Cultura y entretenimiento

Ava Gardner en Madrid: la juerga infinita y 10 de sus películas

La actriz experimentó en la capital esa libertad y esa alegría a la que no podía aspirar en Hollywood. En nuestro país pudimos ver bastante de su su tiempo en Madrid en la serie de Paco León. No todo, pero pudimos hacernos una idea muy aproximada: lujo. amor, sexo y… alcohol.
BettuGS

El pasado día 24, Nochebuena para nosotros, “el animal más bello del mundo”, hubiera cumplido 100 años. Estos días se ha escrito mucho sobre la diva. Nosotros hemos optado por dar un repaso por su estancia en Madrid w incorporar 10 de sus mejores películas.

Escribe Manuel Vicent en Ava en la noche (Alfaguara, 2018) que el Madrid nocturno de los 50 y 60 “olía a Ava Gardner”. La actriz había pisado por primera vez España en 1949, cuando rodó Pandora y el holandés errante (1951) en la Costa Brava, la primera producción de Hollywood que autorizó Franco.

Gardner tuvo un romance, pregonado por la prensa rosa, con el torero y poeta Mario Cabré, que interpretaba precisamente a un matador en el filme de Albert Lewin. Aunque Cabré reconoció haberse enamorado como “un ceporro”, para la actriz no fue más que una noche de pasión. Pero, como reconocía en sus memorias, supuso el principio del fin de su relación con Sinatra, con el que estuvo hasta 1956.

Aunque no sea un filme demasiado memorable, Pandora y el holandés errante disparó el estatus de diva de Gardner, que encadenó Magnolia (George Sidney, 1951), Las nieves del Kilimanjaro (Henry King, 1952) y Mogambo (John Ford, 1953). Durante el rodaje en Italia de La condesa descalza (Joseph L. Mankiewicz, 1954) decidió instalarse de manera definitiva en Madrid, donde ya había experimentado esa libertad, esa juerga y esa alegría a la que no podía aspirar en Hollywood.

La estancia de la actriz en la capital se prolongó hasta finales de los 60 y tuvo tres escenarios principales: un apartamente en la calle Oquendo, un chalet en La Moraleja y un piso en Doctor Arce –donde se desarrolla la serie de Paco León ‘Arde Madrid’–, de donde era vecino un Juan Domingo Perón que tenía que aguantar escandalosas fiestas.

Tampoco hay que olvidar la Suite 716 del Hotel Ritz, en donde arrancó su relación con el torero Luis Miguel Dominguín. Según cuenta la leyenda, la actriz le preguntó que a dónde iba al verle salir de la cama a la mañana siguiente y él respondió: “A contarlo”.

Gardner, que rodó en Las Rozas a principos de los 60 la superproducción de Samuel Bronston 55 días en Pekín (Nicholas Ray), frecuentaba, en estado entre etílico y muy etílico, tropezando detrás de unos hombres u otros, locales como el Chicote y tablaos flamencos como Villa Rosa o Torres Bermejas, o acababa en casas con licencia para reuniones.

A su alrededor se congregaba toda la camarilla de privilegiados que en aquella época podían darse a la vida disoluta, desde estrellas de cine patrias como Carlos Larrañaga o Lucía Bosé, damas de alta alcurnia como la Duquesa de Alba, extranjeros como Orson Welles o Ernest Hemingway y cantaores y bailaores como Lola Flores.

Todo ello ha sido registrado en obras de toda clase. Además de la novela de Vicent y la serie de Costa y León, merecen especial atención el documental La noche que no acaba (Isaki Lacuesta, 2010), el ensayo de Marcos Ordóñez Beberse la vida. Ava Gardner en España (Debolsillo, 2005) y el monográfico de la editorial Notorious El universo de Ava Gardner.

El “animal más bello del mundo” hubiese cumplido cien años el 24 de diciembre. Excesiva y vulnerable, protagonizó películas como ‘Forajidos’, ‘Mogambo’, ‘La condesa descalza’ y ‘La noche de la iguana’ y dejó una estela de pasiones y escándalos que solo supo comprender Frank Sinatra

No puede decirse que Barney Duhan tuviera un gran interés por el cine, pero los azares de la vida le llevaron a entrar en plantilla de Loew’s, la red de salas de Metro Goldwyn Mayer. Y allí no tardó en entender que un “Soy Bill, de MGM” encadenado con un “¿Has pensado alguna vez en ser actriz?” era un truco infalible para establecer contacto con cualquier chica.

