la movilidad y son menos contaminantes, pero solo si hay una organización en condiciones. Igual que no se controlan los Airbnb, las terrazas, la publicidad exterior no la controlan, la música amplificada…”, señalan.

 Los datos de accidentes registrados en el Ayuntamiento de Madrid señalan que en 2022 se produjeron 689 altercados (con víctimas o daños contra el mobiliario) con vehículos de movilidad urbana eléctricos en la ciudad de Madrid, 112 más que el año anterior. De hecho, y en relación con los últimos cinco años, la siniestralidad se ha multiplicado. Este crecimiento puede entenderse por el aumento de popularidad de los patinetes eléctricos.

La última gran encuesta puesta en marcha gira en torno a las principales demandas de los PAU de la capital. Esta es una consulta que parte directamente del consistorio, pero aquellas propuestas de los propios ciudadanos no siempre llegan a buen puerto.

A la pregunta de por qué no se han recogido firmas, los vecinos explican que «no sirve de nada». Como ejemplo el macroparking de Retiro: «Se juntaron 8.000 firmas y sigue en pie«. Además, Villalobos matiza que muchas veces es «complicado llegar al mínimo que exige Decide Madrid para que tengan las iniciativas en cuenta«.

Actualmente, existen 2.365 y el plazo para operar las compañías que operaban se les terminaba el 31 de enero, pero el consistorio prorrogó las licencias hasta mayo. Esta medida se implantó para no dejar la ciudad de Madrid sin esta modalidad de transporte en febrero, marzo y abril.

En mayo, entra en vigor un nuevo plan municipal. El consistorio se hizo eco de la problemática del aparcamiento indebido y, según fuentes de la Delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, se ha rebajado el número de autorizaciones a vehículos de 10.000 a 6.000 y solo podrán operar tres empresas: Dott, Lime y Tier Mobility.

Estos patinetes no permitirán la circulación ni el estacionamiento en zonas indebidas. Y según los datos oficiales, los contralodores denunciaron en 2022 a 138.750 vehículos de movilidad personal (VMP), 11.273 menos que en 2021, lo que supone un descenso del 8% de multas. Los barrios donde más se han registrado infracciones son Recoletos, Palacio y Embajadores.

Los nuevos dispositivos empezarán a ponerse en marcha el próximo 2 de mayo. Se estima que el día 9 la capital ya dispondrá de 3.000 unidades desplegadas. «Estas autorizaciones tienen un plazo de duración de tres años, con posibles prórrogas por plazos de seis meses en atención a la evolución de la demanda«. De hecho, la modalidad de transporte individual es un modelo de transporte sostenible demandado especialmente por quienes no tienen una red de movilidad pública eficaz. Sirve para cubrir el efecto de última milla.

 La cuestión del aparcamiento también podría solucionarse fácilmente: “Lo ideal sería reservar una banda de aparcamiento para estos patinetes. Y si están mal aparcados, llamar a la grúa, como con los coches”.