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¿Pérdidas de orina años después de dar a luz?

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Las incontinencias urinarias parecen estar normalizadas cuando somos madres, incluso años después del parto.
Cristina Sicilia

Las disfunciones de suelo pélvico son un problema frecuente en la sociedad, sin embargo, no es hasta hace pocos años cuando han empezado a tratarse desde el campo de la fisioterapia, fundamental para abordarlas.

Cuento el caso de Sara, mujer que dio a luz hace ya más de 12 años a su tercer hijo. Aparentemente sus embarazos fueron buenos, al igual que sus partos. “Simplemente episiotomía con algún punto”, como ella me contaba.

Años después de dar a luz acude a mi consulta con pérdidas de orina cada vez que realiza algún esfuerzo, como cargar las bolsas de la compra, al toser, estornudar o incluso reírse.

Tras realizar una valoración específica de la musculatura abdominal y del suelo pélvico, observamos que no hay una buena competencia abdominal, es decir, que su abdomen no recuperó su funcionalidad normal tras los embarazos, y que su suelo pélvico está débil, no es capaz de contraer esa musculatura ni de relajarla correctamente.

Sara se quedó sorprendida ya que nunca le había dado importancia a la recuperación que no hizo en su día, pensando que todo volvería a la normalidad con el tiempo. Además, desconocía la manera en la que la fisioterapia podía ayudarla en este campo hasta que tratándose de un problema de cadera con otro fisioterapeuta le derivó a un especialista de suelo pélvico por los síntomas que presentaba.

Poco a poco empezamos a trabajar la correcta activación de la musculatura del abdomen, que se “desprograma” después de cada embarazo por la distensión abdominal que se produce, y a integrar este trabajo junto con el del suelo pélvico.

Gracias al trabajo realizado y a la constancia de Sara en el tratamiento, ha mejorado en unos meses un 70% sus pérdidas de orina, pero no sólo eso, se encontró con mejoras también en otros aspectos como en su dolor lumbar, actividad sexual, higiene postural y en su bienestar físico y mental, ya que este tipo de patologías a lo largo de los años pueden resultar limitantes para el desarrollo de una vida social plena.

Nunca es tarde para comenzar a rehabilitarse cuando tenemos pérdidas de orina, dolores lumbares frecuentes, sospecha de descenso de un órgano pélvico (prolapso) o cualquier otra disfunción del aparato genitourinario. ¡Nuestra calidad de vida debe ser primordial!

Cristina Sicilia Gómez de Parada/Fisioterapeuta

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