Un truco que intentó poner en marcha una vez más la primavera de 1941, cuando entre el bullicio de la Quinta Avenida entrevió la imagen de una joven en el escaparate de un estudio de fotografía. Larry Tarr, el propietario, le explicó que la adolescente, su cuñada, no vivía en la ciudad, y Duhan, arrugado, se desentendió del asunto.

Pero no Tarr, que tras escuchar las letras mágicas “M-G-M” envió inmediatamente la foto a las oficinas de la compañía. No deja de resultar paradójico que, en una vida donde los hombres se contarían por miles, el más importante para Ava Gardner terminaría siendo uno al que solo conocería fugazmente décadas más tarde.

Ava tardó un tiempo en convertirse en estrella. El que dedicó a penar en las galeras de MGM con un interminable sucederse de cintas que ni consignaban su nombre en los créditos. Pero todo cambiaría cuando en 1946 recibiera una llamada de Universal. Robert Siodmak, un director huido del nazismo, preparaba una cinta de cine negro con rostros nuevos. No parecía un proyecto habitual y no lo fue.

Forajidos (1946), basada en un relato hard boiled de Hamingway, resultó un auténtico fenómeno social: su tono sombrío reflejó a la perfección la podredumbre de un país que se adentraba en una era desconocida. También lo resultó Ava, que con solo aparecer en pantalla, deslumbrante, borró a aquellas girls next door que habían sido hasta entonces modelo único para el cine estadounidense.

Ava era la encarnación de esa nueva mujer, libre, rebelde y cínica, que exigía aquella nueva sociedad. Soborno (1949), Pandora y el holandés errante (1951), Mogambo (1953)… La actriz clonaría tantas veces el personaje que no tardaría en fundirse con él.

Y en esta fusión hubo hombres, muchos. Desde aquel primer bizarrísimo matrimonio con Mickey Rooney hasta el torero que saltaba de la cama al concluir sus prestaciones para contárselo a los amigotes, una auténtica legión. El amor no era para ella más que un hábito que manejó con creciente desapego. Pero nada de esto afectó a su relación con Frank Sinatra, con quien vivió una historia hoy encuadrada en el marco de lo legendario.

La electricidad saltó en una fiesta en la mansión de Darryl F. Zanuck. Repentinamente, Sinatra se despidió de los asistentes anunciando que iba a llevar a casa a Ava. Ni tan siquiera sabía dónde vivía. Gardner sacó una botella del bolso y Frank un par de pistolas que guardaba en la guantera. Ninguno de los dos era consciente de que aquella sería una de las noches más tranquilas de su vida conjunta.

Sinatra se enamoró de una manera obsesiva. Ella, por el contrario, se mostraba esquiva e impredecible. El consumo masivo de alcohol, de pastillas, de insultos y puñetazos mutuos no ayudó a centrar el tiro ni a despejar los celos. Hundidos en una relación autodestructiva, ella lo abandonaría tras caer fascinada por España durante el rodaje de La condesa descalza (1954). Sinatra conservó durante décadas en su jardín la escultura de Ava que luce en la película.

Cuentan quienes la conocieron que el alcohol había entrado en la vida de Ava cuando descubrió que un trago calmaba la ansiedad que le generaba ponerse ante la cámara. El sabor no le gustaba, pero eso, bien se sabe, es solo cuestión de tiempo.

Cuentan también que todo se trastocó con las continuas muestras de desprecio de su segundo marido, el jazzman Artie Shaw, cuando Ava dejó de emplear la bebida como herramienta y la convirtió en fin. Siempre escéptica con su propio talento, siempre irónica ante el estrellato, no le costó cambiar su orden de prioridades para rebañar hasta el último ápice de la libertad que le ofrecía una España donde nadie la vigilaba.

Pasada la barrera de los cincuenta, Ava pareció cansarse de noches sin fin, de coches estrellados, de amores furtivos y peleas con los fotógrafos. Fue entonces cuando decidió dejar Madrid e instalarse en Londres. Nunca se había sentido cómoda en aquel cuento de hadas que había sido su vida y, como tal, tampoco aspiró a un final feliz.

El declive comenzó con la muerte de uno de sus grandes amigos, el escritor Robert Graves. Su estado depresivo se fue prolongando en sucesivas enfermedades que le provocarían la muerte en 1990. Sus últimos trabajos, modestos, fueron para la televisión. Del cine se había despedido una década atrás. Lo había hecho con Priest of Love (1981), una película que incluía una sorpresa que encantó a Ava: fue la primera cinta estadounidense que mostraba en primer plano una erección masculina.

