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Comunicar sin querer tener razón: clave en situaciones de conflicto

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Piénsalo. Piensa si alguna vez has expresado tu opinión sin pensar que la tuya era la verdadera o a la que iban a dar la razón. Comunicar sin esta intención no es fácil pero es necesario para convertir un conflicto en una oportunidad de aprendizaje.

Tambab

Y es que el conflicto, como el miedo, no es un personaje malvado por sí mismo. Si el miedo nos hace ponernos en alerta, el conflicto es una manifestación de nuestras diferencias y una oportunidad para el crecimiento personal y relacional. Aprender a gestionarlo con destreza, es una de esas asignaturas que deberían ser obligatorias en todas las etapas escolares. ¡Cuántos disgustos nos evitaríamos!

¿Quién no ha vivido un choque de opiniones o desavenencias con su entorno? En el trabajo, en la familia, en la calle… el otro día yo misma paseando tranquilamente con mi perro. El conflicto es un compañero inevitable de la convivencia. Es más, es un compañero eterno porque encima se acentúa en algunos casos con la edad.

Los conflictos que surgen en la familia son, con diferencia, los más habituales pero sobre todo, los que más duelen. Esto es así porque con las personas a las que quieres, te gustaría tener conversaciones eternas y que siempre te faltara tiempo para estar con ellas; no tener problemas.

Además, en este tipo de conflictos, salen a la luz cuestiones más profundas que están en cada uno de nosotros porque, como me gusta decir, todos tenemos una historia que contar que muchas veces no es la misma historia que ha vivido la persona que te acompaña; y si es la misma, cada persona lo ha vivido de forma completamente distinta.

Así que esta es la situación: complejos, recelos, diferencias sentidas como injusticias, heridas, secretos… salen a la luz para disfrazarnos con corazas distintas, situarnos en bandos distintos y así engordar un conflicto en el que, seguramente ni en su magnitud, haya acuerdo. Estás conmigo, o están contra mí: así salimos a la batalla.

La clave para una comunicación efectiva en medio del conflicto es la renuncia a tener razón y la voluntad para entender otras razones. ¡Qué fácil suena y qué difícil es! Nos aferramos a nuestras opiniones como si fueran verdades incuestionables y olvidamos que cada persona mira al mundo desde su perspectiva única.

Si queremos solucionar una situación de conflicto y hacerlo en positivo, no hay otra que olvidar querer ganar o tener razón y entregarse a entender al de enfrente. Empatía y respeto de nuevo mueven el mundo y nos ayudan a comunicarnos mejor.

Oye, y si nada de eso funciona, entonces olvidar y mirar para adelante. De conflicto en conflicto y tiro porque me toca. El problema sin solución también existe y por encima de él, estarán siempre las ganas de que gane el amor y se mantenga la unión con las personas que tanto nos han dado y han influido en las personas que somos ahora. Me viene a la memoria aquella frase de mi padre que hace poco repitió mi suegra: “Nadie hacemos nunca nada solos; todos necesitamos a alguien”. La llevo guardada entre mis vídeos favoritos y me sirve para recordarle y recordármelo.