Deporte y vida sana

A vueltas con el Manguito

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Una de las lesiones más frecuentemente escuchadas es la famosa tendinitis del “manguito rotador” del hombro. Y así es… Sedentarios y deportistas la sufren con bastante frecuencia. Vamos a ver si conseguimos dar luz acerca de esta patología que, en muchos casos, se vuelve absolutamente insufrible.

El manguito rotador hace referencia a tres tendones de tres músculos que entre sus funciones destaca la rotación externa del hombro. De ahí su nombre. Pero casi más importante es su función de estabilización de la cabeza del húmero. Supraespinoso, infraespinoso y redondo menor. El que más se lesiona de los tres y el más conocido es el primero de ellos. Cuando están sanos y fuertes el hombro trabaja perfectamente y es capaz de moverse en todos los ejes y planos con normalidad. Si el hombro está mal equilibrado es fácil que a nivel estructural los tendones empiecen a sufrir y se lesionen. Por lo tanto, la función es lo más importante a cuidar. De esta manera la estructura difícilmente se dañará.

Pero el hombro es muy complejo. Solemos pensar que esta articulación es solo la “bola” del hombro. Pero no… La columna, las costillas, la escápula, la clavícula y hasta el esternón podríamos incluirlos en la articulación del hombro. Cualquier afectación en estas estructuras alteran al buen funcionamiento del mismo. Incluso la respiración es clave en su correcto movimiento. Y el codo y la muñeca claro… Por lo tanto, la buena evaluación del hombro debe pasar por el análisis de todas estas partes del cuerpo.

El supraespinoso, como ya he dicho antes, es el más delicado. El vientre muscular se aloja en la fosa superior de la espina de la escápula y su tendón pasa por un túnel llamado espacio “subacromial”. Ese suele ser un punto clave para su tratamiento, así como su inserción en el troquiter del húmero.

Si padeces dolor y molestias en el hombro acude al médico a obtener un buen diagnóstico. El tratamiento médico puede variar desde la toma de unas simples pastillas, una infiltración o incluso la cirugía en los casos más graves. Mi consejo es que acudáis también a un fisioterapeuta de confianza a pedir una segunda opinión. Os puede dar un enfoque distinto y a veces más conservador. El arsenal terapéutico es amplio pero siempre debe comenzar por una buena valoración funcional del mismo: recorrido articular, fuerza, puntos de dolor… La terapia manual es muy eficaz, las técnicas invasivas son muy precisas y siempre se debe acabar con la ejecución de los ejercicios correctivos necesarios para mejorar la función del mismo. Porque no olvidemos que la función es la base. Cualquier pequeña mejora aquí va a tener una repercusión enorme tanto en el dolor como en la estructura.

La toma continuada de antiinflamatorios no es solución. No harás más que enmascarar la patología. El masaje alivia y los estiramientos calman. Pero devolver la función correcta al hombro es la clave. ¡No es fácil! Lucha y ponte en manos de alguien que te guíe en este proceso. Quizá necesites algún toque mágico en camilla también. Pero te aseguro que la curación será completa y para siempre. Función, función y función. Palabra de fisio.3

Jesús Serrano, Fisioterapeuta

Clínica Improve 

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