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Lo que no comunica, también cuenta

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En la película clásica “Cautivos del Mal”, a Kirk Douglas le piden una película de serie B sobre hombres pantera. Con su escaso presupuesto, deduce que no hay disfraz que pueda realmente convertir a un hombre en pantera por lo que decide usar la magia del cine: no sale ni un solo hombre pantera. La imaginación del espectador se agita con la pantalla oscura, unos ojos que se iluminan, un grito…

La película es un éxito y él se convierte en un brillante productor. Lo que no se ve en pantalla, se multiplica en la imaginación del espectador. Hoy, pocas cosas alimentan nuestra imaginación.

Y es que hoy parecemos saberlo todo. ¿Recuerdan cuando a un político o a un actor solo lo escuchábamos en pequeñas declaraciones en un telediario? Eso nos permitía imaginarnos cómo eran, dónde vivían, quiénes eran sus amigos. Hoy parecemos saberlo todo de todos. Recuerdo que durante años no supe cómo hablaba Julio Iglesias. Le veía en las fotos de las revistas, le escuchaba cantar… poco más. Oigan, y no soy tan mayor.

Hoy no solo salen en varias cadenas de la televisión, sino que además los oímos y vemos en sus redes sociales. Y nos lo cuentan todo. Sus perros, sus gatos, sus casas, sus colegas, lo que escuchan, lo que comen, sus vajillas, dónde viajan, cómo viajan… Y por eso perdemos respeto a sus figuras; porque has entrado en su casa y has visto casi todo. Así que ya no es ese “hombre o mujer pantera” que sabes que está pero que no puedes ver.

Pero no es solo cosa de los personajes reales de nuestras vidas… Algo así pasa también con personajes fantásticos como los Reyes Magos. Mi madre siempre nos dijo que no se les podía ver. De ahí que nos confesara abiertamente que los de la cabalgata no eran más que actores. Es de agradecer su coherencia. Y es que si no se les puede ver ¿cómo es que salen en todas las cadenas de televisión? ¿Cómo es que hay Reyes de Alcobendas, de Sanse, de Madrid, de Moraira o de Benidorm? Reconozco que para mí ha sido mucho más mágica esta Navidad en la que el maldito virus ha devuelto a los Reyes gran parte de su invisibilidad. La magia de lo que no se ve es mucho más grande que la que nos muestran hasta la saciedad.

Vivimos sobre saturados de vidas ajenas; de imágenes y vivencias de personas que admiramos, ignoramos o detestamos. Salvo algunos perfiles que han preferido no mostrarse salvo cuando es necesario. Ahora es de ellos de quienes queremos saber porque son los que aún tienen la capacidad de hacernos pensar si lo que imaginamos de ellos es real, no importa si para bien o para mal; queremos conocer lo que no conocemos.

No está mal, de vez en cuando, ser mujer u hombre pantera y dejar que nos imaginen.

De ahí, por ejemplo, que aquí sea TAMBAB.

TAMBAB