Opinión

Sánchez Dragó el “muñidor” de la Moción de Censura que ha metido a VOX en un lío

Compartir
Según el diccionario muñidor es “la persona que gestiona activamente para concertar tratos o fraguar intrigas, o con cualquier otro fin semejante”. 
Manuel Vega

¿Hay alguien que no haya oído hablar de Sánchez Dragó o no haya leído algo, ya sea en libros o en artículos en la prensa que le da cobijo? Pues msi ya lo han hecho saben de qué va este “intelectual”. Es un provocar vocacional que si no dice algo inconveniente no está contento.

Podríamos colocarle, políticamente hablando, en un espacio, que no se si existe, denominado  “anarco reaccionario”. Su vida y trayectoria ideológica no es fácil de entender. Son muchos, casi todos, los que con la edad se van moderando. Todos hemos tenido 18 años y hemos sido rebeldes de una manera o de otra. Pero Fernando Sánchez Dragó es un casi único.

En su biografía encontramos que ha sido alumno del Colegio del Pilar de Madrid, un  centro que era casi un oasis entre la educación en aquellos tiempos de la dictadura. Los marianistas eran más liberales que otras órdenes, aunque no dejaba de ser un ejemplo más de la educación que era impuesta por los que la decidían. O sea, preparar a los niños y jóvenes para ese país alque no se adivinaba el final. Y digo esto con conocimiento de causa porque yo estuve en él hasta que empecé en la universidad.

Pero volvamos a nuestro personaje. Según él mismo cuenta, ya se hizo amigo de Tamames cuando, ya universitarios, entraron en el PCE porque pensaron que era el sitio adecuado para luchar contra un régimen que no querían. Y desde allí a la evolución que ambos han relizado.

Tamames siempre quiso ser más de lo que le permitían en el partido que escogió. Fue uno de los fundadores de Izquierda Unida, pero desapareció del mapa y yo no se si por decisión propia u obligado, pero seguro que otros nos pueden responder a esta incógnita, pero siguió su relación, según cuentan ambos, con el escritor.

Sánchez Dragó nunca se ha cortado en decir, incluso gritar, lo que pensaba en cada momento y, en el caso de la Moción, cada vez que le ponen el capote entra sin ningún pudor. En los últimos días ha ido comentando como vamos a llegar al “circo” que se prepara la próxima semana en el Congreso.

“La moción ya está ganada, porque toda la gente habla de ella y en Bruselas se van a enterar de las miserias del Gobierno”. “Tamames está pletórico, ya se ve en la Moncloa, siempre quiso ser presidente” son algunas de las perlas que ha dejado caer.

Pero también ha contado que todo viene de una serie de comidas, con ”vino”, que tuvo con Abascal y alguno más. Empujó a VOX a presenta la moción e, incluso, propuso a Felipe Gonzáles o Alfonso Guerra para defenderla. Una propuesta que no me extraña en él con lo que he visto y leído. Nada es imposible. Vive en su propia nube que se la va inventando dependiendo del momento. Al final se quedó con Tamames.

Como digo, creo que ha metido a VOX en algo que, como se pudo intuir en la presentación de su candidato, Santiago Abascal no estaba, apuntándome en este caso a eso que se está poniendo de moda que es el “lenguaje corporal”, como ese líder al que nos tiene acostumbrados.

Sánchez Dragó ha sacado adelante eso que se le ocurrió un día, empezó en enero y ya veremos como termina. Pero a él, con toda seguridad, la da lo mismo. Durante unos días en todas partes se ha hablado de él.

“Con amigos así no te hacen falta enemigos”.