«Digamos que fue ayer», de Mario Vega

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Vuelve Mario Vega, más Mario que nunca. Vuelve para traernos un viento fresco a todos los que disfrutamos de la poesía, un viento del lejano oeste de la juventud, que se le va escapando al poeta: Digamos que fue ayer, publicado en Sonámbulos, es su bárbaro gañido que sin duda va a resonar en las mejores estanterías.
Pedro Robledo

“Esto no es un poema / sino un grito rebelde. Solo un poco / de puro desengaño / que queda amontonado, que nos queda / por no sentirnos menos y aunque a veces / apretamos los dientes, / soltamos una lágrima, nos vamos / vencidos y mañana ya será / de nuevo un nuevo día, / hoy quiero esto, ahora, / lanzar un verso concentrado igual / que un Kame hame ha.”

Esta es la declaración de intenciones y el comienzo del poema “Comanchería”. Y es que este nuevo poemario es como sentarse a una buena mesa. Hay variedad, equilibrio, conexión con la actualidad tamizada por las abundantes lecturas de los clásicos… es un trabajo muy sólido, complejo, tan bien ejecutado que realmente parece sencillo.

Como el poema “Fue una clara mañana, triste, somnolienta”. Un aterrizaje forzoso de la belleza lírica, del arte grande, en el pedregoso campo de la realidad cotidiana. El poeta nos recuerda que aunque a través de los versos el hombre pueda llegar a tocar el cielo, nuestro día a día seguirá siendo el barro. Y encima te roba una sonrisa.

Este es un poemario necesario, porque hacen falta propuestas valientes. Poetas suficientemente hábiles y maduros como para poder asumir riesgos ¿Un poemario sobre el western crepuscular? Todo un acierto en esta Europa vieja y decadente en la que la juventud acude a la cita con la realidad:

“Y es que es agotador sentirse joven / cuando vives la vida / de vuelta de la vida y notas poco / a poco, acechando, / que empiezas a acercarte a lo que eres”.

Sorprende la cantidad de sabiduría que hay en Digamos que fue ayer, lo que por otra parte es ya marca de la casa (ahórrense los libros de autoayuda y agarren buenos libros de poesía):

“Será mejor jamás llegar a Ítaca, / será mejor no desear llegar / a un mejor pasado / cuando el deseo estaba en el camino / fuera cual fuera este / y no en buscar caminos. / Sale hoy barata Ítaca y se llega / muy rápido si vas con Ryanair”.

En este libro vas a encontrar a Benedetti, Machado, Gil de Biedma, pero también a John Wayne, Dean Martin, Ricky Nelson, James Stewart, John Ford… la familia y los amigos, los sueños del pasado y sobre todo, la gran protagonista: la vida.

“Sin embargo, la vida va exigiendo / cuadrar sus cuentas con la realidad / y cada paso en falso no acompaña / a su esperado heroico desenlace”.

No queda más que celebrar y disfrutar que Mario Vega siga en la brecha poética, labrando y ensanchando el terreno generacional:

“Estos somos nosotros, / dispuestos a escribir / para aquellos que buscan la salida, / dispuestos a legar / a donde nadie espera, / para aquellos que ignoran que esto es / tan solo decepción aún más decepcionada / por tener que expresarse”.

Pedro Robledo