Mundo Animal

Los collares de descarga eléctrica para perros, ¿se pueden usar en España?

Después de muchos años de campaña el Kennel Club ha conseguido que Reino Unido prohíba el uso de los collares que producen descargas eléctricas. España es uno de los países de la Unión Europea que todavía no ha prohibido la utilización de estos dispositivos.
LMN

El Parlamento Europeo, a través de la europarlamentaria francesa Aurelia Beigneux, miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria, ha enviado una pregunta a la Comisión Europea en referencia a los permisos de comercialización y uso de los collares eléctricos empleados habitualmente en algunos procedimientos de adiestramiento canino.

En esta cuestión el Europarlamento argumenta que la venta de este tipo de collares puede contravenir el Convenio Europeo para la Protección de Animales de Compañía, que en su artículo 7 prohibe expresamente el uso de aquellas ayudas artificiales que puedan causar sufrimiento físico o psicológico a los perros.

Por el momento los collares eléctricos ya se encuentran prohibidos en algunos países como Alemania, Dinamarca, Eslovenia, Noruega, Paises Bajos, Reino Unido y Suiza, mientras que en España también nos sumaremos a esta prohibición cuando finalmente entre en vigorla Ley Animal  que promueve el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, aunque algunas Comunidades Autónomas como Galicia, Madrid y Murcia ya los han vetado.

Los collares eléctricos incorporan un dispositivo encargado de enviar una descarga al cuello de los perros. Estos dispositivos pueden funcionar de forma remota o pueden hacerlo automáticamente al detectar las vibraciones que, por ejemplo, producen los ladridos.

Su principal función es servir de herramientas para corregir conductas indeseadas, como pueden ser un excso de ladridos, agresividad, tirones de la correa, etc. Por regla general estos collares permiten ajustar la intensidad y duración de las descargas eléctricas o bien sustituirlas por vibraciones o pitidos con una frecuencia desagradable para el oído de los perros con el fin de que cesen en su comportamiento.

En el caso español la Asociación de Veterinarios de Pequeños Animales (AVEPA), entre otras entidades y protectoras dedicadas a la defensa de los derechos de los animales, se ha mostrado públicamente en contra del uso de este tipo de collares eléctricos, ya que en su opinión comprometen el bienestar de los animales y responden a unas técnicas de aprendizaje y entrenamiento ya trasnochadas, que incluso pueden acabar generando respuestas y comportamientos contrarios a los objetivos que se persiguen.