Cultura y entretenimiento

‘Aida’ abre la temporada en el Real. Verdi no quedó muy contento de esta espléndida obra

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Sin duda el título ayuda para generar interés y atraer público, veterano y nobel, más o menos joven. Esta ópera de Verdi, que para el compositor era «la peor ópera que he compuesto» tiene sin embargo una atracción irresistible para el aficionado más o menos ducho.
LMN

Llena de grandes y famosas melodías, con muchas opciones para el lucimiento escénico y con una estructura clásica verdiana de cuatro grandes roles para soprano-tenor-barítono-mezzo.

El título está sin embargo lleno de trampas, es un inmenso campo de minas en el que los intérpretes, los músicos y los responsables de la dirección escénica corren grandes riesgos de naufragar y por ende hacer que la función sea eterna -e insufrible- para el espectador.

Afortunadamente el Teatro Real no ha cometido ninguno de estos errores y la primera noche se salda con un enorme éxito. Se supone que las dieciocho funciones restantes mantendrán o incluso superarán los goces del arranque.

La producción, propia del Teatro que ha coproducido con el Abu Dhabi Festival, parte de una idea original de Hugo de Ana de 1998. No caben más pirámides, dioses, teselas, jeroglíficos, esclavos, etíopes y egipcios en tanga en escena. Además en todos los formatos: pirámides en cartón-piedra, en cromas, proyectadas, invertidas y de todos los tamaños, colores y densidades.

Vestuario de extraordinaria calidad y vistoso, grandes estilismos para el coro, menos ropaje para el cuerpo de baile y grandes sotanas para Radamés. Vestuario y peluquería de gran barroquismo y vistosidad.

Algunas escenas son visualmente impecables: el arranque de la ópera o la elección de Radamés como general con una eterna y gigantesca pirámide y otras son ciertamente mejorables, especialmente los fallidos ballets diseñados por Leda Losjodiste. Es muy difícil salir vivo del reto de coreografiar los ballets de Aida, y me temo que no ha sido la ocasión propicia.

Hugo de Ana por su parte realiza un estupendo trabajo: excelentemente bien movido el coro, algo tan difícil, y muy bien trabajados los personajes. En definitiva supone un acierto la recuperación de parte del patrimonio escénicodel Teatro Real cuando se trata de producciones que en su momento costaron mucho dinero y que siguen funcionando escénicamente para un público que en su mayoría desconoce este proyecto.

Musicalmente no cabe duda que hay una apuesta por asegurar el éxito con grandísimas voces. En el estreno se han escuchado cuatro inmensos cantantes pero están programados dos repartos más a cual mejor llenos de nombres ya consagrados, divas de la ópera y excelentes intérpretes. Cualquier función, viendo los cantantes programados, será una buena ocasión de disfrutar de voces muy adecuadas para sus roles.