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Sergio Ramos y su “annus horribilis”. El orgullo pudo más

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Seis meses dan para mucho o para nada. Es lo que ha durado el “tira y afloja” entre Sergio Ramos y Florentino Pérez. Super Sergio se había creído insustituible. Era el capitán, tenía todo el poder en el vestuario, sacaba sobresaliente en todos los partidos en los que jugaba, pero no contaba que de hoy para mañana pueden ocurrir muchas cosas.
Manuel Vega

Todo comenzó con su negación, a finales de diciembre, a la oferta que se le hizo: un año de contrato más y la misma ficha que tenía (12 millones de euros) menos el 10% que el presidente proponía a toda la plantilla. Y no aceptó. Quería dos años de contrato y mantener su ficha. O sea, todo. Pero todos los que son algo en el mundo del fútbol, saben que el Real Madrid, superada una edad, va renovando año por año.

Pero como decimos, seis meses pueden dar para mucho. En ese tiempo  terminó su casa en La Moraleja, tuvo un par de tropiezos en sus negocios… Y a la vez que le crecía la barba se alejaba de Florentino.

Lo peor estaba por llegar: empezó a sentir molestias en la semifinal de la Supercopa de España, contra el Athletic el 14 de enero, sólo ha podido participar en tres partidos con el Madrid y en dos con la Selección española. Y a partir de ahí, la cuesta abajo.

El 6 de febrero era operado del menisco interno de la rodilla derecha, con el fin de superar las molestias que arrastraba. Aceleró su recuperación para ayudar al equipo en la vuelta de octavos de final de la Champions contra el Atalanta y reapareció el 13 de marzo contra el Elche. 

Recayó el 31 de marzo, en un partido con la Selección contra Kosovo en el que salió al campo testimonialmente en la recta final del partido para sumar un compromiso internacional más en su trayectoria (lleva 180) y acercarse al récord mundial que ostenta el egipcio Ahmed Hassan, con 184 partidos.

Después de aquella noche en La Cartuja, únicamente ha jugado la vuelta de semifinales de Champions contra el Chelsea. Esa inactividad también le ha pasado factura con La Roja y pesó en la convocatoria de Luis Enrique, que le privó de acudir a la Eurocopa.

Sergio pensaba que se lo iban a rifar los equipos europeos y eso, tal vez, hubiera pasado sin su lesión, pero, en este momento, no hay ninguna oferta conocida y menos con el sueldo que ha despreciado al Real Madrid.

Sus 16 años vistiendo la camiseta blanca le han hecho millonario y se ha movido por el turbio negocio inmobiliario que parece que le dan más pena que gloria o es lo que se publica por ahí. Lo desconocemos.

¿Aceptará irse fuera de España con toda su familia en la mochila si su afán es seguir jugando? En nuestro país menos en el Barça, suponemos, en cualquier equipo.