Marca Personal: espejo o espejismo

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Esta profesión mía que profesionaliza todo lo que en la vida acontece – porque todo en la vida comunica – trabaja ahora también en la marca personal de ejecutivos y ejecutivas, empresarios y empresarias. La marca personal ha existido siempre. Es lo que proyectas, lo que los demás recuerdan destacan y asocian cuando piensan o hablan de ti. Se hace con la suma de las experiencias que cada uno hemos vivido, las habilidades personales y profesionales y los valores que nos mueven. Y ahora también, es tu huella digital. Pero un matiz: antes de trabajar la marca personal, hay que trabajarse la persona y el profesional que eres.
Tambab

Lunes por la mañana. Me pongo vaqueros, una blazer de un color azul que me queda genial y mis Converse blancas. Hoy me siento segura porque veo en mi ropa a una mujer con una larga trayectoria en esto tan difícil que es la comunicación corporativa; una ejecutiva moderna, arreglada pero informal. ¿Les suena? La ropa como un logotipo. Pero un logo no sirve sin un relato detrás y el relato de cada persona no es otra cosa que su forma de comportarse. ¿Me visto de empatía e ilusión o me pongo a la defensiva y me muestro antipática?

A lo largo de mi carrera he trabajado en marcas personales muy, muy, muy distintas. Solo han funcionado aquellas que, tras trabajar mucho en la imagen que la persona quería proyectar y los objetivos que perseguía al hacerlo, ha comenzado a vivir conforme a esa marca. Porque si algo debe ser una marca personal es coherente. Una de mis “marcas persona” me dijo una vez el jefe que quería ser… y pusimos sobre la mesa el que realmente era. Desde entonces, me consta que trabajó y trabajó para que la marca personal que estábamos construyendo fuera su espejo y no su espejismo.

El relato de marca de una empresa, sin ser fácil, no tiene esa dependencia directa con el comportamiento individual; depende más de la actitud colectiva que, además, se puede trabajar incluso imponiendo normas o códigos de conducta. Pero una persona tarda mucho en hacerse y desarrollar una marca personal que puede destruirse en un instante. ¡Que se lo digan a los influencers!

Independientemente de los conocimientos técnicos, de si somos médicos o doctoras, deportistas, periodistas, artistas o estudiantes, en la marca personal – como en la empresarial tantas veces – priman los valores: la confianza, la capacidad de respuesta, la amabilidad extraordinaria en el trato, ayudar, el agradecimiento, la humildad… Y por eso, antes de plantearse diseñar una marca personal, es importante saber los valores que pretendemos atribuir a esa marca y trabajar cada día en cumplirlos.

Creo que deberíamos plantear profesionalizar aquello de ser buenas personas y profesionales y, ya después, profesionalizar nuestra marca personal. Como dice la maestra de la oratoria, Mónica Galán Bravo, “para hablar bien, hay que pensar bien”; pues ídem: para tener una buena marca personal, hay que ser primero un buen profesional y mejor persona.

En mi Linkedin escribí hace tiempo: “lo importante es lo que dicen de mi los que han trabajado conmigo”. Solo cada uno de ellos (Carmen, Marisa, Maribel, Pedro, Juan Carlos, Marta, Richi, Ana M, Lorena, Arturo, Gabriela, Samantha, Isma, Chavi…) tienen clara cuál es cada una de mis marcas personales y profesionales.