Su estado físico no era bueno y el rodaje en México le resultó duro. La comida y el calor le suponían una tortura, pero no tanto como las horas que tenía que esperar cada día a que la recogiera una furgoneta para traerla y llevarla del hotel. Hasta que una mañana, al salir de la habitación, se encontró una limusina en la puerta.

Por fin, un detalle de la producción, dijo Ava al chófer. “No”, le aclaró este señalándole una tarjeta apoyada en el asiento trasero. A Ava se le escapó alguna lágrima al leerla: tantos años después, el viejo Frank seguía velando por ella.

Películas

10 de las mejores películas en las que intervino la gran Ava Gardner, como rendido homenaje a una de las actrices menos reconocidas en su tiempo por su trabajo en escena, pero que supo vivir su vida como quiso, alejada de estereotipos y con total libertad.

Whistle Stop (1946)

Traducida en España como Señal de parada, este drama estadounidense con elementos de cine negro fue dirigido por Leonide Moguy. La trama cuenta el regreso de Mary a su pequeña ciudad natal tras pasar unos años en Chicago. Junto a Ava Gardner está protagonizada por George Raft, Víctor McLaglen, Tom Conway y Florence Bates.

Este puede considerarse el primer papel protagonista de Ava Gardner. Hasta entonces había tenido diversas apariciones insignificantes o figuraciones, muchas veces sin créditos. Asi que la aparición del productor independiente Seymour Nebenzal fue decisiva en su carrera al fijarse en ella y ofrecerle la oportunidad de aparecer como protagonista junto a un actor del calibre de George Raft.

Este año significó el despegue definitivo de Ava, ya que a esta película hay que sumarle Forajidos (1946).

Venus era mujer (1949)

Esta comedia romántica fue dirigida por William A. Seiter. La historia acontece en los grandes almacenes Savory donde trabaja Eddie como chico de los recados.

El dueño ha adquirido una valiosísima escultura de venus y se propone dar una fiesta para mostrarla a sus amigos, siendo Eddie el encargado de reparar el mecanismo que descorre las cortinas, besa la estatua y cobra vida convirtiéndose en una bellísima mujer que dice ser la diosa Venus.

Junto a Ava, en el reparto cuenta con Robert Walker, Dick Haymes, Eve Arden, Olga San Juan, Tom Conway, James Flavin y Sara Allgood.

Para la carrera de Ava esto supuso su consagración como mito erótico del Hollywood dorado y nos deleitó con uno de sus personajes más recordados por todos con el paso del tiempo.

El gran pecador (1949)

Protagonizada por Gregory Peck, Melvyn Douglas, Walter Huston, Agnes Moorehead, Ethel Barrymore, Frank Morgan y Erno Verebes. ‘El gran pecador’ fue un fracasó en taquilla en su momento. Ava había sido elegida para el papel para sustituir a Lana Turner que estaba de luna de miel por Europa.

Dirigida por Robert Siodmak con guion de Ladislas Fodor y Christopher Isherwood, adaptando una historia de Ladislas Fodos y René Fueloep-Miller que a su vez, tomaba prestada la novela escrita por Fyodor Dostoyevsky (El jugador).

La historia sigue a un joven escritor que de camino en tren hacia París se encuentra con una hermosa mujer que le hace cambiar de idea para bajarse en Wiesbaden donde todos van a jugar al casino. Mientras investiga para escribir sobre el juego y los jugadores, acaba convirtiéndose él mismo en un jugador compulsivo.

El reparto encabezado Ava, lo formaban Gregory Peck, Melvyn Douglas, Walter Huston, Agnes Moorehead, Ethel Barrymore, Frank Morgan y Erno Verebes. 

Pandora y el holandés errante (1951)

Con producción británica y rodada en España, está escrita y dirigida por Albert Lewin. La historia recrea la pasión que provoca en los hombres Pandora Reynolds, una mujer de una belleza arrebatadora que parece incapaz de amar hasta que llega a su vida el misterioso marinero Hendrick van der Zee.

Esta es la primera película a color protagonizada por Ava Gardner, aunque finalmente su estreno se demoró y se presentó al público con posterioridad al musical Magnolia.

Gran parte del rodaje se desarrolló en Tossa de Mar en la Costa Brava donde posteriormente y para el recuerdo se levantó una estatua de Ava de bronce a tamaño natural mirando al mar.

Con una impresionante fotografía e iluminación a cargo de Jack Cardiff, la actriz aparece más bella que nunca.

Protagonizada por James Mason, Niguel Patrick, Sheila Sim, Harold Warrender, Mario Cabré, Marius Goring y John Laurie.

