Opinión

Ayuso se atreve hasta con el Papa Francisco

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Todos los seguidores de la política española llevan meses viendo y haciendo públicos los desatinos y salidas de tono de la presidenta madrileña.

Manuel Vega

Desde que ganó las elecciones en la Comunidad, y apoyándose precisamente en ello, inició una estrategia de enfrentamiento contra Pedro Sánchez saltándose todas las normas de un partido político en el que se supone que hay una jerarquía y que a cada miembro le corresponde un papel.

Pero Ayuso, asesorada y empujada por Miguel Ángel Rodríguez, ha decidido saltarse todos los protocolos, ignorar a Casado, incluso en ese circuito que está haciendo por las diferentes autonomías en donde manda el PP cuando al Presidente del partido le tocó Madrid. Había decidido realizar un tour por diversas capitales de EE UU.

Y en Madrid asistieron todos los que son en el partido y con la presencia como invitado de honor de Sarkozy, expresidente condenado, por cierto, por corrupción y con un par de procesos todavía pendientes. Y tuvo que dar la cara Almeida, el Alcalde, quien fue muy ovacionado por los presentes. Esta pugna entre Ayuso y Almeida por la presidencia del partido en la Comunidad es un tema que ya recogeremos, porque, como dicen en Génova, todavía no toca.

Estábamos con Ayuso y como quiso corregir y reprochar al Papa Francisco desde Washington lo que dijo el pontífice a México con ocasión del Bicentenario de la Independencia. La líder regional, reconoció en su primer día de visita en la capital estadounidense que le “sorprende” que el pontífice, “un católico que habla español”, reflexionara por carta sobre los “pecados” cometidos por la Iglesia Católica durante la conquista española.

La presidenta madrileña ha defendido el legado de España, “que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano”,  en su tercera jornada del viaje institucional por EE UU tras participar en un encuentro con miembros del centro de pensamiento Global Americans.

Esta es la segunda polémica en la que entra Ayuso durante su visita a Estados Unidos sobre el legado español en América. Primero hizo un alegato en favor “de la historia real y de uno de los momentos más importantes de la Historia”, y contra “la corriente peligrosa del comunismo a través del indigenismo que es un ataque a España”.

Los obispos españoles se han vistos empujados a contestar a la presidenta y el portavoz de la CEE, Luis Argüello, quien ha abundado en «la perplejidad« ante los comentarios que, desde la presidenta de Madrid y su equipo a la plana mayor de VOX, han surgido a cuenta de una supuesta (e inédita) petición de perdón del Papa por la conquista.

Entre sus manifestaciones podemos leer: «Quiero creer que estas manifestaciones se han dado desde algún titular elaborado, sin haber leído el documento. Yo animo a leerlo, podría estar en un folio», asumió el portavoz, mostrando la carta papal, entregada a los medios. 

«Es un documento que va dirigido a la Iglesia de México, a México, porque celebra los 200 años de su independencia. Fuera de ese contexto, el documento no se entiende», insistió Argüello, quien quiso apuntar cómo el Papa, «de manera suave y decidida, hace caer al propio pueblo mexicano que en estos 200 años hubo un época en la que se persiguió formalmente a los católicos, con una constitución formalmente atea».

Al final de este artículo incluimos esta carta tal y como la mando Francisco a la Iglesia en México por si a alguien le interesa y quiere elaborar su propio juicio sobre esta comprometida distorsión de la realidad histórica de la colonización de América.

Isabel Díaz Ayuso está demostrando que no tiene límites. A la sombra de Miguel Rodríguez no para de meterse en líos gratuitos que piensan ambos que les van a llevar hasta lo más alto. Veremos a ver que piensan los fieles que sean no fanáticos de la religión católica de este reproche hacia su máximo dirigente, quien, en sus creencias, es infalible. Francisco ha sido el Papa mejor valorado en todo el mundo y por gente de todas las creencias e, incluso, por los agnósticos.

Menos para Isabel Díaz Ayuso.

Carta del Papa Francisco

“A su Excelencia Reverendísima

Mons. Rogelio Cabrera López

Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano 

Querido hermano: 

Con motivo del Bicentenario de la declaración de la Independencia, quiero hacerte llegar un cordial saludo, a ti y a los demás hermanos obispos, a las autoridades nacionales y a todo el Pueblo de México. Celebrar la independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente. Por eso, me uno a la alegría de esta celebración y, al mismo tiempo, deseo que este aniversario tan especial sea una ocasión propicia para fortalecer las raíces y reafirmar los valores que los construyen como nación. 

Para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del Pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento. Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos. 

El aniversario que están celebrando invita a mirar no sólo al pasado para fortalecer las raíces, sino también a seguir viviendo el presente y a construir el futuro con gozo y esperanza, reafirmando los valores que los han constituido y los identifican como Pueblo –valores por los que tanto han luchado e incluso han dado la vida muchos de vuestros antecesores– como son la independencia, la unión y la religión. Y en este punto, quisiera destacar otro acontecimiento que marcará sin duda todo un itinerario de fe para la Iglesia mexicana en los próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de Guadalupe. En esta conmemoración, es bello recordar que, como lo expresó la Conferencia del Episcopado Mexicano en ocasión del 175º aniversario de la Independencia nacional, la imagen de la Virgen de Guadalupe tomada por el Padre Hidalgo del Santuario de Atotonilco, simbolizó una lucha y una esperanza que culminó en las “tres garantías” de Iguala impresas para siempre en los colores de la bandera. María de Guadalupe, la Virgen Morenita, dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano, no sólo en México sino en todas las Américas. Que ella siga siendo para todos ustedes la guía segura que los lleve a la comunión y a la vida plena en su Hijo Jesucritos. 

Que Jesús bendiga a todos los hijos e hijas de México, y la Virgen Santa los cuide y ampare con su manto celestial. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. 

Fraternalmente, 

Francisco

Roma, San Juan de Letrán, 16 de septiembre de 2021”