Magnolia (1951)

Dirigido por Geoge Sidney, la historia hace referencia a la hija de un capitán de barco-teatro que se enamora de un galán que comienza a trabajar como actor.

Protagonizada por Kathryn Grayson, Howard Keel, Joe E. Brown, Agnes Moorehead, Robert Sterling y William Warfield.

Magnolia es un musical que conserva el encanto del Hollywood dorado.

Las nieves del Kilimanjaro (1952)

Dirigida por Henry King, se trata de una adaptación de la novela homónima de Ernest Hemingway.

La historia nos lleva hasta Tanzania y nos muestra al escritor Harry Street que se encuentra moribundo en África tras sufrir una herida en una pierna.

En esta cinta acompañan a Ava en el reparto Gregory Peck, Susan Hayward, Hildegard Knef, Leo G. Carroll, Torin Thatcher y Marcel Dalio.

Hemingway que por aquel entonces disfrutaba de una buena amistad con Ava declaró en público que lo único que le había gustado de esta película era el trabajo realizado por la actriz.

Mogambo (1953)

Un año después de estrenar Las nieves del Kilimanjaro, Gardner ascendió a la categoría de mito al estrenar Mogambo.

Dirigido por John Ford, la historia nos sitúa en un safari en Kenia. Protagonizada por Clark Gable, Gracke Kelly, Donald Sinden, Eric Pohlmann, Denis O’Dea, Philip Stainton y Laurence Naismith.

Esta es una de esas películas consideradas como ‘obra maestra’. Una de las anécdotas que más ha trascendido relacionada con esta película tiene que ver con la torpe censura franquista, que para eludir un adulterio en pantalla convirtió al matrimonio Nordley en hermanos incestuosos.

Fue un rodaje muy duro, por altas temperaturas y condiciones extremas. Al parecer, en ese momento, Ava se ausentó unos días del rodaje para abortar el hijo que esperaba de Frank Sinatra. Y durante el rodaje, Clark Gable la perseguía a todas horas, pero ella prefirió ser infiel a Sinatra por enésima vez con otro integrante del equipo técnico. La actriz espectacular en toda la cinta, logró su única nominación al Oscar por esta película.

La condesa descalza (1954)

Dirigida por Joseph L. Mankiewicz, la película cuenta la historia de María Vargas, una bailarina española que es descubierta por un productor de Hollywood, con la intención de convertirla en una estrella de cine. En definitiva, cuenta el auge y caída de una estrella.

Ava compartió reparto en esta ocasión con Humphrey Bogart,  Edmond O’Brien, Marius Goring, Valentina Cortese, Rossano Brazzi, Elizabeth Sellars, Warren Steven y Franco Interlenghi.

Una de las cosas que más trascendió de este rodaje es que la pareja Bogart y Gardner poseían tan buena química en pantalla, como mala fuera de ella.

55 días en Pekín (1963)

Una de las superproducciones de Samuel Bronston Productions, que supuso un fracaso en taquilla, lo que finalmente llevó a la productora a la bancarrota.

Además de los problemas financieros, se convirtió en una película maldita en la que hubo conflictos antes, durante y después del rodaje.

Otro problema importante, fue la mala relación entre Charlton Heston y Ava Gardner.

La Gardner ya había iniciado su periodo de decadencia, llegando en mal estado en muchas ocasiones al rodaje, aunque seguía conservando toda su belleza. Lo que llevó a reescribir el guion una y otra vez, eliminando escenas de la actriz e incluyendo la muerte prematura de su personaje, para no tener que soportarla por mucho más tiempo.

Dirigida por Nicholas Ray, la historia se sitúa en China durante la rebelión de los bóxers de 1900. Está protagonizada por Charlton Heston, David Niven, Robert Helpmann, Flora Robson, Leo Genn, John Ireland y Lynne Sue Moon.

La noche de la iguana (1964)

La película dirigida por John Huston, narra la historia de un pastor protestante que ha sido expulsado de su iglesia, y ahora trabaja en México como guía turístico.

Protagonizada por Richard Burton, Deborah Kerr, Sue Lyon, Cyril Delevanti, Grayson Hall, Gladys Hill y Mary Boylan. Ava ya se encontraba en un periodo de desprestigio profesional por su predilección por las fiestas nocturnas, pero tuvo aquí una oportunidad de oro para demostrar su valía como actriz encarnando a uno de los personajes más importantes de su carrera, lo que le valió la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián de 1964, así como nominaciones a los BAFTA y los Globos de Oro.